La señora María Carvajal sufrió el ataque de un can a mediados de junio. Señala haber sido mal atendida, tanto en el hospital como en el consultorio. Los médicos que la observaron niegan las acusaciones.
La Unión.- Cuando el pasado 16 de junio, la señora María Carvajal esperaba un taxi para hacer una diligencia junto a una amiga, jamás se imaginó que viviría una experiencia tan traumática. El perro de la casa de su compañera, un pastor alemán de proporciones razonables, se abalanzó repentinamente sobre ella y la atacó, lanzándola al piso. Una vez en el suelo, el mastín le mordió la cabeza, provocándole una herida en la región occipital del cuero cabelludo.
Rápidamente y sangrando, es trasladada en el taxi que esperaba, al Hospital Dr. Juan Morey, donde se le prestan los primeros auxilios, en el servicio de urgencia del recinto.
Según ella, es ahí donde comienzan los problemas. “Yo venía con la glicemia sumamente alta y me salía mucha sangre, ya que la herida fue grande. La primera cosa extraña es que no me aplican la vacuna antirrábica, y al tratarme la mordedura, no me rasuran ni nada. Tampoco se preocuparon de mi alto nivel de azúcar”. Es necesario señalar que la señora Carvajal es diabética. Después de limpiarle la herida y curarla, se suturó y la paciente fue enviada a su domicilio.
El Dr. Mario Cociña, médico general que la recibió en el hospital señala que “llegó una paciente con una herida bastante extensa. Se le realizó aseo y sutura. Y se envió a su domicilio. No corresponde vacunarla, ya que el perro era conocido, era de su amiga, las normativas no estipulan vacunar en estos casos.”
En el mismo Morey, el Dr. Rachid Gorrón, médico cirujano que la atendería varios días después, comenta respecto el tema: “Yo desconozco si le colocaron la vacuna antirrábica. Tengo entendido que a todos los pacientes se les coloca sólo si es necesario, seguramente el médico que la evaluó determinó que no era necesario hacerlo y no la colocó, porque me imagino que el perro era un perro conocido.” Finalmente, Cociña acota “si el animal vive tras diez días, significa que éste no tiene rabia, y entonces la persona no corre peligro respecto al tema rabia, independiente de las sobreinfecciones, porque las heridas por mordedura de perros son altamente infectantes.
Ante el problema de su alto nivel de glicemia y del hecho de que no fue rasurada, los especialistas también bajan el perfil del asunto. Ellos señalan que hoy en día las normativas han cambiado bastante respecto a ese tema, porque a veces eso implica más riesgo de infecciones. Además, trascendió, ella al ser una paciente diabética, que fue atacada por un animal y con una herida que sangraba bastante tendría una mayor tendencia al stress y por ende, sus glicemias se dispararían en esos momentos, no siendo un nivel peligroso para ella, según las evaluaciones.