Nuevo asesinato de joven lesbiana pone en alerta a las agrupaciones feministas

El 7 de marzo pasado Susana Sanhueza fue encontrada muerta en el archivo municipal de San Felipe después de estar una semana desaparecida. Igual cantidad de días estuvo secuestrada Nicole Saavedra, quien apareció sin vida a mediados de 2016 en una parcela deshabitada de Limache. Y en un sitio eriazo de esa misma comuna, pero ocho años antes, se halló el cuerpo calcinado de otra joven lesbiana: Pía Castro. Hasta el momento, las familias de estas tres jóvenes, gente sencilla y trabajadora, no obtienen justicia.

Nuevo asesinato de joven lesbiana pone en alerta a las agrupaciones feministas

Autor: Wari

Nicole Saavedra

La comunidad feminista de la Región de Valparaíso está en alerta desde que el 25 de junio de 2016 fue hallado el cuerpo sin vida de Nicole Saavedra Bahamondes, de 23 años, con las manos atadas y claras señas de haber sufrido torturas. La joven, que estaba terminando sus estudios de Prevención de Riesgos, llevaba una semana desaparecida, luego que se le vio por última vez la noche del sábado 18 de junio esperando un colectivo para viajar de Quillota a su domicilio en El Melón, en la comuna de Nogales.

El cadáver fue encontrado en una parcela deshabitada en el área del embalse Los Aromos, en el sector Los Laureles de Limache, comuna de la Provincia de Marga Marga (V Región). Por este motivo, el caso radicó en la Fiscalía de esa ciudad, dirigida por Juan Emilio Gatica Simpson, quien encargó los peritajes al Servicio Médico Legal (SML) y a Brigada de Homicidios de Valparaíso. El fiscal ordenó reserva total, supuestamente para no “contaminar” la investigación.

A pesar de las periódicas movilizaciones realizadas por grupos feministas y amistades, el caso parece haberse estancado y la familia comenzó a dudar de la disposición y capacidad del sistema judicial. La Defensoría Penal Pública les asignó un abogado que poco y nada hizo para que la investigación avanzara.

En conversación con El Observador, familiares expresaron que, tras la nula asesoría jurídica y la lentitud del proceso indagatorio, decidieron cambiar su representación legal, con la esperanza de agilizar la investigación. «A partir de este mes, cambiamos de abogado. Ahora nos representará Silvana del Valle, que pertenece a la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres. Es una luz que apareció, porque estamos desesperados», concluyó María Bahamondes, prima de Nicole.

Su madre, Olga Bahamondes, una humilde trabajadora que vivía sola con su hija, recién después de ocho meses ha comenzado a salir de la depresión. “Éramos muy unidas; incluso dormíamos en la misma cama”, recuerda. Y no se explica por qué le hicieron eso a su hija, pues asegura que “no tenía problemas con nadie”.

El crimen de Nicole Alejandra hizo que muchas personas recordaran otro brutal asesinato de una joven lesbiana, ocho años atrás (2008), cuyo cuerpo calcinado apareció en un sitio eriazo del sector El Pangal de Limache, y que también murió producto de golpes en la cabeza.

ENTRE LA IMPOTENCIA Y EL MIEDO

Con 19 años, María Pía Castro Castro era una pequeña estrella del fútbol femenino de Olmué. Jugaba con el número 10 en el ‘Municipal de Limache’ y según su madre, Francisca Castro Marín, tenía posibilidades de irse a probar a un club en Brasil.

Poseedora de carisma y “chispa”, la muchacha era ampliamente conocida en el ambiente deportivo de la zona. Pía vivía con su madre y con su hermana Sara, en una humilde casa de la población Lo Narváez en Olmué, que en más de una ocasión albergó a adolescentes y jóvenes que necesitaban refugio debido a problemas familiares.

