Siomara Molina, de la campaña contra Carlos Larraín senador designado: «Es uno de los políticos más misóginos y homofóbicos que se han conocido en Chile”

Tras el abrupto cambio de gabinete anunciado por Piñera el mes pasado, dos puestos en el Congreso quedaron vacantes

Siomara Molina, de la campaña contra Carlos Larraín senador designado: «Es uno de los políticos más misóginos y homofóbicos que se han conocido en Chile”

Autor: Cristobal Cornejo

Tras el abrupto cambio de gabinete anunciado por Piñera el mes pasado, dos puestos en el Congreso quedaron vacantes. Por ello, la directiva de Renovación Nacional resolvió ceder el cargo del ahora ministro de Defensa, Andrés Allamand, al polémico ex concejal de Las Condes y presidente de RN, Carlos Larraín.

La llegada de Larraín al poder legislativo no ha estado exenta de conflictos. Reconocido por su mirada conservadora en el sector más tradicional de Renovación Nacional, Carlos Larraín no ha tenido problemas en criticar cuanta reforma liberal pase por la mente de su partido. Las discusiones más recientes las tuvo a la hora de opinar respecto a la despenalización del aborto terapéutico -instancia en la que incluso amenazó con cambiarse a la Oposición si el Gobierno apoyaba el proyecto de Matthei y Rossi– y a la posibilidad de consolidar la unión homosexual.

Su tenaz resistencia y el estilo enérgico de sus argumentos  han generado rechazo en la sociedad civil más liberal, especialmente en ciertos sectores ciudadanos que han manifestado públicamente su desacuerdo con la designación de Larraín como el nuevo senador por la Circunscripción 16, perteneciente a la Región de los Ríos.

Es el caso de un conjunto de agrupaciones feministas, quienes han salido a la calle a recolectar firmas para demostrar su rechazo a la llegada de Larraín al Congreso. Según señala Siomara Molina,  líder de la campaña contra la designación del Presidente de RN, “es una vergüenza para la Región de los Ríos que Carlos Larraín vote por nosotros y nosotras en el Senado”. Molina agregó, además, que la postura que “él históricamente ha defendido, se caracteriza por su conservadurismo y fundamentalismo religioso”.

Larraín, por su parte, se defendió ante las posibles críticas, asegurando que “todos los temas que se discuten en las cámaras tienen un valor, o es la libertad, o es la justicia, o es la igualdad. Y en esos temas estamos siempre abiertos a analizar todas las posibilidades. No somos ciegos a las necesidades de los tiempos”.

UNA PRÁCTICA ANTIDEMOCRÁTICA

Molina  asegura que esta situación revela un problema de fondo respecto a la poca representatividad del puesto que asumirá Larraín.

“El cargo de senador o senadora es por definición de elección popular y de un tiempo a esta parte está siendo definido, en el caso de los reemplazos, de manera dictatorial desde  las cúpulas de los partidos políticos. Esto es inaceptable en cualquier gobierno que se autodenomine democrático”, enfatiza.

Molina revela que desde el 2005, la decisión respecto al reemplazo de algún parlamentario recae en los partidos políticos, quienes son los encargados de elegir quién será el más indicado para llegar al puesto, puntualizando que “según la dinámica de los partidos políticos en nuestro país, la decisión ni siquiera es tomada por todo el partido en general, ni por el partido en la región correspondiente, sino que por las cúpulas de los partidos, a puertas cerradas y en Santiago”.

Por otra parte, reconoce que difícilmente revocarán la designación de Larraín como senador de la República, puesto que se encuentra amparada por la propia Constitución, pero que le parece importante destacar ante la ciudadanía que “los cargos parlamentarios son de elección popular, el Congreso Nacional es una institución representativa por excelencia, incluso a pesar de las graves falencias que representa el sistema electoral binominal”.

LAS VUELTAS DE LA VIDA

Durante los días posteriores a la oficialización de la noticia, diversos medios de comunicación recordaron que fue el propio Carlos Larraín quien lideró las críticas cuando en el 2009, la ex presidenta Bachelet eligió a Carolina Tohá como secretaria general de Gobierno, alejándola de su rol en el Congreso.

La decisión de Bachelet significó que Felipe Harboe ocupara el puesto dejado por la diputada, lo que desató la furia de Larraín, quien aseguró que “lo que se hizo en el caso de Tohá es poner al señor Harboe en una ventaja evidente para ser elegido como diputado en un distrito al que él mismo postulaba”.

Esta vez, Larraín se hizo parte de la misma práctica que amenazó con llevar al Tribunal Constitucional, situación que lo tendría jurando como senador, durante los primeros días de marzo, en la Cámara Alta del Congreso Nacional.

Sin embargo, Siomara Molina no se resigna: “Nuestro llamado es a reunir muchas firmas que nos sirvan como instrumento para que, por una parte, el señor Larraín explique públicamente su posición frente a este rechazo ciudadano y, por otro lado, podamos instalar el debate respecto a los temas de fondo que estamos planteando”.

Quien quiera firmar contra la designación de Larraín, ingrese aquí

Por Vanessa Vargas Rojas y Cristóbal Cornejo

El Ciudadano


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