Movilh recuerda en Valparaíso a víctimas de incendio de Divine a 20 años de la tragedia

     Este 4 de septiembre se cumplen 20 años del incendio de la discoteca gay Divine de Valparaíso, donde perdieron la vida 16 personas, en medio de un contexto social, político y cultural afectado por una homofobia mucho más grave, aguda y sistemática que la existente en la actualidad

Movilh recuerda en Valparaíso a víctimas de incendio de Divine a 20 años de la tragedia

Autor: Cristobal Cornejo

 

 

 Este 4 de septiembre se cumplen 20 años del incendio de la discoteca gay Divine de Valparaíso, donde perdieron la vida 16 personas, en medio de un contexto social, político y cultural afectado por una homofobia mucho más grave, aguda y sistemática que la existente en la actualidad. El Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) recordó que sólo el 2010 quedaron completamente establecidas las causas del siniestro y la cantidad y número exacto de personas heridas y fallecidas. Junto con relanzar en redes sociales un estudio sobre la Divine, el Movilh llamó a recordar con las víctimas haciendo “más visible que nunca la verdad sobre las causas del siniestro” e instó a los dueños de la discoteca a pedir perdón.

 Movilh-Valparaíso, único organismo querellante en el Caso Divine, llama a recordar a las víctimas de la tragedia, contribuyendo a hacer visible más que nunca la verdad sobre las causas del siniestro, sobre las cuales no hay duda alguna, señalan.

El fallo del 6 de abril del 2010 de la Corte de Apelaciones de Valparaíso, estableció que nunca hubo un atentado homofóbico y que esa versión había sido un invento de los propietarios del recinto para ocultar su culpas del hecho, calificado por la justicia como un cuasidelito de homicidio que no recibió sanción sólo porque las responsabilidades penales habían prescrito.

«Llamamos en ese sentido a quienes fueron propietarios de la discoteca a pedir públicamente perdón. Perdón por haber efectuado instalaciones fraudulentas en la discoteca que provocaron el desperfecto eléctrico que dio origen al incendio. Perdón, por no tener habilitada una salida de escape que hubiese permitido que más personas se salvaran. Perdón por haber ocultado pruebas y antecedentes para dar con la verdad en los tiempos apropiados. Perdón por inventar la falsa hipótesis de un atentado homofóbico, perjudicando el enfoque de las investigaciones. Perdón, por las trágicas muertes. Perdón, que es lo único que puedan dar, pues cuando se esclarecieron las causas del siniestro, las penas estaban prescritas», indicaron los activistas.

Al cumplirse 20 años de la tragedia, y a tres años del sobreseimiento definitivo del caso, llamaron a la sociedad a ser enfática respecto a las causas de la tragedia. El llamado es particularmente importante, pues sigue existiendo un clima que erróneamente hace suponer que las causas de la tragedia no fueron aclaradas.

«En el Caso Divine no hay dudas, ni sospechas, ni falta de claridad. Los propietarios del recinto, encabezados por Nelson Arellano, fueron responsables por cuanto antes del incendio sometieron a la discoteca a diversos arreglos de pintado, carpintería, ornamentación y eléctricos fraudulentos e irregulares que terminaron por provocar el siniestro», afirmaron.

En efecto, en agosto de 1993 se cubrieron las paredes y techos de la zona de acceso de la discoteca con cubrepiso que fue pegado con agorex, elemento de fácil combustión, según los peritos.

Además, antes del incendio se compraron e instalaron nuevos equipos para la discoteca como televisores y luminarias, se agregaron más elementos de audio y se amplió el amperaje de 15 a 30 con cables de 1.5 milímetros y no de 2.5 milímetros, como lo exige la norma.

Tales irregularidades hacen que la corriente eleve la temperatura “quemando el forro que cubre el cable y por supuesto cualquier material combustible que esté cerca”. Además, “los cables estaban a la vista” y no cubiertos con plástico corrugado, puntualizaron las investigaciones judiciales.

