Roxana Miranda, dirigente de ANDHA: “Todos somos deudores de algo”

Le pedimos que sonría para la foto y Roxana responde que no está acostumbrada a hacerlo, que es seria y está cansada


Autor: Mauricio Becerra

Le pedimos que sonría para la foto y Roxana responde que no está acostumbrada a hacerlo, que es seria y está cansada. Y es que largo ha sido el camino para esta dueña de casa que decidió convertirse en dirigente de los deudores habitacionales que le causan dolores de cabeza al gobierno ciudadano.

Se suben a grúas, a los letreros de la Alameda, van a ver a Bachelet a su casa en Las Condes y cuando no está la pillan en el lago Caburga. La última intervención tuvo a Roxana tres días arriba de una grúa en el centro de Santiago sin comida y una botella de agua. Confiesa que junto a quienes la acompañaron en la acción terminó congelada, pero con ganas de seguir la pelea hasta que las viviendas sociales dejen de ser un negocio para los bancos.

Con El Ciudadano conversó de cuando estuvo detenida, de las amenazas que habría dicho a Bachelet, de la realidad que conoció al interior de la cárcel, de la ocurrencia de sus intervenciones urbanas y de su desconfianza con campañas como Un techo para Chile. Y dice:

¿Por quién votaste en las pasadas elecciones presidenciales?

– Por Tomás Hirsch.

¿Y en la segunda vuelta?

– Anulé.

¿No te convenció Bachelet?

– No. Y el tiempo me dio la razón. Lo que pasa es que las mujeres somos tozudas. Y cuando una mujer es tozuda y mal informada es algo complicado. Nos pasa a todas y es tanto el convencimiento de que estás en lo correcto que le echas para adelante no más.

¿Y la presidenta hoy tiene un problema de tozudez?

– Sí, pero lo pero es que Bachelet está mal asesorada y le cuentan una visión del país irreal. Y como es tozuda, persiste en ello.

¿Y la imagen maternal que para muchos tiene?

– No me la creo. Ella si quiere dar esa imagen, sobre todo para las cámaras.

¿Y porqué entonces la presidenta tiene tanta aprobación en las encuestas?

– La primera duda que tengo es a quien le preguntan en esas encuestas, porque a los que estamos en las poblaciones jamás nos han preguntado.


LA AMENAZA

Estás procesada por amenazar a Bachelet. ¿Nos podrías contar qué le dijiste que fue tanto el enojo?

– Fue en la acción de la primera grúa pluma que intervenimos, cuando no alcancé a subir. Igual llegué y estaba abajo cuando las compañeras empiezan a decir que se necesita un vocero. Así hablo para las cámaras de las deudas, de por qué estábamos ahí y que seguiríamos con nuestras acciones. También digo que Bachelet prepare su seguridad porque nosotros vamos a seguir funándola donde ella esté y ella sabe que lo haremos. Los periodistas tomaron esa última frase. Luego el periodista de TVN me dice que era fuerte lo que había dicho, que se trataba de amenazas. Bueno, seguimos en los nuestro y el GOPE me empezó a buscar. La entrevista completa no salió al aire, por lo que dije salió descontextualizado. Si no se trataba de una amenaza.

¿La prensa hace eso a menudo con las declaraciones de ustedes?

– Siempre lo han hecho. Si siempre nos sacan de contexto, si recortan lo que uno dice y rara vez cuando hablan de nuestras acciones explican nuestras demandas.

Estuviste presa ¿cómo te trataron las otras internas de la cárcel?

– Siempre que estoy detenida hago un trabajo con la gente, explicándole nuestro punto. Te quiero contar algo que me llamó la atención: Justo ese día habían desbaratado una banda de narcotraficantes. Se trataba de una abuelita en silla de ruedas que me dijo: ‘yo vendo papelillos en mi casa y muchas vecinas lo hacen’. Claro que lo que hizo la policía, me contó ella, es que sacaron a todos los que en una población vendían drogas y los hicieron pasar como si se tratara de una banda. La abuela me dice que si no vendía drogas no comía.

Muy distinto tu relato al que vemos en la tele…

– Ahí entendí la lógica: para la tele aparecen diciendo que la policía desbarató a una banda de narcotraficantes y la autoridad aparece como que lo está haciendo perfecto en el combate a las drogas y la delincuencia, que desbaratan mafias. Pero se trata de agarrar a distintas personas que sobreviven vendiendo esos papelillos. Si había una chica que estaba muy mal porque le iban a quitar su guagua de meses. Todas ellas reconocían que venden papelillos, pero dicen que hacen eso, no más. ‘Yo vendo lo que venden en todo el país’- me decía. Te das cuenta así de que eso pasa en todas las poblaciones, porque pasa que mucha gente con el narcotráfico se está alimentando.

