La investigación doctoral de Franck Gaudichaud dedicada al poder popular en el gobierno de la UP, los cordones industriales y el movimiento obrero cuajó en el libro Chile 1970 – 1973: Mil dias que estremecieron al mundo. Poder popular, cordones industriales y socialismo durante el gobierno de Salvador Allende (LOM Ediciones). El libro será presentado en el cierre del Coloquio sobre Movimientos sociales, trabajo y coyunturas políticas en la historia presente. Chile y América Latina.
“Poder popular”, “cordones industriales”, “participación de los trabajadores”, “abastecimiento directo”, son algunos de los ingredientes del proceso sociopolítico analizado en este libro y que nos permiten recuperar así toda la rica dimensión colectiva de la experiencia de la Unidad Popular en Chile (1970-1973). Reviviendo con precisión y detalles las movilizaciones sociales y luchas obreras que tuvieron lugar durante esos mil días, Franck Gaudichaud rescata numerosos “tesoros perdidos” de la “vía chilena al socialismo”. Gracias a un enfoque original y una investigación que combina fuentes escritas y testimonios orales, ciencia política, historia y sociología, este estudio ampliamente documentado basado en un trabajo de tesis doctoral, reconstituye la dinámica revolucionaria de esta época, vista “desde abajo”, a nivel de las fábricas ocupadas, de los barrios populares y de las poblaciones movilizadas.
Al ritmo de las luchas colectivas que marcaron el gobierno de Salvador Allende, este libro muestra el desarrollo y radicalización del movimiento obrero, las formas de auto-organización y los repertorios de acción utilizados. Aborda también los debates y estrategias de la izquierda chilena, estudia las relaciones complejas, a veces tensas y contradictorias, que mantienen entonces el movimiento popular, las organizaciones partidarias, los sindicatos y el gobierno. Este enfoque, centrado en la historia de los Cordones Industriales y las diversas formas de “poderes populares constituyentes” urbanos que surgieron en la periferia de Santiago y en algunas de las grandes ciudades del país, permite renovar nuestra comprensión de este episodio fundamental de la historia del siglo XX. Este libro abre también nuevas pistas de interpretación de los eventos que condujeron –hace ya más de 40 años- al fin trágico de la Unidad Popular.
Franck Gaudichaud es Máster en historia (Universidad Bordeaux 3), Doctor en ciencia política (Universidad Paris 8). Desde 2007 es académico en Historia y Estudios latino-americanos en la Universidad Grenoble-Alpes, Francia. Investigador invitado a dar conferencias en varias universidades latino-americanas, ha escrito numerosos artículos sobre sindicalismo, movimientos sociales, izquierdas, procesos revolucionarios y neoliberalismo en Chile y América Latina.
Las experiencias de la Unidad Popular para el Chile de hoy
La presentación será la actividad de cierre del Coloquio Internacional Movimientos sociales, trabajo y coyunturas políticas en la historia presente. Chile y América Latina, a realizarse este 2 de noviembre en el salón Domeyko de la Casa central de la Universidad de Chile. Comentarán el libro el historiador Julio Pinto (Premio Nacional de Historia 2016), Claudia Marchant (traductora) y Mario Olivares, dirigente sindical, ex militante en los cordones industriales.
En Valparaíso, el libro será presentado el 3 de noviembre (18:30 hrs.) en la Librería En el blanco (Blanco 1065, 2º piso). Será comentado por el historiador Luis Corvalan M. y Mabel Zúñiga, presidenta ANEF Quinta región.
Compartimos el prefacio del libro, escrito por el historiador Jorge Magasich:
UNA REFLEXIÓN DE CALIDAD SOBRE UNA CREACIÓN MAYOR DE LOS TRABAJADORES
Según la expresión del propio Franck Gaudichaud, lo acontecido durante aquel intenso y excepcional trienio 1970-1973 en Chile ha suscitado un verdadero “océano bibliográfico”. Hay, en efecto, cientos de libros que abordan el período de la Unidad Popular desde ángulos diversos, y se necesitarán tal vez algunos más para expresar la riqueza y creatividad popular que se desarrolló hace cuatro décadas. Sin embargo, aquel “océano” no cubre las temáticas en porciones similares. La parte más extensa la componen los relatos de vivencias personales, los ensayos biográficos sobre Salvador Allende, y también los trabajos que argumentan por una u otra ala de la izquierda. Se encuentran también, en menor medida, estudios sobre el proyecto y las realizaciones de la Unidad Popular: el fin de los anacrónicos latifundios; la nacionalización de las cinco grandes minas de cobre; la creación del Área de propiedad social, incluyendo la nacionalización del salitre, carbón, hierro y de los bancos, lo que hizo posible un sensible aumento de los ingresos, especialmente el de los más modestos. Y han aparecido algunos estudios que comienzan a indicar cómo se urdió la conjura.
