Sobre cacheos y libertad de prensa en Dakota del Norte

Con el aumento de las manifestaciones de protesta registrado en los últimos seis meses, Kirchmeier y los fiscales locales vienen presentando cargos de mayor gravedad contra los protectores de la tierra y el agua, incluso cada vez más cargos por delito grave. Hasta el momento, más de 140 personas han sido arrestadas.

Sobre cacheos y libertad de prensa en Dakota del Norte

Autor: Mauricio Becerra

Standing Rock

El lunes fue un frío y ventoso día de otoño en Dakota el Norte. Bien temprano en la mañana nos apostamos frente al Tribunal del Condado de Morton, en Mandan, para emitir en vivo el noticiero de “Democracy Now!”. En principio, la locación fue dictada por los horarios que nos imponían las autoridades locales. Yo había sido acusada de invasión de propiedad privada por la cobertura que realizamos acerca del violento ataque que la compañía responsable de la construcción del oleoducto Dakota Access llevó a cabo contra miembros de comunidades originarias que intentaban impedir la destrucción de sitios sagrados, entre ellos, cementerios ancestrales ubicados justo al norte de la Reserva Sioux de Standing Rock.

Los guardias del oleoducto hicieron uso de gas pimienta y perros de ataque contra estos defensores de la tierra y el agua. En un video de “Democracy Now!” se puede observar a uno de los perros con el hocico cubierto de sangre. El video fue ampliamente difundido y, contando únicamente Facebook, fue visto catorce millones de veces. Cinco días después, Dakota del Norte emitió la orden de arresto en mi contra.

Cuando uno cumple una orden de arresto, debe presentarse en la cárcel aproximadamente a las ocho de la mañana, si se tiene la esperanza de ver a un juez ese mismo día y evitar así pasar la noche en la cárcel. Es por eso que programamos emitir en vivo entre las siete y las ocho de la mañana, para luego presentarnos en la cárcel a las ocho a fin de que se realizara el procedimiento necesario en la cárcel y enfrentar luego el cargo por invasión de propiedad privada en el juzgado.

Para nuestra sorpresa, al llegar a Bismarck el viernes, nos enteramos de que el fiscal, Ladd Erickson, había retirado el cargo por invasión de propiedad privada y había presentado otro por “disturbios”. Quedamos desconcertados. En un correo electrónico enviado al fiscal y a nuestro abogado defensor, Tom Dickson, el juez John Grinsteiner redactó: “Las nuevas demandas, escritos y requerimientos de comparecencia son bastante extensos y los voy a estudiar para determinar si constituyen indicios razonables de delito el lunes cuando vuelva a mi despacho». Varios abogados familiarizados con el derecho penal de Dakota del Norte nos dijeron que los jueces casi nunca desestiman una demanda presentada por la fiscalía. La lectura de cargos se fijó para las 13:30, hora local, del lunes.

Pasamos el fin de semana informando acerca del controvertido oleoducto Dakota Access, con la amenaza del cargo por disturbios siempre presente. El oleoducto de más de 1.700 kilómetros de extensión y 3.800 millones de dólares de costo está diseñado para transportar casi 500.000 barriles de crudo desde yacimientos petroleros de Dakota del Norte hasta Illinois, y desde allí hasta el Golfo de México. Es por ello que miles de personas se han instalado en los campamentos de resistencia ubicados cerca del lugar previsto para que el oleoducto Dakota Access pase por debajo del río Missouri. Si hubiera un derrame en ese lugar, se contaminaría el agua potable para el suministro de millones de personas río abajo.

El sheriff del condado de Morton, Kyle Kirchmeier, dirige la cárcel de Mandan y es responsable del trato que reciben las personas que son ingresadas allí. Con el aumento de las manifestaciones de protesta registrado en los últimos seis meses, Kirchmeier y los fiscales locales vienen presentando cargos de mayor gravedad contra los protectores de la tierra y el agua, incluso cada vez más cargos por delito grave. Hasta el momento, más de 140 personas han sido arrestadas. Aquellos con quienes hablamos nos informaron acerca de un detalle impactante: al ingresar a la cárcel, todos fueron sometidos a un registro al desnudo durante el cual fueron obligados a ponerse en cuclillas y toser para demostrar que no tenían nada escondido en su cavidad anal y posteriormente se los obligó a vestirse con overoles naranjas. El jefe de la tribu sioux de Standing Rock, Dave Archambault, una pediatra de la reserva, la Dra. Sara Jumping Eagle, y la actriz Shailene Woodley, protagonista de las películas “Divergente” y “Snowden”, entre otras, fueron sometidos al mismo trato.

Le preguntamos al jefe Archambault si los registros al desnudo eran comunes para los acusados de delitos menores. “No sabría decir, porque fue la primera vez en mi vida que me arrestaron», respondió. Por su parte, la Dra. Jumping Eagle comentó: “Me hizo pensar en mis ancestros y en lo que tuvieron que pasar”. La actriz Shailene Woodley nos dijo: “Nunca se me pasó por la mente que por intentar proteger el agua limpia para garantizar un futuro en el que nuestros niños tengan acceso a un elemento esencial para la supervivencia humana me desnudarían para cachearme. Estaba en shock”.

Cuando nos preparábamos para ingresar al juzgado para la lectura de cargos a las 13:30 horas del lunes, unas 200 personas realizaron una marcha en apoyo a la libertad de prensa y en demanda de que se retiraran los cargos. Unos 60 agentes de policía antidisturbios formaron un cordón policial en una demostración de fuerza innecesaria frente a una concentración pacífica y amenazaron con arrestar a todo aquel que osara atravesarlo. Fue entonces que nuestro abogado trajo las novedades: el juez se negó a dar curso al cargo por disturbios. La causa fue desestimada y logramos así una importante victoria para la libertad de prensa.

La prensa libre debería centrarse ahora en dar una intensa cobertura a la resistencia en Standing Rock, un frente crucial de la lucha a nivel mundial para combatir el calentamiento global y lograr justicia climática. Los pueblos originarios y sus aliados no indígenas se enfrentan al poder empresarial amparado por el Estado con fuerzas policiales cada vez más militarizadas. No se debería recurrir a la criminalización y humillación de los defensores de la tierra y el agua ni al arresto de periodistas para allanarle el camino a este oleoducto.

Amy Goodman y Denis Moynihan

Democracy Now

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