Desde fines del siglo XIX se organizaron en Chile mutuales obreras y de socorro mutuo que fueron pioneras en asegurar protección social a sus afiliados. Si bien la preocupación por la vejez y la asistencia a quienes dejaban de trabajar se plasmaban en su horizonte de reivindicaciones, no viene a ser sino hasta el siglo XX que se comienza a hablar de pensiones, iniciativa que correspondió más a partidos como el Democrático y el Partido Obrero Socialista (POS), fundado por Luis Emilio Recabarren.
Conversamos con el historiador Sergio Grez Toso, quien ha investigado el movimiento obrero y sus incipientes organizaciones. Pesquisador y docente ha ejercido en varias universidades, como Arcis y la Universidad de Chile. Es Doctorado en Historia en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París, fue investigador del Centro de Investigaciones Diego Barros Arana y entre 1997 y 2010, se desempeñó como Director del Museo Nacional Benjamín Vicuña Mackenna.
¿Cuál fue el papel de las mutuales obreras de fines del siglo XIX en diseñar un sistema de pensión para los trabajadores?
Si bien las mutuales desplegaron una amplia acción solidaria entre sus asociados, no concibieron plan alguno en el sentido de establecer un sistema de pensiones para los trabajadores.
Entonces ¿hubo alguna iniciativa respecto de las previsiones desde el mundo social?
El principio de la seguridad social lo levantaron las organizaciones políticas vinculadas al movimiento obrero y popular. El precursor fue el Partido Democrático. Aunque en su primer Programa (1887), las pensiones no fueron consideradas, contemplándose solo la organización por el Estado de la «asistencia pública en favor de los enfermos, ancianos o inválidos del trabajo», tres lustros más tarde, en 1903, el líder de este partido, diputado Malaquías Concha, propuso que la Cámara de Diputados solicitara al Presidente de la República que incluyera en la legislatura proyectos de ley sobre pagos de salarios, seguridad y salubridad de los talleres, cajas de ahorros para los operarios de los ferrocarriles, reducción de impuestos sobre artículos alimenticios, descanso dominical y jubilación de los empleados de las policías.
Cuando en la segunda mitad de la década de 1910 este partido accedió a puestos ministeriales gracias a su integración a la Alianza Liberal, algunos de sus ministros realizaron avances concretos en la implementación de los primeros y rudimentarios elementos de un sistema de protección social. Otro líder demócrata destacado, Ángel Guarello, desde su cargo de ministro de Industria y Obras Públicas, además de ser autor de la ley de accidentes del trabajo de 1916, impulsó una ley sobre Caja de Retiro y Pensión de los Ferrocarriles del Estado y participó en varios proyectos sobre seguro obrero y protección de la Marina mercante.
¿Y del mundo socialista?
Por su parte, el Partido Obrero Socialista (POS), fundado por Luis Emilio Recabarren en 1912, estableció en su Programa aprobado en su primer Congreso celebrado en mayo de 1915 una variada gama de medidas de legislación social, entre las que se destacaban: fijación de la jornada laboral en 8 horas, reglamentación del trabajo industrial femenino e infantil, reglamentación del trabajo encargado a domicilio, accidentes del trabajo, creación del Seguro Obrero, formación de tribunales mixtos (patrones y obreros) para resolver los conflictos laborales, además de pensiones de retiro e invalidez del trabajo.
Como puede apreciarse, las proposiciones y acciones emanadas del movimiento popular respecto del diseño de un sistema de pensiones desde fines del siglo XIX y durante las primeras décadas del siglo XX fueron muy acotadas y asiladas. Situación que contrasta respecto de otros temas referidos a cuestiones como limitación de la jornada laboral, del trabajo infantil y femenino en labores consideradas como nocivas para la salud de esas personas, accidentes del trabajo y descanso dominical, en las que el movimiento de trabajadores fue muy activo y propositivo.
Mauricio Becerra R.
@kalidoscop
El Ciudadano
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