Paradójicamente, los movimientos sociales han sido objeto de pocos estudios, aunque su importancia y su “peso histórico” mayor estén fuera de duda. La llegada de Allende a La Moneda en 1970 es la coronación de un largo proceso social de acción y organización de los sectores populares. Desde los años 1930, incluso antes, los trabajadores crean y consolidan organizaciones sindicales y otras, que con avances y retrocesos dan luchas sociales trascendentales, incluyendo varias huelgas generales. Estas inspiran a los partidos socialista y comunista que desde los años 1950 formulan las ideas básicas el programa de gobierno histórico de la izquierda: reforma agraria, nacionalización del cobre, creación de un sector social de la economía. Ideas que serán propuestas en cuatro elecciones presidenciales. Aquella tradición de organización se amplifica a partir de 1970, cuando “los de abajo” adquieren conciencia de su rol de actores de la historia y se muestran determinados a incidir sobre su curso. El “pueblo de izquierda” se organiza en una red de unos 15.000 comités de Unidad Popular que hicieron posible la elección de Allende. Y desde fines de 1971 aparecen nuevas organizaciones como los Consejos Comunales Campesinos, las Juntas de Abastecimiento y Precios, las experiencias de “canasta popular” y abastecimiento directo y, sobre todo, los Cordones Industriales que surgen como respuestas populares al agudo conflicto social. Esta nueva dimensión organizativa confirma aquellos movimientos sociales como actores cruciales del período y como el principal sostén del Gobierno de Allende. Desde 1972 serán designadas con el término genérico de “Poder Popular”, adoptado por la historiografía.
Estas nuevas organizaciones, no previstas por la izquierda ni la derecha, se organizan en la óptica de defender al gobierno (en ningún caso contra él) ya que éste encarna el proyecto de transformaciones con los que se identifica el movimiento obrero. Pero el apoyo no es absoluto y hubo conflictos entre el Gobierno de la Unidad Popular y el “Poder Popular”. Próximos al ala más radical de la izquierda, los Cordones Industriales critican algunas decisiones del Ejecutivo como la devolución a los propietarios de las empresas que intentaron paralizar durante la huelga patronal y que continuaron funcionando ocupadas por los trabajadores. Y manifiestan contra la devolución. El surgimiento, actuación y proyección del “Poder Popular” fueron estudiados en 1972-1973, “en directo”, por intelectuales como Cristina Cordero, Eder Sader y Mónica Threfall. En en los años 1980, en el exilio, por Hugo Cancino y por quien firma este prólogo. Después de 1990, han profundizado el tema, entre otros, Patricio García, Sandra Castillo, Pablo Nyns y Franck Gaudichaud, en este acucioso trabajo.
Si éste libro proporciona una visión resumida del trienio 1970-1973, su finalidad explícita es concentrase en el estudio del movimiento obrero caracterizado como uno de los actores principales. Y también sobre el movimiento social urbano –los pobladores– considerando su surgimiento, estructuras internas, representatividad y discurso. Su hilo conductor es el comportamiento de estos actores cuando muchos de ellos creen en el inminente el cambio social y se sienten constructores de una nueva sociedad. Para estudiarlo, Gaudichaud indaga los procesos precursores, como la formación y extinción de los Comités de Unidad Popular, constituidos en 1970 para promover la campaña electoral de Salvador Allende. También examina la formación del Área de Propiedad Social, compuesta a menudo por grandes empresas con sus numerosos trabajadores, y la realidad de la participación de los trabajadores en la administración de las empresas públicas, concertada entre el Gobierno y la CUT. Sin olvidar las Juntas de Abastecimiento y Precios, organismos vecinales que se desarrolla desde fines de 1971 para luchar contra el desabastecimiento y el mercado negro.