¿Qué otra compañera de prisión te tocó?

– Había otra anciana que la pasaron a control de detención por dos tutos de pollo que robó en el supermercado. La audiencia declaró que no procedía la detención por un monto tan bajo. Detrás de eso está el fiscal que se lleva un bono por una audiencia terminada. Esa es la lógica que pasa hoy en los tribunales.

TRATO POLICIAL

Juana Silva nos contaba hace dos años que la siguen y tienen intervenido su teléfono ¿te sucede a ti también?

– Los seguimientos son a menudo. A veces hacemos pilladas locas para cerciorarnos de que si el tipo que viene tras de nosotros nos sigue o es rollo de una. No sé, entras en un pasaje y te escondes, el tipo que te sigue pasa y no se da cuenta que te escondiste y empieza a buscarte. Te quedas donde mismo y el tipo, siempre lo hacen, se da la vuelta a la manzana. Con Juana incluso nos chocaron. Veníamos por la carretera y nos seguía un auto que nos pasó mirándonos mucho rato, como viendo si éramos nosotras. El auto pasa y al rato un camión nos choca fuerte, Juana controla el auto, pero una segunda embestida nos hace accidentarnos. Cuando llegaron los carabineros nos cantaban ‘Andha Chile’ en tono de burla mientras yo gritaba de dolor. Terminé con fracturas y después quisimos hacer un juicio, pero no había parte policial del accidente, el fiscal fue muy agresivo con nosotros, diciéndonos que teníamos varias detenciones.

¿Cuántas tienes?

– Uff, muchas, la mayoría por control de identidad y después me hacen firmar por desórdenes públicos.

¿Qué te parece entonces la imagen del gobierno ciudadano de Bachelet?

– No existe eso en Chile, acá hay una democracia disfrazada. Nos hostigan igual como en dictadura. Lo único que falta es que saquen las tanquetas, aunque estos tipos del poder son más astutos. Fíjate con los mapuche, si los están cargando con atentados para tenerlos a todos presos. Esto de la Bachelet fue una fórmula que ocuparon para armar el circo y mantenerse en el poder. Es claro que ya están armando el que sigue.

¿Cómo te convertiste en dirigente de los deudores habitacionales?

– Soy deudora habitacional. Llegan en los ’90 a mi población en San Bernardo y como era presidenta de la Junta de Vecinos, sabía que era un tema de muchos las deudas con los bancos por las casas. Yo no sabía nada de política cuando partí en esto y todo lo que he aprendido ha sido al calor de la lucha. Claro que siempre he estado contra las cúpulas políticas que no dejan que gente que si bien tiene menos conocimiento pueda hacer algo por los suyos. Si tu experiencia le hace sentido a mucha gente y es porque hablamos a la gente con términos comunes.

¿Cuántas personas integran ANDHA?

– Hace dos años hicimos un catastro y éramos 80 mil familias, creo que hoy debemos superar las 100 mil.

LOS FRESCOS Y LOS AL CRÉDITO

¿Qué les dirías a quines dicen que ustedes son unos frescos y que no pagan sus deudas, las que todos tienen?

– No me merece comentario la gente que vive cómoda, que vive con su tarjeta de crédito  y no ven más allá. Aunque ganan una cagada toman todo a crédito a 20 mil cuotas y es deudor igual que nosotros, porque en este sistema todos somos deudores de algo. Su sueldo será un poco más, pero a fin de mes debe entregarlo todo al banco, aunque vaya al mall, se compre ropa que le gusta, vive endeudado como nosotros.

En muchos comentarios de las noticias que se publican sobre ustedes se reproduce ese personaje.

– Es gente individualista que creo que a la larga se van a dar cuenta que estas viejas tenían razón. También me gustaría recordarles que el Ministerio de Vivienda fue creado para entregarles casas a las familias más pobres del país y lo que han hecho es convertir a la vivienda social en un negocio para los bancos.

Pero el sistema pareciera funcionar…

– Sí, lo que pasa es que en Chile al pobre lo aprietas un poquito y el viejo hace lo que pueda para pagar su crédito. Somos cumplidores más encima, tenemos un compromiso de lealtad que es tradicional en nosotros, pero se han aprovechado de esto. Las cosas no son así, porque con estos dividendos usureros estamos fomentando el último chiché de un rico.

¿Podrías sintetizar lo que a tu juicio es el problema de la vivienda en Chile?