El natural liderazgo y sociabilidad de Pía se reflejó en el fuerte impacto que produjo su muerte. Como en muchas ocasiones, la tarde del 12 de febrero de 2008 ella estuvo jugando en las máquinas tragamonedas, y luego pasó un rato compartiendo con gente del barrio en una plazoleta ubicada a un par de cuadras de su hogar. Ahí se le perdió la pista hasta que, pasada la medianoche, su cadáver fue quemado en un sitio eriazo que se encuentra en la salida de Limache hacia Villa Alemana. El cuerpo calcinado fue hallado por los bomberos que acudieron a apagar el fuego, que estaba comenzando a expandirse hacia los eucaliptos que existen en ese terreno. El SML se demoró algunos días en reconocer los restos, mediante pruebas de ADN, y todos los periódicos de la zona hablaron de este crimen en sus portadas. Al funeral asistió una multitud de personas y se le rindieron homenajes en el estadio de Limache y de Quillota.

Si bien Pía era una joven rebelde y “buena para el carrete”, su familia rechaza categóricamente la hipótesis que sostuvo desde un comienzo la PDI, de que pudo haber sido un crimen vinculado al tráfico de drogas, pues “ella nunca tenía dinero, por lo que es imposible que se hubiera dedicado a ese tipo de comercio”, asegura su madre. Agrega que su hija había conseguido trabajo en una gran tienda de materiales de construcción, y que ese empleo les daba esperanzas de que mejoraría su situación y tendría mayores expectativas.

Los familiares de Pía aseguran que otra de las hipótesis de la PDI era que su propia hermana había estado involucrada en su crimen, y acusan que detectives la golpearon durante el interrogatorio para que la joven se autoinculpara. Este hecho dejó a Sara con secuelas sicológicas hasta el día de hoy.

La madre de Pía afirma que desde el velorio y funeral de su hija comenzaron a ocurrir cosas que les produjeron temor: desapareció el diario de vida de Pía, un auto negro comenzó a seguirlas; Sara fue atropellada por una camioneta mientras andaba en bicicleta; carabineros allanó su casa en busca de plantas de marihuana; un profesor de fútbol que intentó impulsar la investigación habría sufrido un ataque anónimo a su casa; y recibieron una carta advirtiéndoles que si continuaban con el caso, a otro integrante de la familia le pasaría lo mismo que a Pía. Además, indican que un miembro de la PDI les habría dicho que nunca se sabría la verdad porque Pía era lesbiana y debido a que estaban involucradas “personas poderosas”.

A pesar de que en agosto de 2008 el comisario de la PDI, Enrique Peñailillo, declaró a la prensa que la investigación estaba avanzada y que antes de fin de año tendrían a los culpables, el caso fue cerrado sin imputados el 9 de abril de 2010. La familia asevera que nunca contó con la ayuda de un abogado ni la asistencia de un organismo público.

Entre la impotencia y el miedo, pasaron ocho años, hasta que el hallazgo del cadáver de Nicole Saavedra en Limache reavivó el deseo de Francisca por conocer la verdad. El pasado 13 de febrero, al cumplirse nueve años de la muerte de Pía, se realizó una visita a su tumba, en el cementerio parroquial de Limache y a la animita que posee en el sitio eriazo donde fue encontrado su cuerpo. A ambos lugares asistieron la prima y madre de Nicole Saavedra y un grupo de feministas de Quillota y Valparaíso.

INEFICACIA INSTITUCIONAL

Tanto el caso de Pía Castro como el de Nicole Saavedra están a cargo de la Fiscalía de Limache, la cual ha sido criticada por ambas familias.

El pasado 6 de febrero, la madre de Pía solicitó la copia de la carpeta investigativa, la que debería haber sido entregada el 20 de ese mes. Más de 30 días después, los funcionarios de esa fiscalía afirman que “no han podido encontrar el archivo”, por lo que hasta ahora se hace imposible intentar reabrir el caso, el que podría prescribir a comienzos de 2018.

En tanto, el fiscal a cargo, Juan Emilio Gatica Simpson, aseveró a El Observador que de momento el caso de Nicole continúa en materia de investigación, recopilando antecedentes y sosteniendo reuniones para avanzar. Por esta razón, consignaron que no se referirán al tema.

Claudia Arcos, del colectivo ‘Vivas nos queremos’ de Limache, señala que a pesar de las similitudes entre los crímenes de Pía y Nicole, nadie puede asegurar hasta el momento que sean los mismos autores, pero que es muy probable que la impunidad que operó en el asesinato de Pía haya dado pie para que los asesinos de Nicole decidieran abandonar su cuerpo también en Limache, pues “acá ya había un antecedente de que la PDI y la Fiscalía no investigaban bien”, indicó.

