El histórico pacifista y luchador por el respeto a los Derechos Humanos en Chile, el padre jesuita, José Aldunate, adhirió con fuerza a la Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia.
En las vísperas de un nuevo aniversario de la bomba atómica en Hiroshima, el padre José Aldunate, quien desarrollara una extensa lucha no violenta contra la dictadura militar en los años 80s, en el movimiento contra la tortura Sebastián Acevedo, se mostró muy interesado en “colaborar en todo lo que yo pueda hacer, de la forma que sea más adecuada” para el éxito de esta iniciativa global surgida desde la organización humanista, ‘Mundo sin Guerras’.
Luego de la adhesión de Monseñor Alejandro Goic, en marzo pasado, y la noticia dada a conocer por la agencia internacional Pressenza, en relación al recibimiento del Papa Benedicto XVI a los marchantes en el Vaticano en noviembre próximo, es un sacerdote reconocido por sus ideas progresistas, quien hoy se suma a esta Marcha Mundial, expresando su alegría “porque coincide totalmente con lo que es mi deseo, y ha sido también la lucha de mi vida, luchar contra la violencia (…) con esa iniciativa que nació en la India, con Gandhi, que procuramos continuarla aquí en Chile, frente a la violencia de la ocupación militar”.
“Es lo que deseamos para este mundo nuevo. Estamos comenzando un nuevo milenio, el que debe estar marcado por la paz, sin reproducir lo que fue el último siglo, con dos guerras mundiales, sino que reaccionar y crear un mundo fraternal, ése es también mi ideal como cristiano”, añadió Aldunate, a quien “no le extrañó” la decisión del jefe de la Iglesia Católica, de recibir a los marchantes el próximo noviembre.
El padre Aldunate es uno más de decenas de adherentes provenientes de diversos ámbitos, desde el Dalai Lama a Desmond Tutu, desde el Presidente Evo Morales hasta la Presidenta Michelle Bachelet, de artistas como Yoko Ono a los chilenos Cholomandinga o el cantautor Piero, de intelectuales como Eduardo Galeano a Noam Chomsky, todos comprometidos en las actividades de esta Marcha que recorrerá más de 100 países, en los seis continentes, en donde la ciudadanía los recibirá con actos, foros y manifestaciones. Una Marcha que pide el desarme nuclear total, el retiro de toda tropa invasora, la reducción progresiva de los armamentos convencionales y la renuncia de los Estados a la guerra como forma de resolver los conflictos, tal como lo hiciera Bolivia en su nueva Constitución.
Danilo Monteverde
El Ciudadano