La irresponsabilidad de los propietarios llegó al extremo de que dichos cambios no fueron notificados, ni informados, además de pesquisarse una instalación eléctrica fraudulenta ubicaba en la pared izquierda de la mampara del primer piso del edificio.

Se trata de un sistema de fusibles tipo tapón que “fue ocultado a los fiscalizadores para obtener el permiso de normal funcionamiento de un lugar destinado a la atención a público, conducta que en ningún momento previno la posibilidad de provocar un sobrecalentamiento de los conductores eléctricos por una instalación obsoleta y un incendio que causa la muerte de personas al interior de su local comercial”, puntualizó el investigador policial Claudio Alarcón Zamora, quien en mayo del 2006 fue designado en forma exclusiva para el caso, tras una petición formulada por el Movilh a la actuaria Mariana Díaz y al jefe de la Quinta Región Policial de Valparaíso, prefecto inspector Alfredo Jiménez Ogalde.

El cuasidelito de homicidio queda más claro aún al considerar que la mencionada instalación eléctrica fraudulenta estaba ubicada tras una puerta batiente, la cual “fue retirada del sitio del suceso, con el fin de ocultar la real causa del siniestro, “en forma dolosa”, puntualiza el inspector Alarcón, junto con precisar otra serie de irregularidades.

En tanto, la puerta de escape de la discoteca gay Divine de Valparaíso simplemente no estaba habilitada, de acuerdo a todos los peritajes y careos efectuados tras la reapertura.

“La puerta de escape no sólo estaba cerrada con un pestillo. Tenia una cadena y un candado y, peor aún, se abría hacia dentro, lo que impidió abrirla a tiempo y obligó a bomberos a derribarla. Incluso antes del incendio un bombero le pidió a Arellano que corrigiera este peligro, y no lo hizo”, dijo Rolando Jiménez.

Se trata del bombero Carlos Jorge Hernández Valenzuela, quien señaló que junto a su compañero, Enzo Sumonte, “procedimos a darle instrucciones al señor Arellano para que realizara las correspondientes modificaciones de vías de evacuación, argumentándole que esa puerta tenia que estar sin candado, con la vía expedita”.

A la gravedad de estos hechos, se suma la homofobia en las primeras investigaciones judiciales y policiales, a un punto que los sobrevivientes y testigos denunciaron acosos, indagaciones y golpizas en razón de su orientación sexual, lo que además de provocar daños en las personas, alteró el foco de las investigaciones, importando más quien era o no gay que las razones y responsables de la tragedia.

Conviene recordar que el 2010 no sólo quedaron establecidas las causas del siniestro, sino también la identidad y número exactos de fallecidos.

Los fallecidos, ascendieron a 16 y no quedaron cuerpos o restos óseos sin identificar. De esos, 14 murieron por carbonización, uno por caída y otro por asfixia. Sus nombres: Andrés Angelo Agüero Bravo, Carlos Roberto Araya González, Hugo Alejandro Beltrán Angel, Julián Pablo Domínguez Elordi, Mauricio Fabián Herran Suazo, Oscar Alfredo Holz Romo, Francisco Segundo Llantén Torres, Gabriel Enrique Martínez Muñoz, Tomás Francisco Osorio Manquien, Luis Rodrigo Quiroz Bustamante, Sergio Requena Chandia, Hans Friz San Martín Pizarro, Víctor Hugo Santander Ibáñez, Juan Luis Tapia Moscoso, Jorge Eduardo Valverde Cifuentes y Patricio Del Carmen Vásquez Ponce.

En tanto, los lesionados sumaron 29, 14 de ellos con registros de atención en el Hospital Van Buren de Valparaíso, mientras que los otros 15 se atendieron privadamente en Viña del Mar.

El detalle de todos estos hechos se encuentra en el informe “Discoteca Divine, la verdadera historia”, un estudio del Movilh que fue relanzado hoy en redes sociales y que se encuentra AQUI.

El Ciudadano

 

 


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