Movimiento de pobladores dice no a la “ritalización” de sus hijos

Integrantes del Movimiento de Pobladores Sin Techo (MPST) se han organizado para rechazar el uso de drogas para frenar una supuesta hiperactividad de sus hijos, a través de medicamentos como el ritalín

Movimiento de pobladores dice no a la “ritalización” de sus hijos

Autor: Wari

Integrantes del Movimiento de Pobladores Sin Techo (MPST) se han organizado para rechazar el uso de drogas para frenar una supuesta hiperactividad de sus hijos, a través de medicamentos como el ritalín. Los padres y madres cuestionan la gran cantidad de diagnósticos de “Déficit Atencional” en las poblaciones y alarman sobre los verdaderos efectos del Ritalín.

Más allá de la lucha por conseguir una vivienda digna, desde distintos comités de allegados decidieron dar otra batalla: la lucha por la dignidad y la salud de sus hijos. Es por ello que comenzó un proceso de autoformación entre las pobladoras organizadas, profesores y educadores del Grupo de Estudios y Trabajos en Educación Popular (Getep), para luchar en contra la llamada “pastilla de la obediencia”. Empezaron a recabar datos y a realizar difusión sobre esta problemática.

Como herramienta de difusión y de Autoeducación elaboraron un Díptico Informativo sobre el Déficit Atencional que sintetiza las preguntas y respuestas que se fueron recopilando. Para las pobladoras esta lucha continúa, pero esta respuesta colectiva que dieron ya está instalada como un claro esfuerzo por lograr mayor autonomía y para liberarse de las presiones y discriminaciones que impone un modelo educativo que desde lo impensado continúa siendo excluyente.

LA DUDOSA PROCEDENCIA DEL DÉFICIT ATENCIONAL

El trastorno del Déficit Atencional con Hiperactividad (TDA-H) es una de las enfermedades más sobrediagnósticadas en Chile. Según datos del Ministerio de Salud, se considera que uno de cada 80 estudiantes en educación básica necesita “tratamiento”. Sin embargo, en las aulas populares la realidad es muy distinta, cerca de 15 a 20 niños en cursos de 50 estudiantes sobrellevan este tipo de diagnóstico y debe medicarse. La pregunta era clara: ¿Cómo pasamos del «1 de cada 80» a «20 de cada 50”?

Según los manuales oficiales (DSM-IV) el TDAH consiste en la desatención, hiperactividad e impulsividad, y es un problema de adaptación que debe presentarse antes de los 7 años de edad. De acuerdo a diversos estudios, esta enfermedad ha sido cuestionada en su definición médica ya que no existe claridad ni prueba diagnóstica del supuesto sustrato biológico que subyace la enfermedad (Timimi et al, 2004). Además, el diagnóstico es clínico, es decir, por observación de un número predeterminado de síntomas, no habiendo pruebas que puedan establecer diferencias biológicas significativas en niños con este cuadro.

El instrumento utilizado en la mayoría de centros de atención primaria, consultorios y escuelas para hacer diagnosticar TDA es el Test de Conners, prueba que no ha sido estandarizada en Chile, existiendo evidentes dudas de su confiabilidad, aplicada a una población diversa y con condicionantes culturales y psicosociales muy diferentes a la de los países desarrollados. (Fristad, Weller y Weller., 1992; 1995)

EL RITALÍN: LA PASTILLA DE LA OBEDIENCIA

El tratamiento para esta enfermedad es el conocido fármaco “Ritalín” o también llamado Concerta o Aradix, estos remedios contienen Metilfenidato, componente activo derivado de la Anfetamina. El efecto que debía producir estos remedios es que los niños se concentraran con mayor facilidad. Sin embargo, las mamás notaban que sus hijos parecen “zombies” y andan “como atontados” en vez de la característica actitud inquieta y curiosa que mostraban antes. Al parecer esta droga tenía efectos secundarios que no eran advertidos por los médicos, ni menos por los colegios.

De hecho, el Instituto de Salud Pública de Chile (ISP) advierte el año 2009 que el uso de este fármaco tiene posibles efectos adversos cardiovasculares, problemas psiquiátricos y reducción del crecimiento y maduración sexual producto del consumo, entre otros. Diversas investigaciones buscan conocer cuáles son los efectos que produce realmente este medicamento de moda hoy en las escuelas para mantener tranquilos y sumisos a los niños en la monótona sala de clases. Parece no ser casualidad que algunas universidades y cadenas farmacológicas vean en esta situación un rentable negocio, así lo muestra la seguidilla de eventos legitimadores de esta patología (congresos, seminarios académicos, coloquios), organizados en conjunto por estas instituciones.

Algunas escuelas de las comunas periféricas presionan a través del condicionamiento de la matrícula, culpabilizando a las pobladoras en su rol de madres para que mediquen con Ritalín a sus hijos. Este hecho que es ilegal y atenta contra los derechos del niño (según las “Normas y Derechos para Escolares” que el propio Mineduc reconoce), va produciendo una discriminación originaria en los llamados niños “problemas” que desde su más tierna infancia aprenden: “Yo soy desordenado, necesito mi pastilla” inaugurando una vida de dependencia consumista a la pastilla, a la tarjeta de crédito, a las zapatillas, las drogas, en fin cualquier “soma” que le sirva para incluirse en aquel mundo que desde siempre lo excluyó.

Fuente: www.opech.cl

Entrevista pobladora MPST en capitulo 12 Programa Radial “Alerta Educativa”

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