Los consejos comunales son organizaciones populares de base que mediante la autogestión han ido adquiriendo mayor relevancia en el proceso que vive Venezuela, por ser considerados el «germen de la Patria Nueva». En este caso, son experiencias de poder popular para entregar soluciones habitacionales, mediante la organización de los pobladores que necesitan de una vivienda.
Carlimar Rodríguez vive en el «Módulo Multifamiliar Fidel Castro» , en la ciudad de Santa Ana de Coro, al noroeste de Venezuela, desde septiembre de 2011 cuando recibió su casa de 65 mt2, de construcción sólida -hormigón armado y vigas de metal- para la cual no necesitó un ahorro previo, ni tampoco endeudarse con la banca privada. A esto se agrega la lavadora, el refrigerador y la cocina con que estaba equipada su casa, gracias al plan «por el buen vivir del pueblo, Mi Casa Bien Equipada«. Vivía de allegada en una sola pieza y ahora lo hace en tres habitaciones para sus dos hijos, su esposo y su madre.
La experiencia del «Módulo Multifamiliar Fidel Castro» del Consejo Comunal Sur La Paz, da cuenta de una organización popular de base que está siendo impulsada en Venezuela bajo la idea de apoyar la conformación de las Comunas Socialistas, que den paso a la construcción del «verdadero Estado Comunal, como principio esencial para la consolidación del Socialismo». Eso, por lo menos es lo que plantea el documento del Fondo Nacional para los Consejos Comunales (SAFONACC), que asigna los dineros para la ejecución de proyectos que surgan desde la propia organización territorial, dando vida a lo que se ha llamado el Poder Popular.
En este caso particular, el conjunto habitacional fue gestionada por el Consejo Comunal -una especie de junta de vecinos chilena- que promovió y coordinó la construcción de las viviendas para allegados, para personas con discapacidad o para refugiados luego de las intensas lluvias que sufrieron 19 comunas del estado Falcón en 2010. De esta forma, el módulo se construyó en base a las necesidades de sus futuros habitantes e incluso con colaboración de mano de obra de muchos de ellos, quienes llevaron a la acción el concepto de la autogestión.
El pasado nueve de agosto se entregaron doce nuevos módulos para 80 familias, que se suman a los 70 que fueron ejecutadas durante 2011 en la comunidad “Los dos Comandantes”, desarrolladas a través de la autoconstrucción y la conformación de Brigadas Socialistas de Trabajo (BST), con una inversión de más dos millones de dólares. Además, la comunidad cuenta con todos los servicios básicos, junto a la puesta en marcha del proyecto socioproductivo «Panadería Comunal Sur la Paz»el cual cuenta con un terminal bancario comunal (Tbcom) por el banco del pueblo, junto a un parque recreacional para los niños y niñas viven en el sector y se proyecta también una carnicería socialista.
En el estado Falcón son 115 los consejos comunales registrados que se han organizado para dar soluciones a quienes aún viven en refugios o aquellos que aspiran a su casa propia. El caso del Consejo CC Sur La Paz es emblemático “por su organización, nivel político y vocación productiva, ha organizado brigadas de trabajo socialista con 37 vecinos de la comunidad que conocen el oficio de la construcción: albañilería, herrería, soldadura, pintura, plomería y electricidad, para construir ellos mismos las viviendas”, como señaló al comenzar las obras el director del Ministerio del Poder Popular para las Comunas en Falcón, José Luis Sulbarán.
Agregó que “en Falcón podemos decir que hay poder popular que construye la patria nueva; comunidades organizadas formadas política e ideológicamente con conciencia socialista y mucho amor por su pueblo”.
GERMEN DE LA PATRIA NUEVA
Los consejos comunales están apoyados y validados como elemento constitutivo del Estado, validados por la Ley Orgánica que decretó la Asamblea Nacional Bolivariana en 2006 y renovada el 28 de diciembre de 2009. Esta nueva normativa señala que los consejos comunales, son «instancias de participación, articulación e integración entre los ciudadanos, ciudadanas y las diversas organizaciones comunitarias, movimientos sociales y populares, que permiten al pueblo organizado ejercer el gobierno comunitario y la gestión directa de las políticas publicas y proyectos orientados a responder a las necesidades, potencialidades y aspiraciones de las comunidades, en la construcción del nuevo modelo de sociedad socialista de igualdad, equidad y justicia social», dando cuerpo a lo que en la República Bolivariana se entiende como el Poder Popular.
La Ley Orgánica estipula los ámbitos de desarrollo, define los conceptos, crea la figura de los promotores, configura la elección de representantes y entrega las atribuciones de los Consejos Comunales para que estos tengan pleno despliegue organizativo y de gestión. De esta forma, es como dicen los venezolanos que opera el sistema que busca reemplazar desde adentro las estructuras capitalistas, dando paso a esta nueva estructura organizativa, de lo que han llamado desarrollo endógeno y democracia protagonista y participativa.
Los recursos designados por el Safonacc son entregados a través de un contacto previo establecido por las comunidades organizadas con la Fundación para la Promoción y Desarrollo del Poder Comunal (Fundacomunal), quienes a su vez presentan un proyecto que corresponde a solventar una necesidad de su comunidad en el cual han disputado un plan de trabajo para el desarrollo del mismo. Es aquí donde Fundacomunal procesa, conoce y aprueba los proyectos socio-productivos para que luego el Safonacc realice la transferencia de recursos al pueblo, quienes se encargan de ejecutar su derecho constitucional.
Sin embargo, surgen voces de alerta frente a estos mecanismos que pueden derivar en un mero burocratismo o convertirse en herramientas partidarias. Claudio Domínguez, columnista de Aporrea.org, postula que «para que el Poder Popular pueda ser efectivamente Poder, debe asumirse como una fuerza autónoma y con ello no se le está negando a sus voceros y voceras involucrarse como ciudadanos y ciudadanas en un el PSUV u otra fuerza política revolucionaria. Es necesario que las Comunidades organizadas entiendan, que mejor que un alcalde o un gobernador, es un poder organizado claro y consciente en sus propósitos».
Esto se traduce en que el Poder Popular no se activa por decretos o normativas, sino por la propia voluntad y criterio político de las comunidades de organizarse y darse soluciones en conjunto. Eso sí que sería caldo de cultivo para una nueva sociedad.
Por Leonel Retamal Muñoz
El Ciudadano