Y justo cuando el caso de Nicole miraba hacia el pasado en busca de nexos con el crimen de Pía, el asesinato de Susana hizo volver al presente trágico…

‘ANIMALISTAS’

Susana-Sanhueza

La última vez que se vio con vida a Susana Sanhueza Aravena –de 22 años- fue el 28 de febrero, cuando pasó a recoger unos lentes en una óptica de San Felipe, luego de viajar en un colectivo desde su casa en la localidad de San Esteban. Una semana más tarde, el 7 de marzo, se encontró su cuerpo, sin vida, envuelto en plástico y con las manos atadas, en el segundo piso del Archivo Municipal de San Felipe. El Servicio Médico Legal afirmó que la causa de la muerte fue “asfixia por sofocación”.

Nieves Aravena, madre de la joven, relató a Chilevisión que recibió un llamado anónimo que le advirtió que la desaparición de su hija tenía relación con su condición sexual. «Me dijo, ‘señora Nieves ¿usted busca a Susana Sanhueza Aravena?’ Sí le dije. ‘Sabe, le hicieron esto por su sexualidad’», indicó.

La madre agregó que su hija había terminado hace poco una relación con otra joven, con quien planeaba contraer la unión civil, y para lo cual había comprado unos anillos. Aunque andaba muy triste, explica que continuaba con sus actividades cotidianas con normalidad. Estudiaba repostería y había participado en agrupaciones animalistas.

Eduardo Fajardo, fiscal a cargo del caso, sostuvo que las manos de la mujer se encontraban adosadas al cuerpo con bolsas de plástico y que incluso varias de las pertenencias de la víctima no se encontraron en el lugar. Fajardo agregó que las diligencias apuntan a determinar quiénes mantienen llave de ese recinto municipal.

Para exigir justicia en este caso, el viernes pasado, amistades, vecinos y conocidos de la familia de la víctima, realizaron una caravana que recorrió San Esteban, Los Andes y finalizó con una velatón en la entrada del Archivo Municipal de San Felipe.

Ayer en la noche, la PDI detuvo al joven de 22 años, Cristián Muñoz Muñoz, quien habría confesado su participación en la muerte de Susana, pero afirmando que se trató de un accidente. El muchacho sostuvo que acompañó a la víctima al archivo municipal para conversar, pues se conocían por haber participado en la misma agrupación animalista. Y agregó que tras el fallecimiento de la joven, se asustó y la dejó envuelta en bolsas plásticas. Hoy se realizó su formalización en tribunales y se encuentra en prisión preventiva.

ARTICULACIÓN FEMINISTA

Patricia, de la colectiva feminista Fisuras de Quillota, señaló que: «Los femicidios lesbofóbicos ocurridos en la región nos tienen en alerta. Cada uno de ellos con características similares, incluso el repudiable hecho de que ninguna de ellas ha obtenido justicia. Por ello es que nos hemos articulado con las familias de Nicole y Pía, y con diferentes colectivas feministas y lesbofeministas, así como también con la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres, quienes hace algunas semanas se querellaron a través de la abogada Silvana Del Valle, en la causa de Nicole Saavedra Bahamondes. Hemos visto cómo el sistema judicial, las policías, Sernameg y el Estado no han dado respuestas, es más, las diligencias que se debiesen estar realizando en el caso de Nicole son reservadas. Es importante que la comunidad se sume, se informe y exija que se haga todo lo posible para encontrar a los culpables, pues no queremos más femicidios lesbofóbicos, no queremos ni una compañera menos. Si la justicia no nos escucha, ni nos ve, entonces nosotras debemos gritar fuerte hasta que el Estado, sus poderes e instituciones, busquen que la justicia también sea para nosotras. ¡Porque nos queremos y necesitamos vivas y libres!»

La organización feminista convocó a una movilización para el próximo 31 de marzo a las 9:00 horas, en las afueras de la Fiscalía de Limache (calle Molina N°15), en la Plaza de la Independencia, para luego dirigirse hacia el Tribunal de Garantía de esa ciudad, donde se realizará la audiencia para levantar la reserva de la causa en el caso de Nicole y obtener que la abogada pueda realizar las acciones para exigir justicia.

Por Cristian Sotomayor

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