La parte cardinal del trabajo es la descripción y el análisis del Poder Popular que emerge en 1972, particularmente de los Cordones Industriales, esta novedosa forma de organización territorial que se dieron los trabajadores de los grandes enclaves industriales, durante unos 11 meses. Un tiempo corto pero particularmente intenso. Una de las particularidades de esta investigación es que se basa en un trabajo sistemático de entrevistas a una decena de dirigentes sindicales y militantes obreros que participaron en el Poder Popular, especialmente en los Cordones Industriales, y a otra decena de militantes y dirigentes de los partidos de izquierda. Publicadas bajo el título Poder Popular y Cordones Industriales. Testimonios sobre el movimiento popular urbano, 1970-1973, LOM, 2004. Estas entrevistas son una fuente mayor para explorar este aspecto de la historia del movimiento popular; una verdadera “inmersión” en el mundo de los cordones.
En este marco, Gaudichaud introduce los conceptos de cordón en sí para referirse a la concentración industrial con sus barrios populares, particularmente el de Cerrillos-Maipú, cuna de la industrialización chilena desde los años 1940, y cordón para sí, que designa la coordinación de los trabajadores de la zona, consciente y movilizada. Y desarrolla el concepto de poder popular constituyente, para designar las experiencias que cuestionan los mecanismos de dominación poniendo en práctica apropiaciones colectivas. Con estas –y otras– categorías, analiza con ahínco y con la necesaria distancia crítica, el nacimiento de los cordones en octubre de 1972, cuando trabajadores de los cordones en sí, se auto organizan para crear los cordones para sí, para mantener las empresas en funcionamiento, en contra de la huelga insurreccional de derecha que busca paralizar el país y crear las condiciones para derrocar al Gobierno. Relata cómo los cordones toman varias iniciativas que contribuyen a mantener las industrias en marcha. Después del paro, reclaman la nacionalización de las empresas, oponiéndose a la política del Gobierno de devolverlas a sus dueños.
Con un conocimiento excepcional de los movimientos sociales de aquel trienio, construido a partir de las investigaciones emprendidas en el marco de su tesis doctoral, Franck Gaudichaud muestra un dominio de buena parte del “océano bibliográfico” sobre este período. Su trabajo proporciona una rica densidad de fuentes y un vasto dominio de teorías sociológicas y políticas interpretativas. Las numerosas entrevistas permiten comparar las aproximaciones teóricas con los recuerdos de los trabajadores que vivieron aquella experiencia. A partir de esas fuentes, restituye los debates sobre los cordones y responde algunas preguntas fundamentales: ¿qué relaciones mantuvieron los cordones y la CUT?; ¿cómo evoluciona la posición del Partido Comunista hasta llegar a intentar crear cordones dominados por él?; ¿cómo justifica el MIR su extraña postura de restar importancia a los cordones para favorecer los “comandos comunales”(que rara vez pasaron de ser una intención)?; ¿cómo fracasó el intento de crear una coordinación de cordones en Santiago?, proyecto apoyado por algunos socialistas pero rechazado por el PC y el MIR; y ¿cuáles fueron los tiempos intensos de los cordones y sus momentos de cierto aislamiento?
La profundidad de la investigación permite determinar la dimensión real de varios cordones refutando la propaganda mercurial que los describe como un gigantesco dispositivo de fuerza que rodea Santiago y será base de la futura dictadura totalitaria. También le permite establecer los límites de las acciones y de la influencia del Poder Popular, desmitificando y rectificando exageraciones. Así, por ejemplo, la imagen del Cordón Cerrillos proyectada por los sectores de izquierda del PS a mediados de 1972 como una poderosa e influyente organización, está lejos de su realidad organizacional y de su poder efectivo. Y el cordón Vicuña Mackenna coordina 30 a 40 empresas (no 300 como lo afirma su presidente). Asimismo, impugna la imagen mítica de una democracia directa en el seno de los cordones. Y constata que los periódicos percibidos como “prensa de los cordones” son con frecuencia editados por el ala izquierda del Partido Socialista, en particular el Regional Cordillera. Por último, comprueba la ausencia de resistencia organizada de los cordones el 11 de septiembre.
En resumen, Franck Gaudichaud alimenta la memoria y la reflexión sobre esta acción excepcional de los trabajadores, que sin duda ejercerá influencias sobre luchas sociales inscritas en el futuro.
Jorge Magasich
Doctor en historia, profesor en el Institut des hautes études des communications sociales de Bruxelas
El Ciudadano
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