– Se trata de familias vulnerables que fueron pasadas a la banca privada, la que le entrega un crédito hipotecario de 277 UF y terminan cobrando hasta 1.200 UF. En Chile los pobres pagan 4 veces el precio de una viviendo cuyo avalúo fiscal no supera los 4 millones de pesos. De eso se trata.

¿Están conformes con la propuesta de congelamiento de los remates hasta diciembre por la Comisión de Vivienda de la Cámara?

– Nos parece bien, pero el decreto sólo cubre a los deudores PET (Decreto 235), y no consideran los decretos 62, 44 y 40, que son las mismas familias que están en las mismas poblaciones. Que dejen de segmentar a los pobladores si son las mismas casas. Nosotros exigimos que jamás en Chile se remate una vivienda social, si hay dineros para entregar garantías a los bancos, que se dé a los pobladores.

PERFORMANCE IN THE CITY

¿Cómo se les ocurren las intervenciones en los espacios públicos?

– Estamos en el 2009, no es fácil protestar hoy, eso de marchar con carteles, nadie te pesca. A lo más la prensa dice que marchamos una decena de deudores. Así estamos obligados a llamar la atención al choque, con acciones que rompan con la cotidianeidad. Cada vez que planeamos una acción lo hacemos pesando en cómo rompemos el cerco comunicacional que no hace visible nuestra demanda. Descubrimos que esos llamados de atención extremos de riesgo lo rompían. Por eso hemos seguido esa línea.

¿Y porqué subirse a una grúa?

– La grúa tiene su sentido también. Son la herramienta con la que construyen estos grandes proyectos inmobiliarios, para los que entregan hasta 480 UF de subsidio y dejan de construir viviendas sociales. Tiene su lógica intervenir allí. No es cualquier espacio.

¿Han ganado algo porque los gobiernos de la Concertación se han caracterizado por hacer todo lo posible por demostrar que movilizándote no consigues nada?

– No hemos logrado la condonación aún, pero la movilización ha logrado ser un referente para muchas organizaciones sociales. Lo único que da éxito a cualquier lucha social son las movilizaciones, quiera lo que quiera el gobierno. Me siento contenta porque en vez de disminuir con cada vez que nos desalojan o toman presas, las chiquillas insisten en seguir la lucha adelante, dicen démosle no más.

¿Qué hubiese pasado si hubiesen tenido respuesta ya?

-Hubiese sido un alivio para muchas madres, ancianas y personas que hoy se deprimen porque no pueden pagar sus dividendos. Pero igual podemos verlo como que nos han hecho un favor en no entregar la condonación hace 2 año atrás, porque si hubiese pasado nos hubiésemos ido para la casa. Con el tiempo nos hemos dado cuenta que más gente se ha sumado y más organizaciones están atentas y aprenden de nuestra experiencia.


LA CIUDAD Y UN TECHO PARA CHILE


¿Qué sensación te produce caminar por Santiago?

– Es medio delirante esto de tanto paco en la ciudad. Si es ridícula la idea que tienen del orden público. Recuerdo que el 21 de mayo yo me quedé en Santiago mientras algunas iban a Valparaíso. Hicimos una marcha por la ribera del Mapocho y desde uno de los puentes un paco nos dice ‘detengan esa marcha porque no tienen autorización’. ¡Había que pedir permiso para marchar por la ribera del río! Es ridículo eso.

Se habló de rescate humanitario y el enfoque de la prensa es que ustedes atentan contra su salud y su vida.

– Yo no sabía que en Chile te rescataban las Fuerzas Especiales de carabineros con bombas lacrimógenas y a patadas, en la que compañeros quedaron atados de pies y manos con cuerdas plásticas y algunos con las costillas fracturadas. Para la otra prefiero un desalojo que un rescate humanitario.

¿Qué te parece un techo para Chile?

– Tengo una imagen de una vez que venía de una protesta y una joven rubia, bien bonita, llega con la alcancía que simula una media agua a pedirme plata. Otra vez veo que un banco trasnacional pone una mediagua afuera de su sucursal en Vitacura para pedir plata. No sé, son imágenes extrañas que hacen preguntarme ¿hasta cuando hacen populismo con la gente pobre? Siempre se aprovechan de los pobres y los tratan de victimizar. Nosotros no somos víctimas y no nos dejamos manipular. Y hacen sentir a los ricos buenos porque dan luca para un pobre que ni siquiera tiene el derecho a elegir como será su casa y debe conformarse con una mediagua. Si unas deudores de Puchuncaví nos cuentan que sus patrones tienen manillas de baño o de puertas bañadas de oro. ¿No será mejor repartir las cosas de mejor forma en Chile a dar mediaguas y creerse buenos?

Mauricio Becerra R.

@kalidoscop

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