Durante semanas, dirigentes de base de sindicatos temporales y de empresa, relacionados con la producción del vino en Chile, mantuvieron un intenso debate en conjunto con la Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas, Anamuri, para consensuar una posición frente a los monopolios nórdicos del alcohol que reúne a cinco países, entre ellos Suecia y Finlandia, que por estos días se encuentran de visita en Chile para iniciar relaciones comerciales con los importadores de vinos.
Por intermedio de grupos activistas de defensa de derechos laborales en Suecia, como Solidaridad con América Latina (SAL), el frente de asalariadas de la agroexportación de Anamuri, se informó de la venida de estos monopolios nórdicos, incluidos los representantes del Estado sueco, y se acordó agregar en su agenda una reunión, a la que asistieron sindicatos de trabajadores de empresa de Curicó y Casablanca, entre otros, que se concretó el 7 de junio recién pasado.
A dicho encuentro asistieron las organizaciones que integran la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (Cloc), Vía Campesina Chile, el Sindicato Sikhula Sonke, de Sudáfrica, el Sindicato de Trabajadores de Systembolagen, de Suecia, trabajadores del Movimiento Nacional Campesino Indígena (MCNI), Sindicatos de trabajadores de Casablanca, Villa Alemana y Curicó (estos últimos enfrentan en estos momentos una serie de despidos injustificados) y el Sindicato de Trabajadores de la Universidad Diego Portales, que se coordinaron con la Confederación Ranquil y Anamuri.
Las y los trabajadores de empresas que producen el vino en Chile, relataron a la delegación de los cinco monopolios (Suecia, Finlandia, Islas Faroe, Islandia y Noruega), las condiciones laborales que predominan en dichas empresas. Luis Márquez, presidente del sindicato de Viñamontes, de Curicó, señaló que su “empresa tiene el 96% de la exportación a los cinco continentes, tienen un margen de ganancias que aumenta cada año, sin embargo no se respetan las leyes laborales, ni los derechos sindicales; hemos tenido hostigamiento constante de parte de los mandos medios de la empresa”, denunció.
“Mi preocupación es que los monopolios exijan el cumplimiento de la normativa mínima y que no solo consideren la elaboración del producto sino los costos ocultos que ese producto tendrá al llegar a sus mercados”, agregó el dirigente.
Por su parte la representante del Sindicato de Villa Alemana, Sonia Sagredo, les hizo entrega de una copia del último contrato de trabajo, donde queda claramente establecida en una de las cláusulas, el impedimento de negociar colectivamente; en su intervención la dirigente agrega: “Lo que se viola con este contrato, aparte de impedirnos negociar, es que no aparece la distribución horaria, que está establecido en el código laboral. Como sindicato hemos sufrido la persecución, cuando trabajé en la Viña Concha y Toro saqué varias fotos y videos sobre las condiciones de trabajo, no teníamos comedor, ni agua y por eso me despidieron”.
Las organizaciones de trabajadores en el encuentro con los Monopolios hicieron recomendaciones y alcances al código de conducta que pretenden implementar en nuestro país, llamado Business Social Compliance Initiative, BSCI, sabiendo que los vinos chilenos como argentinos tienen una alta demanda, especialmente en Suecia, consideran necesario la presencia y la participación activa de los trabajadores agrícolas y sus organizaciones en la evaluación que los monopolios consideran realizar de este intercambio comercial con los importadores de vino.
Estos monopolios estatales, han adoptado un código de conducta vinculado a la cooperación empresarial europea, que no consideran la participación y la voz de los/as trabajadores, en cuyos términos, carece de credibilidad planteado de acuerdo al plan que traen los distintos estados.
Por ello instan a la delegación nórdica a escuchar las demandas de los sindicatos y las organizaciones, y que en el proceso de la auditoría esté presente también la evaluación por parte de los trabajadores, ya que solo se le preguntará a las distintas empresas involucradas con el monopolio a contestar si han cumplido con las normativas. En esta misma línea, se pide que todos los involucrados en el proceso, reciban capacitación sobre el código y la legislación laboral de Chile.
También pidieron al monopolio, exigir que tanto hombres como mujeres tengan un trato digno, y que el contrato de trabajo sea parte de los requerimientos, y que sea una obligación de las empresas y los subcontratistas, y que la producción sea de forma armoniosa con el medio ambiente y las personas.
Para los y las dirigentes es una necesidad que los monopolios tomen una mayor responsabilidad sobre las condiciones de trabajo que imperan en los viñedos; consideran que la población de esos países debería conocer e informarse sobre las condiciones en las que están negociando sus respectivos estados la compra de vinos para poner en sus mercados.
Por Sandra Trafilaf