Mientras el exterior del Instituto Nacional era nuevamente bombardeado por las lacrimógenas de Carabineros, los estudiantes realizaron el Festival Primavera Consciente, al que llegaron conocidos cantantes y bandas nacionales y tres mil secundarios.
Si en la tele y en las palabras de las autoridades, como el alcalde de Santiago o el Ministro de Educación, hay un relato que acusa las tomas y las pérdidas de clases, al interior de los colegios tomados en los ya más de cuatro meses de movilización está todo pasando.
Pero esta vez quisieron hacer algo en grande. Y les resultó. Unos tres mil jóvenes llegaron al Festival Primavera Consciente, montado en los patios del tomado Instituto Nacional. Venían de varios colegios de la capital, de universidades, de centros de formación técnica. Llegaron estudiantes del Carmela Carvajal, del Liceo 1, del Liceo de Aplicaciones o del Lastarria.
Y es que la tocata prometía. Por el escenario pasaron Manuel García, Chico Trujillo, Chinoy & Kaskivano, Villa Cariño, Sol y Lluvia, Movimiento Original con Legua York. Todos en solidaridad con el movimiento estudiantil.
La actividad se hace cuando el Instituto Nacional cumple 120 días en toma. José Miguel, de Octavo Básico el IN, opina que “está bacán el concierto. Creo que cuando volvamos a clases la experiencia de todos estos meses de toma va hacer que las relaciones entre nosotros y los profesores sean muy distintas”.
Andrea, del Liceo 1 Javiera Carrera, valora que “vengan grupos a apoyar esta toma. Es una toma abierta y el recital está dentro de las actividades que hemos hecho para aprovechar estos meses. Hemos hecho talleres, foros y encuentros de coordinación de los liceos del centro”.
Elías, de Diseño de la Universidad Diego Portales, considera que “actividades como ésta es lo que hay que hacer. Nos estamos juntando todos”.
UN RECITAL BOMBARDEADO
Mientras los grupos se sucedían en el escenario, se sucedían las bombas lacrimógenas que llegaban al interior del colegio lanzadas desde afuera por la policía. Los chicos corrían raudos buscando alguna manguera o baldes con agua para atenuar su efecto. Pese a la intensidad del ataque policial, la música no dejó de sonar.
Claudio Calabrán, vocero del Centro de Alumnos, opina que el evento “salió demasiado bien, pese a las circunstancias en las que tuvimos que armar este encuentro. Hace media hora la represión de los carabineros fue brutal, pero los participantes y los mismos cantantes están felices de haber estado este jueves acá”.
También llegaron estudiantes universitarios. Andrea, del Instituto Profesional Los Leones, cuenta que “la actividad ha sido espectacular. La única mala onda es de los pacos que tiran lacrimógenas para dentro del colegio”.
Valentina, de Pedagogía en Historia de la Universidad Raúl Silva Henríquez, valora “la forma de organización que tienen estos chicos en relación a lo que está pasando afuera. Estamos acá con lacrimógenas y aún así el evento sigue adentro, muy bien organizado y variado”.
LO QUE QUEDA
Lo que más valoran los estudiantes de estas iniciativas es la experiencia que les deja. No sólo fueron capaces de enfrentarse a una autoridad que se había propuesto dar el tiro de gracia a la educación pública este año, también el empoderamiento que han logrado, la experiencia de meses en toma, la coordinación y el aprendizaje mutuo.
Tomás, Ilustración en el Instituto Arcos, aplaude que “nos podamos expresar así y vivir este proceso de diversas maneras. Que la gente se encuentre, se congregue y pueda mirarse, asociarse es algo que nos dejará este movimiento”.
Claudio, estudiante del IN, agrega que “dentro de todo lo que significa el movimiento es una de las tantas actividades de reunión que permite conocernos e intercambiar experiencias. Todo bien, no es la primera tocata organizada en el colegio”.
José Soto, presidente del Centro de Alumnos del liceo organizador, considera que “la actividad de hoy representa la posición de los estudiantes de construir y no destruir, de avanzar y no retroceder; o sea, nuestro ánimo de ir creando cosas y espacios”.
Claudio añade que “en las tomas se aprenden cosas que la formación del colegio excluye. De política, historia, experiencias de organización”.
José insiste en que “una toma es una forma de aprendizaje que entrega muchas más cosas que el aprendizaje formal”.
“La contraparte es la represión brutal de Carabineros demuestra la intransigencia del Gobierno de no ceder en sus posturas” -añade José Soto.
“Las declaraciones del Gobierno de que nuestras propuestas benefician a los más ricos no son efectivas. La población tiene que saber que el Gobierno quiere mantener un sistema educativo con unas pocas becas y una amplia mayoría de chilenos que se endeuda. Estamos por un sistema solidario, nuestro concepto de educación es la solidaridad, la construcción y el trabajo en equipo” -prosigue.
Valentina cree que “con la decepción que tuvimos años atrás con la Revolución Pingüína esto no para”.
Por Mauricio Becerra R.
@kalidoscop
El Ciudadano