Ni un paso alcanzaron a dar los miles de estudiantes que se congreron en Plaza Italia para volver a marchar por la Alameda en pos de una educación gratuita y de calidad. A pesar de la dispersión y represión de Carabineros estudiantes siguieron manifestandose en distintos puntos de la capital.
Desafiando las órdenes de la intendenta Cecilia Pérez, la Confech (Confederación de Estudiantes de Chile) convocó a reunirse en Plaza Italia para marchar por la Alameda, lugar que es “más amplio y más simbolico”, dijo José Ankalao, vocero de la Femae (Federación Mapuche de Estudiantes).
Desde la Intendencia se ordenó un trazado igual al de la marcha de la semana pasada, desde la Usach (Universidad de Santiago de Chile) hasta la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Chile, ubicada en Beaucheff. Ankalao cree que hay que “recuperar las calles, hoy no nos permiten manifestarnos libremente como nos gustaría, por eso decidimos volver a Plaza Italia”.
En la rotonda de Av. Vicuña Mackenna con la Alameda se encontraba una columna de estudiantes que se disponía a marchar, mientras que el resto se encontraba en el Parque Bustamante. Antes de las 11 de la mañana, el carro lanza agua comenzó a dispersar a los jóvenes, quienes espontáneamente comenzaron a gritar ¡Avanzar, avanzar, hasta Escuela Militar!
Carabineros arremetió con todo su abasto de bombas lacrimógenas y carros lanza agua hacia los estudiantes que quedaron manifestándose y a las personas que no eran partícipes de la marcha. Lumazos, golpes, ojos rojos y dolor de garganta se llevaron miles de ciudadanos que reclamaban en las calles reformas estructurales en la educación. Ante la opresión de la policía, cientos de encapuchados respondieron tirándoles peñascos y palos.
REPRESIÓN DESMEDIDA
El jueves 30 de junio fue la última vez que el movimiento ocupó la Alameda, desde Plaza Italia, con autorización. En esa ocasión, se advirtió que no se autorizarían otras marchas por la arteria vial más importante de Santiago, hasta que los jóvenes fueran capaces de garantizar el orden público.
Ante el ataque de los carabineros, los estudiantes se dispersaron en dirección a diferentes puntos de la capital para seguir efectuando su derecho cívico a manifestarse. En Plaza Italia, la policía golpeó sin reparos a universitarias que los increpaban por el uso de la fuerza, ante esto, todos los presentes comenzaron a gritarles ‘asesinos’, por la falta de cuidado que tenían con los manifestantes.
Al rato después de la dispersión, cientos, si no es que miles, de estudiantes se apoderaron de la Alameda e intentaron marchar desde el frontis de la Universidad Católica hacia La Moneda, pero en el cerro Welén (Santa Lucía), el chorro de agua del ‘guanaco’ y el gas del ‘zorrillo’ los desarticuló. Muchos comenzaron a subir el cerro para evitar a la fuerza policial. Mientras huían, el chorro de agua botó a varios.
Los gases pimienta estuvieron a la orden del día. En la calle Portugal, entre la Alameda y Marcoleta, se produjo un enfrentamiento entre encapuchados y carabineros. Una gran cantidad de bombas lacrimógenas se lanzaron en el lugar, sin tener en cuenta que en los alrededores se encuentra la Posta Central y el Hospital Clínico de la Universidad Católica.
La Casa Central de la Universidad de Chile, fue uno de los puntos con mayor enfrentamiento entre los estudiantes y la policía. Una nube de gas lacrimógeno en la calle Arturo Pratt dejaba ver sólo las piedras que atravesaban esa cortina de humo.
Sin ninguna justificación, porque las pierdas venían de la calzada contraria, Carabineros comenzó a bombardear al paseo Ahumada, que estaba repleto de gente, no sólo estudiantes sino que también ancianos, niños pequeños y gente que transitaba por el lugar. El ambiente era de desesperación y angustia por la fuerte irritación y ceguera que causan los químicos que utiliza la fuerza policial.
