Movimiento social político ecologista y municipales 2012

Partidos políticos nuevos, en formación y organizaciones sociales se plantean la participación en las municipales de este año

Movimiento social político ecologista y municipales 2012

Autor: Director

Partidos políticos nuevos, en formación y organizaciones sociales se plantean la participación en las municipales de este año. Esta opinión sólo representa a un Ciudadano eco cooperativista para un análisis sobre las elecciones municipales 2012

 

Pero  ese análisis sobre las “comunas Viables, para los movimientos y partidos  emergentes se refiere al pasado, y como decía el viejo Einstein no se pueden resolver los problemas en el mismo nivel de conocimiento que los creó: La inscripción automática y el voto voluntario son coherentes con la mantención o la cosmética del sistema político chileno y su binominal, por ello la discusión que intenta instalar la DC y RN para dar más poder a un parlamento de papel, es un canto de sirenas que la ciudadanía no escucha.

 

Estos hechos son parte de la estrategia de  desincentivo para que no voten cinco millones de personas, dirigida particularmente a las nuevas generaciones. Pero no las despolitiza, ni  a ellos ni a la ciudadanía. Las formas fractales de autoorganización de grupos y organizaciones, no hacen más que develar la ridiculez de los políticos profesionales y los partidos clásicos de preocupación sobre el alejamiento cada vez mayor del ciudadano de la política; pero no es de la política, sino de los políticos profesionales (la clase política) y sus elecciones. Estamos  en un problema que tiene contenedores y solucionadores.

 

El problema en el imaginario colectivo lo contiene  el poder de las transnacionales, las grandes empresas, los partidos políticos y el gobierno de turno. La solución emerge del proceso constituyente, el movimiento estudiantil, social, mapuche, ecologista y anti capitalista. Cualquier estrategia de los grupos emergentes no sólo “no debe ser, sino tampoco parecer” ante la ciudadanía y los jóvenes como parte del problema, por ello la cuestión electoral es hoy importante y delicada.

 

En mi opinión, este fenómeno es un síntoma saludable contra un sistema creado para una genuflexa clase política, en especial aquella de izquierda, por su responsabilidad en la contención de los conflictos sociales y ambientales y el engaño mantenido por mas de 20 años.

 

Este sistema no sólo creado en el siglo XX, sino por una Dictadura, cuyas élites moralmente no pueden cuestionar ni cambiar, pues nacieron de el y este es parte de su identidad. Todos sabemos que los proyectos enviados fueron meros testimonios que sólo justificaron a sí mismos a políticos y  partidos – a pesar de su tránsito por los dramáticos acontecimientos de desarrollo del Código minero de la dictadura, del entramado de lujo del código de agua para la generación y distribución eléctrica, el robo de tierras mapuches  y bosques estatales para el modelo forestal depredatorio chileno, de la banca y los grupos que sustentan a los partidos en bloque, la venta del agua, la explotación laboral de millones de trabajadores, etc., etc… y etcéteras.

 

Pero estos son sólo síntomas del cuestionamiento profundo, serio e informado por las nuevas realidades del siglo XXI.

 

Sencillamente las personas estamos cada vez mejor preparadas, tenemos mucha más información al alcance – literalmente – de la mano, podemos comunicarnos y crear redes relacionales con cualquier parte del mundo… podemos, debemos, y queremos ejercer identidad,  personali­dad, asumiendo el poder para ello, en las diferentes comuni­dades y sociedades en las que su vida se desarrolla.

 

La revolución que traemos está en las ráfagas que surgen de la persistente disonancia entre lo que  ocurre y lo que soñamos, en ese malestar latente que produce el no contar con procesos incluyentes, que recojan los dramáticos desafíos de nuestros tiempos y los cuestionen, es una revolución de la filosofía y los conceptos en ella generados, con los que guiamos nuestras acciones y utilizamos nuestras herramientas.

 

Al decir de Enrique Left se trata de la Racionalidad Ambiental, pues la crisis ambiental es una crisis de las formas de racionalidad y de los procesos de racionalización instaurados en el planeta que, fundados en las formas de conocimiento de la ciencia moderna, han invadido e intervenido al mundo, desencadenando un proceso de degradación socioambiental que desemboca en la destrucción de las bases de sustentabilidad de la vida. Esta es la esencia de la crisis de paradigma a la que nos enfrentamos, para la cual contamos con un paradigma en proceso constituyente.

 

La marcha progresiva hacia el cambio climático no sólo aparece como la manifestación de leyes universales ineluctables (de la naturaleza, de la cultura); la muerte entrópica del planeta es resultado del desencadenamiento de procesos generados, insuflados y dirigidos por una racionalidad económica construida históricamente —a partir de la modernidad fundada con base en la metafísica, la teología y la ciencia—, la cual ha conducido a un proceso de racionalización del mundo desconociendo las “leyes de la vida”.

 

“La institucionalización de la racionalidad económica se va configurando ya a partir de la instauración de pensamiento metafísico que piensa el ser como ente, y se va entretejiendo con las formas embrionarias del intercambio mercantil y de las jerarquías sociales que llevan —con la industrialización naciente— a establecer relaciones de explotación, al tiempo que la ciencia mecanicista se filtra en la teoría económica codificando al mundo a partir de los principios y valores de la estructura económica constituida por el modo de producción capitalista. De este modo se instaura un nuevo orden social, un modo de producción y de organización del mundo que parte de una “falacia económica” y se convierte en un eficaz mecanismo para instituir un mundo economizado, colonizando las formas culturales de conocimiento y valorización de la naturaleza, y llevando a la mercantilización de la vid. “(E Left)

 

Por ello concluyo con algunas preguntas

 

¿Cuál es el paradigma desde el que los Ecologistas nos sumamos en la convocatoria para cambiar la historia y configurarla, con nuevas distinciones, hemos discutido al respecto, si no es así, tenemos vocación de hacerlo en nuestras localidades y comunidades diversas?

 

¿Cuál es el estado del arte en el escenario político, social y ecológico en Chile, según nosotros, para darle sentido a competir con propuestas en base a nuestros paradigmas, en la competencia por la Administración política local?

 

Y por tanto cuales son las bases programáticas del Partido Ecologista para el espacio comunal?

 

Los acelerados cambios mundiales, latinoamericanos y la situación nacional, contienen suficientes y contundentes elementos para colocar una Visión Ecológica[1]a para un Chile diverso, democrático y  de mayorías.

 

Por Antonio Fernández Rivas


Reels

Ver Más »
Busca en El Ciudadano