Al inicio de esta semana, el Movimiento de Liberación Homosexual (Movilh) y el Gobierno decidieron firmar un preacuerdo que dará pie a un proyecto de ley de matrimonio igualitario. Esto, después de la demanda presentada en 2012 por la organización ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) contra el Estado Chileno, por la imposibilidad de ciudadanos y ciudadanas homosexuales de contraer matrimonio.
«Este es una solución amistosa alcanzada entre el Estado de Chile y el Movilh, que es el demandante, a través de la mediación de la CIDH. Firmamos un acta de acuerdo que señala, entre otras cosas, que hay total acuerdo en las demandas planteadas por el peticionario y que el Estado las acepta», explicó Rolando Jiménez, presidente del Movilh.
Según lo detallado por el dirigente, el gobierno de la Nueva Mayoría tiene 20 días para formalizar el acuerdo y enviar un proyecto de ley de matrimonio igualitario, «con todos los derechos que hoy se le asignan a las parejas heterosexuales». La iniciativa será presentada, luego de este plazo, ante la Cámara de Diputados.
Por ahora, el Movilh no puede entregar más detalles del acuerdo porque también se pactó una cláusula de confidencialidad durante los próximos 20 días. Antes de enviarlo al Parlamento, el proyecto de ley debe ser aprobado por siete ministros de Estado involucrados con el tema.
Al ser consultado sobre la opción de adoptar o la presencia de derechos filiativos en el acuerdo, Jiménez recalcó que «el matrimonio igualitario, señaló el comisionado de la CIDH, es igualitario y eso significa sólo una lectura». Esto, aunque algunas de las organizaciones tienen dudas respecto a si sus demandas serán realmente consideradas.
Las demandas pendiente por la consagración de derechos filiativos
La demanda por el matrimonio igualitario no genera el mismo interés en todas las organizaciones de la diversidad sexual. Si bien, muchas de ellas reconocen su tramitación como un avance importante, no significa necesariamente que los problemas principales de lesbianas, gays y trans sean solucionados.
En este contexto, organizaciones como la Agrupación Lésbica Rompiendo el Silencio, Visibles y Familia es Familia dan la pelea porque se reconozcan los derechos filiativos y el Estado pueda asumir que existen diversos proyectos de familia, y no todos están vinculados a la existencia de un matrimonio como tal.
«Nosotras estamos por el matrimonio igualitario pero con los derechos de filiación, que sean incluidos. Y no sabemos si en este proyecto de ley de matrimonio igualitario que está acordando el Movilh con el gobierno está incluido esto», recalcó Érika Montecinos, directora de Rompiendo el Silencio.
Durante el pasado 22 de abril, explica, ingresaron al Senado un proyecto de ley que busca consolidar los derechos filiativos para hijos o hijas de parejas del mismo sexo, aspecto que no fue recogido por el Acuerdo de Unión Civil. Estos derechos consagran, por ejemplo, la filiación de comadres y copadres sobre los niños, independiente de si se ha contraído o no matrimonio.
«Tenemos compañeras que han optado por la maternidad y tienen hijos que hoy están en la más absoluta desprotección legal. Lo mismo con los chicos que han optado por ser papás. Nos preocupa que ocurra lo que pasó con el acuerdo de unión civil que simplemente no los incluyó», explica Montecinos.
A juicio de la Agrupación Rompiendo el Silencio, lo anterior argumenta el hecho de que estos temas deben ser discutidos aparte del debate sobre matrimonio igualitario. «No necesariamente tiene que estar esta figura contractual para que nuestros hijos o hijas sean reconocidos. El matrimonio es una institución conservadora, que te dice que tienes que pasar por ahí para ser considerada familia. Y no todos ni todas quieren eso».
El movimiento de la diversidad sexual más allá del matrimonio igualitario
Durante años, el matrimonio igualitario se ha posicionado como la demanda central de la diversidad sexual, pero las discusiones al interior de las organizaciones dan cuenta de que no es el único tema de interés. Hay diversas exigencias, vinculadas al estado de discriminación que vive la población gay, lésbica y trans en diversos aspectos sociales.»Pareciera que el matrimonio igualitario fuera la principal demanda y no es así. Hay muchas otras situaciones que están ocurriendo y que no sólo pasan por el tema de la adopción. Hay tratamientos de inseminación artificial que se están realizando o parejas que vienen de otra relación y comienzan a educar a sus hijos con su nueva pareja. ¿Qué pasa cuando terminan o se separan con esos hijos que criaron juntos o juntas? Ojalá que no todos nuestros derechos sean negociados con el matrimonio y después todos y todas para la casa, como si ya no tuviéramos más que hacer», replica Montecinos.
Hoy, son cerca de 12 las agrupaciones de la diversidad sexual que están trabajando en la demanda de derechos filiativos. Después del ingreso del proyecto al Senado, se espera conseguir el apoyo del Gobierno y ya existe la venia del Consejo Nacional de la Infancia, a través de su directora Estela Ortiz.
Por ahora, el plazo de 20 días para la presentación del proyecto de ley de matrimonio igualitario por parte del Gobierno ya está en marcha. Al interior del Movilh, existe la certeza de que, en la media de que resuelvan los déficit de derecho e igualdad ante la ley, se irán resolviendo las demandas de la diversidad sexual.
Así lo argumenta Rolando Jiménez: «Con este acuerdo se viabilizan una serie de políticas públicas y acuerdos que van a dar la posibilidad de que el Estado asuma y trate con igual dignidad a las personas que tenemos opciones sexuales distintas y por lo tanto, se acaba la ciudadanía de segunda categoría a la que nos ha sometido el Estado chileno».