#NiUnaMenos: el histórico y masivo rechazo de Chile a la violencia hacia las mujeres

La manifestación, que buscó expresar el rechazo de la sociedad hacia la violencia contra las mujeres, convocó a más de 80 mil personas en Santiago y se replicó en 22 ciudades a lo largo del país.

#NiUnaMenos: el histórico y masivo rechazo de Chile a la violencia hacia las mujeres
Autor: Vanessa Vargas
Vanessa Vargas

La noticia del terrible padecimiento que debió sufrir Lucía López, la adolescente argentina de 16 años que fue drogada, violada y empalada hasta morir hace unos días en Argentina, se convirtió en una razón ineludible para empujar a las mujeres, organizaciones, sindicatos, colectivos, familias y hombres que hoy salieron en masa a alzar la voz por el fin de la violencia de género.

Por estos días, con el mismo dolor, se conoció la muerte de Florencia Aguirre, la pequeña de 10 años que fue asfixiada y quemada por su padrastro en Coyhaique, una víctima más entre tantas otras a las que el machismo les apagó la vida. Según cifras de la Red Chilena Contra la Violencia Hacia las Mujeres, en lo que va del año 2016, ya son 40 los femicidios registrados.

En la capital, el rechazo ciudadano a la violencia machista se hizo sentir a través de cánticos, novedosas pancartas y performances varias. En un primer conteo, los organizadores estimaron que la convocatoria superó las 80 mil personas, aunque la cantidad total de gente que salió a la calle durante la tarde alcanzó, por lo bajo, las 150.000 personas. Era una masa de gente la que ocupó la capital hasta el punto que una fila de manifestantes avanzaban aún frente a La Moneda a dos horas del inicio de la convocatoria.

Por su parte, el Gobierno hizo patente su solidaridad con la manifestación a través de la proyección de un hashtag con la consigna #NiUnaMenos en la fachada del palacio presidencial, lo que capturó la atención y las fotografías de los manifestantes. Sin embargo, más de alguno hizo notar la discordancia entre el mensaje de La Moneda y el trato recibido por Lorenza Cayuan, la comunera mapuche que fue obligada a dar a luz engrillada de los pies y ante la presencia de personal de Gendarmería.

También representantes políticos participaron a la convocatoria, algunos de ellos sin ser nada bien recibidos por la multitud. Fue el caso del diputado y presidente de Evópoli, Felipe Kast, quien votó en contra del proyecto de despenalización del aborto en la Cámara el pasado mes de marzo. Precisamente el aborto y el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo fue otra de las consignas más aclamadas y escritas en las pancartas y cuerpos de los participantes.

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UNA CONVOCATORIA AMPLIA, TRANSVERSAL Y DESCENTRALIZADA

Frente al Monumento a las Mujeres Víctimas de la Represión Política de la dictadura -ubicado en Los Héroes- un grupo de feministas autoconvocadas leyeron una declaración en compañía de una machi.

«Hemos decidido convocarnos para marchar y exigir que la violencia extrema hacia las mujeres se detenga. Basta de asesinatos, basta de violarnos, basta de torturarnos, basta de acosarnos. Porque las mujeres a lo largo de la historia hemos tenido que salir a la calle para conquistar nuestros derechos a estudiar, a votar, a vivir sin dictadura, a decidir sobre nuestro cuerpo y existencia, por eso estamos aquí», sentenció una de las voceras.

El mensaje se repitió en los lienzos de los numerosos colectivos políticos y feministas que participaron de la manifestación, que además mostró la presencia transversal de hombres y mujeres de todas las edades. En la cita, los y las más pequeñas también captaron el protagonismo de las consignas, en un mensaje sensible y latente por el derecho de las niñas a vivir y crecer sin miedos.

Cerca de 22 ciudades se sumaron a la convocatoria con amplias protestas. Antofagasta, Valparaíso, La Serena, Valdivia, Temuco, Puerto Montt y Concepción, entre otras, fueron algunas de las más concurridas.

Hasta ahora, esta se posiciona como una de las movilizaciones más masivas de las que se tenga registro en Chile en relación a la demanda específica por el fin de la violencia hacia las mujeres. Un movimiento que en nuestro país empieza a tomar cuerpo y que se equipara al que ya se daba en Argentina, Brasil, México, Perú, Colombia y Bolivia. De hecho, 14 de los 25 países con más feminicidios se encuentran en Latinoamérica.

 

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Vanessa Vargas y Meritxell Freixas

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