En el último día de manifestaciones por la democracia en Hong Kong, los ocupantes adornaron las calles con carteles que decían “Volveremos”. Sobrevivieron fuertes lluvias, oleadas de calor, e instancias de frío. Después de 75 días de protestas la policía obligó a los ocupantes del centro de Hong Kong a mudarse. Los participantes de la Revolución de los Paraguas recién habían comenzado a demarcar la navidad con paraguas en sus árboles navideños. Después de tres meses de protestas y bloqueos la policía comenzó un desalojo forzado de los campamentos en la autopista el día de hoy.
Las fuerzas policiales cruzaron las barricadas, sacando rejas y carpas abandonadas. Algunos manifestantes aún continuaban protestando en un sitio del campo resultando en enfrentamientos con la policía durante la tarde. Sin embargo, los policías detuvieron a las personas clave del movimiento, y a una minoría de los más convencidos que se quedaron en el sitio, las autoridades ya habían señalado hace varios días que iban a despejar los terrenos ocupados.
A la hora de almuerzo (hora local), los manifestantes estaban recogiendo sus pertenencias: colchones, frazadas, libros y carpas. Dejaron cientos de carpas abandonadas, las cuales habían sido donadas a las protestas durante la ocupación. El sitio mantenía un orden constante durante toda su estancia de las manifestaciones, solo en el momento de desalojamiento se volvió en un lugar rodeado de basura y caos. En todos lados, los participantes se despidieron y se prepararon para su retiro.
¿Cuales son los logros del movimiento?
Hace muchos años el gobierno chino ha señalado que se va a democratizar el sistema político en Hong Kong. Pero en agosto de este año el gobierno de China decidió que todos los candidatos para las elecciones en la región autónoma tienen que ser anteriormente aprobados por un comité político en Pekín. Las protestas empezaron como una reacción contra esta decisión. Los manifestantes pedían elecciones libres para la votación en 2017 pero no les resultó. También exigieron que el actual jefe de gobierno CY Leung renunciara. A pesar de esto, hasta el momento no se ha presentado su renuncia.
Pero la sola determinación y perseverancia de los manifestantes – muchos de ellos estudiantes, y también residentes de Hong Kong que se enfadaron ante la violencia por parte de la policía – han dejado huellas significativas en el paisaje de la organización social de la región autónoma, y su movimiento democrático.
“No puedo decir que ganamos, pero no puedo decir que perdimos tampoco,” dijo la Sra Chau, una profesora que le corrían las lágrimas cuando recolectaba sus cosas en el sitio. “Veo a mis estudiantes, y veo lo mucho que han crecido en los últimos meses. Están luchando por nuestro futuro, y tenemos que apoyarlos en eso”.
Un empleado de oficina de unos 40 años de edad, vestido en traje y corbata, llegó al lugar a mediodía para ver el desalojo.
“Mucha gente de Hong Kong solía preocuparse solo por el dinero y sus ingresos”, dijo el hombre. “Ahora parece que les importa mucho más otros aspectos de la vida.”
Aunque las autoridades tal vez “ganaron” la desaprobación mediante el rechazo de las elecciones libres, para muchas personas de Hong Kong, el gobierno se ve peor que antes.
“El gobierno es tan impopular ahora, no sé cómo se puede mantener en oficio”, dijo el empleado de oficina.
Por ahora, se ha despejado a los manifestaciones, con sus banderas y carpas. Pero la ira sigue hirviendo por la desigualdad social y la interferencia de Pekín en los asuntos políticos y economicos. Probablemente, el movimiento va a seguir funcionando, pero en otra forma: mediante la desobediencia civil o bloqueos bruscos de tráfico entre otros.
Fuente: Mashable
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