Los trabajadores de la empresa de cobranza judicial telefónica Recaudadora S.A. (Recsa), se encuentran en huelga desde el lunes 17 de mayo, exigiendo un aumento de sueldo y de bonos, así como un mejoramiento en las condiciones laborales -que denuncian como “represivas” de parte de los supervisores. La empresa ha declinado pronunciarse al respecto y Carabineros ha reprimido fuertemente las manifestaciones públicas de los trabajadores.

La empresa de Recaudación S.A. (Recsa Chile), perteneciente al holding Santiago Cumming,  inició sus actividades en el año 1985, prestando servicios al mercado financiero, pero en 1996 expandió sus servicios de cobranza a nuevos mercados internos, como instituciones financieras, grandes tiendas comerciales, empresas de servicios, televisión por cable y satelital, telecomunicaciones, retail, entre otras, según indican en su sitio Web, por lo que sus utilidades anuales “están por sobre los mil millones”, indicaron miembros del Sindicato de cobranzas judiciales y prejudiciales de esta empresa.

La huelga fue aprobada por un 80% de los socios del sindicato -320 de Arica a Punta Arenas- luego de que los trabajadores agotaran todas las instancias de negociación con la empresa. “Nosotros pedimos el aumento del sueldo base y del bono de locomoción que ahora es de 13 mil pesos, cantidad que no nos alcanza, considerando que el transporte subió y seguirá subiendo de precio en Santiago”, señaló Katerine Galaz, secretaria del Sindicato de cobranzas judiciales y prejudiciales.

“La empresa se escuda en el terremoto y en las pérdidas del mes de marzo para no darnos lo que pedimos, pero esto suma un total anual de 100 millones de pesos, un mínimo porcentaje de lo que ellos ganan”, aclara Galaz.

La huelga se inició el día lunes pasado y la sindicalista denuncia que ese día Carabineros actuó “con alevosía”, ya que hubo una “fuerte y desmedida represión aunque sólo teníamos bombos, pitos, trompetas, aplausos y gritos, nada violento”. Los trabajadores creen que esto ocurrió “por orden de la empresa, ya que los carabineros van donde está la plata”. En esa ocasión, hubo ocho detenidos, incluyendo una mujer embarazada “a la que arrastraron por el suelo y que mantuvieron detenida hasta las 7 de la tarde”, continúa.

Galaz denuncia que en el contrato de trabajo se estipulan metas para conseguir los bonos pero “son tan inalcanzables que la gente se está yendo sólo con el sueldo mínimo y la gratificación”. Además, en los contratos “no se específica la cartera en que estaremos, por lo que cuando estamos enfermos amenazan que si no vamos a trabajar se nos va a cambiar de cartera, lo que significa perder todo nuestra avance en torno a las metas”, explica Juan Alvear, ejecutivo de cobranza sindicalizado y víctima de esta situación.

“Trabajamos de lunes a viernes de 9 a 19 horas según contrato, pero nos exigen que a las 9 ya estemos trabajando, por lo que debemos llegar antes. Además, los supervisores (que antes eran todos dirigentes sindicales) nos reprimen al extremo de negarnos el permiso de ir al baño. Si te demoras más de 4 minutos, te van a buscar”, comenta la sindicalista.

Manuel Urtubia, trabajador del Call Center de Recsa, ubicado en Estado #369 (cerrado ante las protestas de los trabajadores), señala: “¡Cómo serán en esta empresa que han preferido abrir otra oficina de Call Center para meter a toda la gente de Estado y no mejorar las condiciones de sus trabajadores!”.

Esta mañana, trabajadores del Call Center de calle Estado que no adhirieron a la huelga agredieron con golpes y huevos a los trabajadores paralizados.

El Ciudadano intentó dos veces obtener declaraciones de Claudio Valdivia, Gerente de Finanzas de Recsa, pero su secretaria informó que la empresa no se referirá al tema.

“La empresa quiere que esto se diluya en los 15 días que dura la huelga en primera instancia y que luego todos volvamos a trabajar sin haber conseguido nada, pero llegaremos hasta las últimas consecuencias”, advirtió Katerine Galaz.

Por Cristóbal Cornejo

El Ciudadano

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