En una coordinación inédita, estudiantes de universidades tradicionales y privadas llaman a una protesta nacional para la defensa de la educación superior chilena. Convocan las federaciones de las universidades de Chile, Católica, Diego Portales, Arcis y Católica de Valparaíso, entre varias otras. También tienen el apoyo del Colegio de Profesores. Sepa cuáles son sus demandas.
Los estudiantes convocan a una movilización nacional este jueves 28 de abril a las 11.00 en Plaza Italia. El acuerdo fue suscrito en una reunión a la que asistieron las organizaciones estudiantiles agrupadas en la Confech y de universidades privadas como las universidades Arcis, Diego Portales, Academia de Humanismo Cristiano y Central.
La ineficiencia y tardanza del Ministerio de Educación en la entrega de becas, de la TNE (Tarjeta Nacional Estudiantil), el magro financiamiento estatal de las universidades, que en el caso de la Universidad de Chile alcanza apenas un 20% de su presupuesto y los procesos de compra y venta a que son sometidas las universidades, como es el caso de la U. Central, recientemente adquirida por Inversiones Norte Sur, son los motivos que empujan a los estudiantes a salir a las calles.
El petitorio realizado por los estudiantes abarca temas esenciales como la demanda para que la educación sea un derecho, la democratización de la enseñanza, su financiamiento y el financiamiento estudiantil.
Tanto las federaciones de universidades públicas, como privadas o pertenecientes a la Iglesia Católica rechazan el negocio en que se ha transformado la educación pública en Chile, el hecho de que las familias tengan que endeudarse para que sus hijos puedan estudiar o los mismos estudiantes, hipotecando su futuro laboral.
Los universitarios demandan que la enseñanza sea un “derecho social universal, que sea de calidad e independiente de los grupos de poder “. Además exigen “autonomía, pluralidad, calidad y laicicidad” para las universidades del país.
Francisca Gomez, vocera de la Arcis y estudiante en trabajo social, explica que “el lucro que se está generando con la educación hoy en día es un abuso, por parte de los bancos, por el crédito con aval del Estado, y también por las instituciones que quieren comprar a las universidades, como en el caso de la Universidad Central o lo que pasó con la Universidad de las Américas hace unos años atrás. Recordamos que eso llevó a la quiebra de esta universidad”.
A raíz de esto, requieren el reconocimiento de las universidades privadas con rol público en pos de separarlas de las otras universidades privadas que tienen objetivos ideológicos o de negocios. Según la Confech, “un claro ejemplo de que esto es posible son las universidades privadas que integran el Consejo de los Rectores de las Universidades Chilenas”.
Patricio Indo, presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Diego Portales (Fedep), destaca que nunca antes “había sucedido que las universidades privadas y públicas se juntan y demandan en forma conjunto un solo petitorio”.
El dirigente comenta que tanto el tema del financiamiento de la educación, que implica altas tasas de endeudamiento tanto para estudiantes de universidades públicas como privadas, como la necesaria democratización de los centros de estudio son razones poderosas para esta alianza entre estudiantes de casas estudiantiles, sean privadas o públicas. En el caso del financiamiento, Indo destaca que “se castiga al estudiante de la educación superior privada con el crédito del Estado, crédito con altos intereses”.
EL FINANCIAMIENTO
Una demanda central de los universitarios es aumentar el porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) destinado a la educación en el país, que alcanza un 2,2%.
Sin bien el porcentaje está por sobre el promedio de los países de la OCDE, existe una gran diferencia con otros países cuando se observa la composición de este gasto. Mientras en los países desarrollados sólo el 23,6% del gasto proviene de fuentes privadas, en Chile este porcentaje llega a 84,2%.
Un estudio del economista Marco Kremerman señala que «prácticamente $84 de cada $100 que se gastan en la Educación Superior es financiado por las familias chilenas, lo cual equivale a 25 veces más de lo deben gastar las familias en Dinamarca en proporción al gasto total».
Un tema urgente a resolver es la reestructuración del sistema de becas, ayudas estudiantiles y créditos, ya que hoy en su mayoría las posibilidades de acceso a estudios superiores dependen del endeudamiento con la banca privada.
“La principal demanda es subsidiar el déficit del FSCU (Fondo Solidario de Crédito Universitario) y ampliar su cobertura para todos los estudiantes de las universidades tradicionales, en desmedro del Crédito con Aval del Estado. Igualmente se pretende ampliar la Beca Bicentenario para cubrir el arancel real de las carreras para los dos primeros quintiles”, explicó la Confech en su comunicado.
El comunicado añade el aumento de la cobertura al tercer y cuarto quintil de las Becas de Mantención de la Junaeb, reajustándose año a año y el establecimiento de asignación de becas y ayudas en base a criterios socioeconómicos y académicos y no de excelencia académica.
Por fin, exigen “la entrega inmediata de la TNE (Tarjeta nacional estudiantil) a quienes no se les haya entregado aún, recompensándolos por el retraso mediante una recarga o subsidio”.
Además los estudiantes de las universidades tradicionales piden la creación de un Fondo de Revitalización de la Educación Pública para las universidades del Consejo de Rectores con la meta de responder a la precarización de las universidades públicas y la crisis financiera que enfrentan. También exigen la modificación de los criterios actuales de distribución del AFD (Aporte Fiscal Directo), en pos de aumentar el financiamiento a las universidades tradicionales.
Los estudiantes destacan que sus demandas son realizables y factibles. En la reunión previa definieron demandas para reformar el sistema educativo nacional pero también son demandas concretas, y “sumamente realizables”- según señaló Indo.
DEMOCRATIZACIÓN DE LA EDUCACIÓN
En las demandas también está la democratización en el acceso a la enseñanza superior, lo que pasa por acabar con la PSU (Prueba de Selección Universitaria) como único instrumento de acceso a la Educación Superior y se propone la creación de mecanismos complementarios.
Claro que el punto fuerte de las demandas estudiantiles es la democratización institucional. Según los dirigentes se trata de asegurar “el derecho de participación de estudiantes, funcionarios y académicos y su libre asociación”. En efecto, este derecho no es respetado en todas las universidades, sobre todo en algunas universidades privadas. O cuando la posibilidad de agruparse existe, a menudo los estudiantes están perseguidos por su toma de posiciones.
APOYO DEL COLEGIO DE PROFESORES
El Colegio de los Profesores entregó su apoyo al movimiento estudiantil. Para el presidente del Magisterio, Jaime Gajardo, las demandas de las federaciones estudiantiles son “demandas transversales, que conciernen a sectores mas allá de los estudiantes, cuyas metas y objetivos también comparte el Colegio de Profesores”.
Garjardo agregó que “hay una comunión de ideas para avanzar junto en la materia. Además, existe un tsunami neoliberal privatizador en la educación, que consolida una educación de mercado, y la única forma de frenar y parar esto es con la unidad de todos los sectores que están vinculados a los derechos fundamentales de las personas”.
Entonces la cita es este jueves 28 de abril a las 11.00 en Plaza Italia.
Por Mélissa Quillier
El Ciudadano