La epidemióloga y coordinadora del COVID-19 en el departamento colombiano de Amazonas, Mónica Palma, aseguró este martes que de no recibir ayuda gubernamental para enfrentar la propagación de la pandemia en la zona, «habrá una catástrofe» a causa de las escasez de recursos y personal médico.
El pasado 17 de abril se confirmó el primer caso positivo del COVID-19 en la zona. Hasta el momento ya se han acumulado un total de 40 contagios y dos fallecidos, siendo Leticia, capital del departamento, la ciudad con la tasa más alta de infecciones del país.
El Amazonas colombiano cuenta con 39 médicos generales, dos anestesiólogos y 29 enfermeras para brindar cobertura médica a una población que cuenta con 66.056 habitantes. Varios de estos especialistas de la salud son portadores de padecimientos que constituyen comorbilidades en caso de contraer el COVID-19.
Según estimaciones del Instituto Nacional de Salud, en el departamento 483 personas necesitarán una unidad de cuidados intensivos (UCI) en los próximos 300 días, sin embargo, hasta el momento no existe ninguna, al tiempo que ninguno de los trabajadores de la salud que se encuentran allí están preparados para operarla.
La infraestructura médica de la capital departamental se compone de un hospital público y una clínica privada, 68 camas para adultos, 8 de cuidados intermedios, 8 ventiladores y una ambulancia. Todo esto dibuja un panorama muy complejo para controlar la enfermedad, según afirma Palma.
El médico y miembro de la Organización No Gubernamental (ONG) Sinergias, Pablo Martínez, ha advertido que «lo que va a suceder en Leticia puede llegar a ser desastroso. Mientras el resto del país estuvo en cuarentena, allá no se hizo nada. Pero, pese a eso, hay una última oportunidad: hay una posibilidad de que las personas se aíslen, pues hay sociedades que pueden autoabastecerse. Ahora, el otro problema es que, además del hospital, los puestos de salud no funcionan».
El pasado 25 de abril en el departamento se tomaron 335 muestras para diagnosticar el COVID-19, de ellas solo se han procesado 186, puesto que ante la ausencia de un laboratorio donde procesarlas, la única alternativa es enviarlas en vuelo hacia Bogotá y esperar los resultados.
Organizaciones indígenas de Colombia divulgaron este martes un comunicado público dirigido al Gobierno nacional, donde denuncian la inoperancia del Ejecutivo que provoca el etnocidio de sus comunidades a causa de la pandemia.
Entre fronteras
Los límites fronterizos con Brasil y Perú son también un elemento a tener en cuenta en el control efectivo de la enfermedad. Es usual que ciudadanos acudan a buscar atención en alguna de las ciudades limítrofes, aunque también son zonas de circulación de alimentos por lo que cerrarlas provocarían una crisis alimentaria.
Palma aseveró que se encuentran conversando con otros departamentos para encontrar soluciones conjuntas, pues al menos ocho casos en Leticia están relacionados con contagios de Brasil. La mayoría de las comunidades dependen de un radioteléfono para enterarse de lo que pasa más allá del territorio, por ello, un punto de encuentro entre las poblaciones indígenas es el río porque el desconocimiento y la incertidumbre también pululan en la región.
En las localidades brasileñas más cercanas a Leticia fueron confirmados 72 casos de contagio, 54 de ellos Tabatinga, 18 en Benjamín Constant, 23 en Sao Paulo de Olivenca, 61 en Santo Antonio de Ica, y 13 en Tonantins. La ciudad amazónica más afectada es Manaos, con 2.678 personas contagiadas.
La ciudad peruana más cercana a Leticia es Santa Rosa, la que hasta el momento solo reporta 4 contagios. Sin embargo, en Iquitos ya van 316, un territorio relativamente cerca a la vasta selva amazónica colombiana.
Cortesía de TeleSUR
Te podría interesar