“Recuperar, rehabilitar, restaurar” es el lema de la iniciativa que intenta convertir a una antigua escuela abandonada del cerro Alegre de San Antonio, en un centro para acercar el arte, la cultura y la educación a la comunidad. El movimiento espera revertir la decisión del municipio, que arrendó ese espacio para un estacionamiento destinado al casino, hotel y mall que se están construyendo en la costanera de dicha ciudad.
Todo comenzó hace nueve meses en la ciudad-puerto de San Antonio, con la intervención en plazas públicas a través de malabares, feria de libros, música en vivo y proyecciones audiovisuales. La buena acogida de la comunidad y la activa participación de los agentes culturales, sumado a la falta de lugares dedicados al desarrollo artístico, los llevó a buscar espacios abandonados de la ciudad, donde pudieran converger los distintos actores y artistas. Se observaron distintas posibilidades, llegando finalmente a la Escuela Nº1 -popularmente conocida como “escuela vieja”-, ubicada en el sector de Cerro Alegre. Un edificio de 2.400 m2, 22 salas, un patio y un jardín, abandonado durante 23 años, y que era utilizado como basural, vivienda de marginados sociales, y centro de drogadicción y delincuencia.
En octubre de 2008 se inició el trabajo de recuperación de la Escuela Nº1. Comenzaron con la grabación de un video de malabarismo, y con jornadas de limpieza -apoyados por una empresa local de movimiento de tierras-, llevándose gran parte de la basura. Más tarde se sumaron el taller de malabares, una feria de trueque, música en vivo y ciclos de cine. En el verano se agregaron foros de conversación, como, por ejemplo, el de educación popular; una clase participativa sobre arte contemporáneo, con la participación de la Universidad Arcis-Valparaíso, y una escuela de verano, donde se abrieron a la comunidad de manera gratuita talleres de cine, música, huerta, yoga, teatro e intervenciones callejeras, quena, papel reciclado, guitarra, futbol, artesanía, francés, ajedrez y malabarismo. Además, se instaló una bicicletería abierta a toda la población, y se efectuaron intervenciones callejeras, tocatas de grupos locales y regionales, exposiciones itinerantes, campeonatos de futbol, carnavales de apoyo y actividades para los niños. Esta etapa terminó con el retiro total de la basura, por parte de la municipalidad de San Antonio, a principios de marzo del presente año.
El movimiento Nueva Escuela Nº1 está integrado por centros culturales, agrupaciones y colectivos artísticos, profesionales del área social, juntas de vecinos, radios y semanarios locales, pintores, músicos, malabaristas, profesores, artesanos, arquitectos, vecinos, jóvenes, niños y niñas, adultos mayores, dueñas de casa, trabajadores, estudiantes, y cesantes. Funcionan con una estructura horizontal (sin jerarquías de poder establecidas), en donde todas las personas que participan activamente están integradas en la toma de decisiones. Es un espacio público autogestionado por la comunidad, a través de la cooperación voluntaria, y con diversas herramientas productivas: huertos, hornos de barro, centros de reciclaje, eventos y voluntariados.
El proceso de rehabilitación consiste en darle vida a los distintos espacios que estaban abandonados y en deterioro. Hasta el momento se ha rehabilitado el patio utilizado por años para jugar futbol por los vecinos del lugar, limpiando y pintando la cancha, y arreglando los arcos. Además, se comenzaron a pintar y decorar salas y pizarrones. Se creó una bodega, un baño seco, un invernadero, una ducha, un dormitorio, una cocina; también se limpió y habilitó el subterráneo. En esta etapa se encuentran actualmente, y hoy el trabajo está enfocado a la construcción de huertas, de espacios dedicados al compostaje y al reciclaje, y a la rehabilitación de los jardines frontales.
La tercera etapa tiene que ver con la restauración de la estructura dañada por el terremoto de 1985. Considera, en algunos casos, la demolición de elementos estructurales y su reemplazo por otros que restituyan la capacidad resistente del edificio, además de la reposición de los elementos perdidos por el saqueo que se produjo a partir del abandono del edificio.
La Escuela Nº1 (ex D-460) fue construida en 1956. A comienzos de 1982, el Ministerio de Educación la traspasó –con fines exclusivamente educacionales- a la Municipalidad de San Antonio. El terremoto de 1985 dañó su estructura y, a pesar de que el departamento de Arquitectura de la Dirección de Obras concluyó que era posible repararla, el municipio decidió dejarla abandonada.
A mediados del 2007, la municipalidad destinó el terreno –a través de un contrato de arrendamiento- para un proyecto de estacionamiento, asociado a la construcción del complejo “Centro comercial, hotel y casino del Pacífico”. Pero, ese mismo año, tres concejales solicitaron un pronunciamiento a la Contraloría Regional para que revisara ese contrato, pues pasaba por alto la condición de que fuera destinado a fines educacionales. En julio de 2008 el ente fiscalizador le dio la razón a los concejales que hicieron la demanda, por lo que el municipio debería cancelar el contrato y devolver el inmueble al Fisco. Sin embargo, la municipalidad presentó una apelación a la Contraloría Nacional.
La precariedad sanantonina
Actualmente San Antonio, comuna con 76 mil habitantes, se encuentra en una crisis caracterizada por su muy alta tasa de cesantía (19.7 %). La mayoría de los trabajos son precarios (baja remuneración), duros físicamente y con jornadas de 12 horas (o más), lo cual no da para mantener a una familia, ni tampoco para compartir un tiempo de calidad con ella.
Producto de lo anterior y de la arraigada cultura chilena mercantilista que incita al consumo y a tener siempre más (publicidad omnipresente), la gente siente que no tiene otra opción que ir al banco a endeudarse. Los problemas económicos, a su vez, generan un stress que se manifiesta en el grupo familiar. Esta precariedad se ve reflejada en altas tasas de depresión, y que los miembros de la familia estén buscando distintos refugios de evasión, como el alcoholismo (39.6%) y la drogadicción (17.5%). Esto no hace más que empeorar la situación, provocando actos delictivos y violencia. Para solucionar los problemas económicos las personas llegan, en casos extremos, a buscar formas alternativas de ingreso, tales como el trabajo de niños, el robo, el tráfico de drogas y la prostitución infantil.
A nivel de infraestructuras culturales, San Antonio se encuentra sin sala de cine ni de teatro, con una biblioteca municipal pequeña -con daños evidentes y mala ubicación-, y con pocos lugares que se dediquen a generar arte y cultura. Tampoco existe un espacio verdaderamente artesanal. La ciudad cuenta con pocas plazas que inviten a descansar o áreas verdes en donde poder recrearse, hacer deporte o compartir.
Si quieres conocer más esta experiencia, visita http://nuevaescuela1.blogspot.com/
por Cristian Sotomayor
El Ciudadano