El gigante Cencosud, del empresario de origen alemán Horst Paulmann, se enfrente a la inédita alianza del Sindicato Nacional Jumbo y Sindicato Cencosud Santa Isabel para el proceso de negociación colectiva. El multirut y la legislación sindical chilena, que no permite la negociación interempresas, como ocurre en varios países del mundo, hasta ahora han sido un escollo para la capacidad de negociación de los trabajadores de un mismo patrón, por lo que esta experiencia dará que hablar en otras ramas de la industria y del comercio.
El 16 de febrero pasado se dio comienzo a la primera etapa del proceso de negociación colectiva que llevan a cabo los sindicatos del Retail, tanto de Jumbo como de Santa Isabel, entregando formalmente el pliego de peticiones a la empresa.
Es algo inédito en los sindicatos del comercio de Cencosud, ya que se está llevando a cabo una alianza estratégica entre ambos sindicatos lo que reúne aproximadamente a más de 3.000 trabajadores en la misma causa. No muchos proyectos sindicales se esmeran en emitir sin tapujos lo que se logra en cada reunión con el empresariado, menos publicar cada suceso en la pagina, redes sociales y blog, eso indica un ejercicio profundo de democracia y horizontalidad para con las bases, todo primordial para la consolidación de un nuevo sindicalismo, aquel que fomente la inclusión, el compromiso y por supuesto la valentía, como en este caso de enfrentarse a un Goliat como lo es Cencosud.
Ad-portas de la inauguración del que será uno de los edificios más colosales de Latinoamérica y del mundo, el Costanera Center, y además de que Cencosud a la cabeza del magnate Alemán Horst Paulmann, de que cuantitativamente las ganancias de la empresa aumenten exponencialmente, a pesar de todo aquello siguen los bajos sueldos, las humillaciones y la disparidad de oportunidades y beneficios entre por ejemplo los asalariados de tiempo completo v/s los de mitad de jornada (Part-time).
Dirigentes sindicales acusan que “es increíble que la empresa segmente y utilice de sobremanera la “flexibilidad” que le permite este modelo neoliberal pro-empresa, llegándose a pagar por ejemplo, a un part-time nuevo –generalmente estudiante- la suma de 950 pesos la hora trabajada. ¿Será que en Alemania también existen esos modelos de explotación laboral? ¿O el señor Paulmann lo hace acá solamente en la periferia del mundo, donde las condiciones son propicias para este tipo de usura? ¿Será ésta la ocasión de llevar a cabo la primera gran huelga en la historia de Jumbo?”.
El Ciudadano
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