Los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) prosiguen con su lucha en contra de la reforma educativa impuesta por el Gobierno de Enrique Peña Nieto, un mes después de recordarse la masacre de Nochixtlá, Oaxaca, que dejó más de una decena de muertos y heridos.
La CNTE denunció el pasado sábado el «juego de persuasión” que lleva a cabo la Secretaría de Gobernación (Segob) con las mesas de diálogo.
Luego de que se anunciara que a partir de esta semana 1.200 maestros serán despedidos, los docentes ratificaron que el movimiento magisterial seguirá en Chiapas. La líder del gremio, Antonia Morales Vélez, manifestó que durante el periodo vacacional continuarán con las protestas hasta que se reinstalen a los docentes despedidos.
Los líderes llamaron a frenar la represión a los maestros de la CNTE, así como la participación directa de los maestros disidentes en el nuevo modelo educativo del país.
Desde que las protestas iniciaron el pasado 15 mayo, el secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer, ha mostrado su oposición a la CNTE al demeritar públicamente las luchas de los docentes. Además, sigue autorizando la represión policial en contra de los manifestantes y ejerciendo cualquier intimidación por las aulas vacías a causa de las protestas continuas que se mantienen en México.
Las protestas contra la reforma llevan tres años de desarrollo, pero en el último mes y medio se intensificaron, sobre todo el sureste del país en estados como Guerrero, Chiapas y Oaxaca, donde se encuentra Nochixtlán. El sindicato magisterial sostiene que la reforma educativa es una reforma laboral camuflada que atenta en contra de los derechos del gremio y que no resuelve las carencias en las escuelas y el nivel de calidad en la educación de la nación. De allí, que insistan en instalar una mesa de diálogo con el Gobierno Federal y exigen la abrogación de la reforma promulgada en 2013.