Un grupo de bailarines de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano (UAHC), realizaba una batucada en las cercanías, pero los carabineros les tiraron agua y después de dispersarlos se llevaron detenidas a seis de las universitarias. Ante el hecho, ciudadanos increparon al coronel Víctor Tapia, prefecto de Santiago Centro, que se encontraba observando lo que sucedía. Él dijo que ésta era una convocatoria política, y para ocupar espacios de uso público se necesita autorización. El alto oficial no siguió argumentado la discusión y se subió al retén móvil.
Ankalao, quien se quedó hasta al final de las manifestaciones fue testigo de toda la represión que ocurre en Santiago junto con Patricio Contreras, presidente de la Universidad de Los Lagos, y Laura Palma, presidenta de la Universidad de La Serena. “La gente quiere manifestarse porque ven que hay tremendas injusticias y no hay voluntad de parte del Gobierno para solucionarlas. Lamentamos que pase esto, es un doble discurso del Gobierno, que por un lado dice querer dialogar pero por otro lado reprime a los estudiantes”, comentó el dirigente.
El vocero mapuche agregó que en su región es peor la situación de represión porque a “los niños los agarran a balazos, los jóvenes tienen miedo de ir al hospital porque los pueden llevar detenidos” y porque la semana pasada fue allanado un hogar mapuche, mientras el Gobierno se sentaba en la mesa de diálogo.
La mayoría de los hechos de violencia se daban por provocaciones de los uniformados, pero en Providencia no ocurrió así. Un grupo de jóvenes que comenzó a marchar desde Plaza Italia hacia el barrio alto, cortó calles de la comuna que dirige el alcalde Cristián Labbé, como Manuel Montt, donde encapuchados que acompañaban al “piño” rompió la mayoría de los vidrios de una micro que se tiró encima de ellos para cruzar.
Si la marcha hubiera sido autorizada, el orden público no se hubiera visto tan afectado en tantos espacios, ni por tanto tiempo.
MESA DE DIÁLOGO NO TIENE FUTURO
Ayer, 5 de octubre, se realizó la segunda mesa de diálogo entre estudiantes y el ministro Felipe Bulnes. Pero dicha reunión no fue fructífera para el futuro de las movilizaciones. Los estudiantes secundarios respresentados por la Aces (Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios) y la Cones (Coordinadora Nacional de Estudiantes Secundarios) al salir de La Moneda anunciaron que se bajaron de las conversaciones porque el Gobierno les presentó el mismo plan que ya habían rechazado, el Gane (Gran Acuerdo Nacional por la Educación).
El vicepresidente de la Fech (Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile), Francisco Figueroa precisó que la Confech todavía no quiebra la mesa, pero lo discutirán el sábado. El dirigente, empapado por el agua del ‘guanaco’, señaló que cree que el Gobierno es quien quiere romper el diálogo, no los estudiantes, porque después de cinco meses sigue “intransigente, no entiende la magnitud del problema y no está actuando a las alturas del momento histórico”.
Respecto a la propuesta, Figueroa dijo que “no se puede legitimar ese tipo de reajustes neoliberales en nuestra educación. No estamos disponibles a avalar reformas que profundicen el mercado en la educación superior”.
Por su parte, el vocero de la Femae, José Ankalao, dijo que no hay ánimos de seguir en la mesa, porque presentaron el Gane más adornado y además “el Gobierno estuvo provocando durante toda la semana con el anuncio de la ley de Hinzpeter. Sumado a eso, situaciones como la retención de becas, no corresponden a un diálogo trasparente consensuado y coherente”.
Ankalao opina que el Gobierno hace de las mesas de diálogos una “obra de teatro”, y la ciudadanía no está para “circos”.
CACEROLAZO
La vocera de la Confech y presidenta de la Fech, Camila Vallejo, anunció un cacerolazo para hoy a las 20:30 horas, en respuesta a la represión que se vivió hoy en el centro de la capital. “Después de cinco meses movilizados seguimos con más de lo mismo y continúa la represión más brutal que nunca. Hacemos un llamado a cacerolear en todo Chile contra la intransigencia y represión del Gobierno”, escribió en su Twitter la dirigenta estudiantil.
Por Estefani Carrasco Rivera
Foto Claudio Cáceres
El Ciudadano
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