El aumento del nivel de vida en las mayores civilizaciones de Eurasia entre los años 500 y 300 antes de Cristo favoreció el surgimiento de las religiones moralizantes, revela un estudio de los científicos de la Escuela Normal Superior de París. La hipótesis se sostiene en un modelo estadístico basado en la historia y la psicología humana.
En su estudio publicado en la revista ‘Current Biology’, los científicos franceses trataron de contestar a la pregunta de por qué distintas religiones moralizantes emergieron casi simultáneamente en diferentes civilizaciones.
Aproximadamente entre los años 500 y 300 antes de Cristo, en tres regiones distintas de Eurasia aparecieron tradiciones religiosas muy similares con un énfasis sin precedentes en la autodisciplina, el ascetismo y las doctrinas moralizantes. Se trata del budismo, el jainismo, el brahmanismo, el taoísmo, el judaísmo del Segundo Templo y el estoicismo, con ramificaciones posteriores como el cristianismo, el maniqueísmo y el islam.
Su modelo de «obtención de energía» reveló una significativa transición hacia las doctrinas moralizantes cuando las personas empezaron a consumir 2.000 kilocalorías al día. Este nivel de prosperidad sugiere que la sociedad, en general, tenía las necesidades básicas cubiertas, ya que disponía de abundante alimento y viviendas tanto para el presente como para el futuro próximo.
«Esto nos parece muy elemental actualmente, pero esa tranquilidad era algo absolutamente nuevo en ese momento», explica uno de los autores del estudio, Nicolas Baumard.
«Los humanos que vivían en sociedades tribales o incluso en imperios arcaicos frecuentemente sufrían hambre y enfermedades y sus casas eran muy rudimentarias. Por el contrario, el intenso aumento de la población y del nivel de urbanización en la era axial [del 800 a. de C. al 200 a. de C] sugiere que, para determinadas personas, la vida empezó a mejorar muchísimo», lo que les llevó a «la idea de que la existencia humana tiene un propósito, diferente del éxito material, que se halla en una existencia moral y el control de los propios deseos materiales, a través de la moderación (en la comida, el sexo, la ambición, etc.), el ascetismo y la compasión», concluye.
Fuente: RT visto en VdeVerdad.com