Por segunda vez en el año las organizaciones GLBT salieron a marchar en demanda de una pronta aprobación de la Ley Antidiscriminatoria y por un matrimonio igualitario. La iniciativa legal en contra de cualquier tipo de discriminación duerme por tres años en el Congreso.
Como es tradicional en cada primavera santiaguina, este sábado 1 de octubre se realizó la marcha de la diversidad. Al evento llegaron unas 80 mil personas, según el cálculo de los organizadores, quienes marcharon desde Plaza Italia por la Alameda hasta Av. España, donde se efectuó un acto artístico que culminó con la presentación de Francisca Valenzuela.
La convocatoria fue hecha por el Movimiento por la Diversidad Sexual (Mums) y Acción Gay. También llegaron activistas de otros colectivos, como los de la Coordinadora Universitaria por la Diversidad Sexual (CUDS), el sindicato Afrodita y Fundación Iguales.
En la marcha participaron los escritores Pedro Lemebel, Pablo Simonetti, Víctor Hugo Robles y Juan Pablo Sutherland junto a Zuliana, presidenta del Sindicato de Transexuales Afrodita de Valparaíso; y Gonzalo Cid, dirigente del Mums.
También estuvieron políticos del más amplio espectro político, como las diputadas Carolina Tohá, Pepe Auth, María y Antonieta Saa del PPD y Karla Rubilar de RN. Llamó también la atención del ex ministro de Hacienda, Andrés Velasco, quien se halla en campaña para ser nominado como candidato a presidente.
Velasco dijo que “quiero que mis hijos crezcan en un país en que no hayan ciudadanos de primera o de segunda. En el que la gente se pueda casar independientemente de su orientación sexual, ese es un país más libre y democrático”.
LEY ANTI DISCRIMINATORIA
La agenda política del movimiento por la diversidad sexual está cruzada por el proyecto del gobierno de Sebastián Piñera de un Acuerdo de Vida en Pareja (AVP) que permita el vínculo entre personas del mismo sexo sin tener que reconocer en matrimonio igualitario.
El proyecto fue enviado ya al Congreso, pero genera el rechazo de la Iglesia Católica y la Unión Demócrata Independiente (UDI), partido que en su Consejo General celebrado este fin de semana declaró que sólo acepta el matrimonio “ente un hombre y una mujer” y que considera el AVP una antesala al matrimonio entre personas del mismo sexo.
Pero para el Mums, la discusión sobre el AVP ha invisibilizado la Ley Antidiscriminatoria, la que está congelada hace seis años en el Congreso – fue ingresada el 2005- y sufrió varias mutilaciones en su tramitación, en específico respecto del concepto orientación sexual, al que se oponen sectores de derecha.
También la discusión de dicho cuerpo legal eliminó las medidas afirmativas de prevención y educación que corresponde al Ejecutivo como políticas transversales.
“Esperamos una política de Estado contra la discriminación y después establecer regulaciones patrimoniales y legales. Vemos que la reducción de la discusión actual sólo al tema del matrimonio es un triunfo de sectores conservadores, ya que se ha invisibilizado la Ley Antidiscriminación, que se tramita a espalda de la sociedad civil” -sostuvo Gonzalo Cid, entrevistado por El Ciudadano.
El proyecto sacó de los motivos de discriminación los conceptos de ‘identidad de género’, que protegía a las personas transexuales, y ‘género’.
Por Mauricio Becerra R.
@kalidoscop
El Ciudadano