Rawa (Revolutionary Association of the Women of Afghanistan – Asociación de las Mujeres Revolucionarias de Afganistán) es una agrupación clandestina que promueve la defensa de los derechos humanos en un Afganistán dividido entre un gobierno débil y fundamentalista -auspiciado por las armas de las potencias occidentales- y los talibanes.
Con su compromiso por un movimiento popular y democrático, constituido sobre la educación de las mujeres afganas, básicamente analfabetas, Rawa se ha convertido en objetivo a batir para ambos contendientes. Buscando denunciar la perniciosa invasión y conseguir apoyo y solidaridad de colectivos sociales españoles, una activista de Rawa ha llevado a cabo una gira de charlas por todo el Estado. Se trata de Mariam Rawi (nombre ficticio), una joven periodista y profesora que vive a caballo entre Afganistán y los campos de refugiados de Pakistán. A su paso por Logroño hemos podido conversar brevemente con ella (Agradecemos a Kontxa la traducción).
Provienes de una zona de la que a Occidente apenas llegan noticias, salvo cuando se producen atentados. ¿Puedes darnos una breve descripción sobre cuál es la situación de la mujer en Afganistán?
La situación de la mujer ha empeorado visiblemente desde que en 1992 los fundamentalistas tomaron el control del país [ante el vacío de poder provocado por la retirada de las tropas rusas]. Las afganas han de sobrevivir a la falta de seguridad, a los ataques contra la población de las tropas estadounidenses y de la OTAN, y también han de enfrentarse a la violencia en su vida cotidiana: a los abusos sexuales, violaciones, secuestros, los matrimonios forzados, la violencia doméstica. Ni el gobierno de Karzai ni su policía ofrecen ningún tipo de protección ante tanto desamparo.
La organización a la que perteneces, Rawa se encuentra en el punto de mira de los talibanes y los fundamentalistas del gobierno de Karzai, y también se ha mostrado muy crítica con la invasión norteamericana. Ante este panorama, ¿cómo desarrolla sus actividades Rawa?
En 1977 se fundó Rawa [bajo el gobierno republicano del príncipe Mohammed Daoud Khan] y desde este momento comenzaron sus problemas. Nunca pudimos trabajar de forma legalizada, por lo que necesitamos hacerlo clandestinamente para poder existir. Eso tiene sus consecuencias: no contamos con oficinas, las activistas tenemos que proteger nuestra identidad con nombres falsos y los proyectos que realizamos no pueden aparecer bajo el nombre de Rawa.
Rawa no sólo defiende los derechos de las mujeres sino también, desde una perspectiva más amplia, un gobierno de carácter laico, secular y democrático. ¿De qué forma se plantea Rawa alcanzar ese objetivo?
No se pueden defender los derechos humanos sin un gobierno democrático, para alcanzar el cual es fundamental una educación que alimente la conciencia del pueblo afgano. Nuestros enemigos políticos son los fundamentalistas, que usan la religión y las costumbres según sus intereses.
Tu artículo “Rule of the rapists” – “El gobierno de los violadores”- publicado en The Guardian [que puede ser consultado en castellano aquí] resulta esclarecedor sobre la situación de la mujer tras la supuesta instauración de la democracia en Afganistán. ¿Podemos considerar que las potencias invasoras han traicionado las solemnes promesas con las que justificaron la guerra contra los talibanes?
Los hechos señalan la veracidad del artículo escrito seis años atrás. En los últimos 8 años, tras la invasión estadounidense, las cosas no han mejorado sino que, por el contrario, han empeorado. Aunque en Afganistán hay miles de soldados, no se ha conseguido reducir el terrorismo ni el fundamentalismo. El interés de los gobiernos occidentales no es la desaparición del fundamentalismo. Su objetivo es conseguir más adquisiciones económicas sobre los oleoductos que atraviesan el país, controlar el tráfico del opio, esquilmar los recursos naturales, etc.
Hamid Karzai, presidente de Afganistán, ha amenazado recientemente con unirse a los talibanes si las potencias occidentales continúan presionándolo para que combata el fraude electoral. ¿Cómo valora Rawa ese gesto?
Karzai aparenta criticar a los países extranjeros, pero en realidad lo que hay detrás es un juego entre Estados Unidos y las autoridades afganas para mostrar a la opinión pública internacional que Karzai es un líder democrático. Incluso si se diese la posibilidad de que Karzai se separara de Estados Unidos, esto sólo significaría un acercamiento mayor a Irán o Rusia, lo cual tampoco sería positivo para el pueblo afgano.
Dada la difícil situación que atraviesa el país, invadido por tropas extranjeras, con un gobierno títere y corrupto y un movimiento talibán en ascenso, ¿qué futuro queréis para Afganistán?
Nosotras soñamos con un régimen democrático, pero no es una meta fácil ni cercana. Un país con veinte años de guerras, teniendo por medio dos ocupaciones extranjeras y el dominio talibán, no va a lograr la libertad y la independencia al momento.
Aparte del fundamentalismo, el país tiene agudos problemas económicos y sociales que necesitan de tiempo para solucionarse.
Estás realizando una gira por el Estado español donde das a conocer tu organización. ¿Qué esperas de la misma? ¿Con qué organizaciones españolas y europeas colabora Rawa?
Esperamos que los movimientos sociales, pacifistas, feministas, etc., occidentales, que son con los que colabora Rawa, tengan noticias reales sobre Afganistán y usen los medios que están a su alcance para que esta información circule. El punto más interesante ese crear redes de ayuda y apoyo hacia Rawa y las mujeres afganas.
Fuente: www.alasbarricadas.org
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