En votación realizada en dependencias de la Biblioteca Nacional, el Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) decidió este miércoles declarar como Monumento Histórico el paño que alberga las torres sobrevivientes de la Villa San Luis, en la comuna de Las Condes.
La semana pasada, el Comité de Defensa de la Villa San Luis presentó un requerimiento al CMN para que efectuara la votación. Sin embargo, la inmobiliaria dueña del terreno pasó por alto la petición y el sábado mandó a concretar la demolición de los edificios, tarea que se cumplió parcialmente, luego de ser frenada por los protestantes que se congregaron en el lugar, quienes denunciaron que no existían permisos de demolición ni de mitigación autorizados.
En estos momentos, se encuentran enfrentados el Comité y la Municipalidad de Las Condes, esta última a favor de la demolición. Los vecinos quieren un espacio de memoria, que recuerde la iniciativa gubernamental de Salvador Allende de entregar viviendas de alto nivel a familias pobres, en medio de una de las comunas más ricas de Chile.
En cambio, desde el municipio creen que los edificios que aún siguen en pie pueden transformarse en un foco de inseguridad. Además, el alcalde de la comuna oriente, Joaquín Lavín, defendió la demolición y planteó la posibilidad de levantar un memorial, «algo que sea destacable, al que valga la pena ir (…) Que rescate la historia de lo que pasó».
Manifestación en la previa
Minutos antes del comienzo de la votación del CMN, manifestantes se reunieron en el frontis de la Biblioteca Nacional, entre quienes estaba el cineasta Jaime Díaz Lavanchy. «Estas personas fueron desalojadas de sus viviendas, fueron humilladas y sacadas en camiones de basura. A estas personas, jamás se les ha acercado una autoridad de gobierno, jamás se les ha indemnizado, jamás se les ha mostrado dignidad», señaló.
Hasta el lugar llegó el arquitecto Miguel Lawner, director ejecutivo de la Corporación de Mejoramiento Urbano (CORMU) durante el gobierno de Allende. «Yo no podré olvidar jamás lo que significaba poder satisfacer a personas que nunca habían tenido la posibilidad de llegar a un nuevo hogar, de poder verlo concretado en la realidad», recordó ante la prensa.
El arquitecto relató además una de las escenas más emocionantes que presenció trabajando para el gobierno de la Unidad Popular.
«Las escenas que nos tocó vivir, cuando entregamos los primeros bloques, son inolvidables. Pensemos que varias familias llegaban a departamentos donde algunas desconocían lo que era un clóset y llegaban cargadas de cajones, cajas y canastos, suponiendo que iban a ser necesarios. Rápidamente fueron dándose cuenta que eso estaba demás y comenzó una escena que no podré olvidar jamás, porque algunos empezaron a encender una fogata y a quemarlos», afirmó.
Lawner interpreta aquella situación como una forma de «quemar el pasado y comenzar el futuro: los sueños realizados. Eso fue lo que intentamos hacer, a juicio mío, exitosamente».
Sin embargo, sus reflexiones también abordaron el despojo que sufrieron cerca de 5 mil vecinos que fueron desalojados por el Ejército, a comienzos de la dictadura cívico militar encabezada por Augusto Pinochet.
«1038 departamentos, todos los pobladores pagando su dividendo al día, incluso algunos anticipándose, sin embargo, fueron desalojados sin ninguna consideración, sin misericordia, tratados como delincuentes», recordó.