La protesta fue convocada para demandar justicia por el fallecimiento de la joven, cuya extraña muerte tuvo lugar en una prisión del condado de Waller (Texas), después de que varios días antes hubiera sido cruelmente detenida por un policía de raza blanca.
Gente con pancartas al grito de «¡Dejen de matarnos!» se reunió en Newark para «oponerse al racismo, la pobreza, la desigualdad, la exclusión y todas las formas de opresión existentes hoy en día en el país norteamericano», dijo el activista social Larry Hamm, citado por los medios locales.
«Se está generando un estado policial en EE.UU. Queremos acabar con el ataque a los derechos construccionales y no estaremos paralizados por el miedo, sino lucharemos cada día de nuestras vidas», agregó Hamm.
El caso de Sandra Bland se suma a otros que ocurrieron durante el último año en el país y que guardan relación con la violencia policial ejercida contra los afroamericanos. Entre ellos la muerte de Michael Brown en Ferguson y la de Freddie Gray en Baltimore.