La impunidad con que las empresas telefónicas esparcían antenas de la noche a la mañana por las ciudades, provoca fuertes rechazos en la Quinta Región. En los últimos días vecinos de los cerros Esperanza, Delicias y Mariposa de Valparaíso han impedido que se pongan antenas junto a sus domicilios y los de la población Santa Inés de Viña del Mar han protestado por otra torre.
Desde el año pasado que diversos vecinos de Valparaíso se han aglutinado y reaccionan en conjunto ante cada intento de edificación de antenas cercanas a sus hogares. Acostumbrados a ver aparecer antenas que pululan entre gallos y medianoche contiguas a sus viviendas o al colegio de sus hijos, esta vez decidieron pasar a la acción.
Así ocurre en los cerros Esperanza, Delicias, Mariposas y Monjas. En el primero ENTEL pretende instalar 2 antenas de telefonía celular; en tanto que en Monjas Movistar desea edificar igual número de dichas torres.
Si bien en un principio recurrieron a las instancias formales para evitar la colocación de dichas antenas, largas esperas en pasillos municipales e incursiones sorpresivas por parte de las empresas han llevado a los vecinos a recurrir a su propia organización y fuerza para hacer respetar sus territorios.
Si bien aún no hay estudios concluyentes respecto del daño que causan las antenas, científicos han señalado que la contaminación electromagnética provocada por estas antenas podría provocar esclerosis lateral amiotrófica, Alzheimer, dermatitis, enfermedades alérgicas, asma bronquial, aumento de incidencias de abortos, alteraciones neuroconductuales, cardíacas y endocrinas, entre otras patologías.
Como no hay estudios concluyentes lo más indicado es que se adopte el principio precautorio antes de seguir permitiendo que las ciudades se sigan llenando de antenas celulares. Este principio fue reconocido en el protocolo sobre seguridad de la biotecnología, del Convenio sobre la Diversidad y ha sido incorporado en las legislaciones de Suiza, Australia, Alemania, Canadá, Francia, Holanda, Nueva Zelanda, Suecia, Brasil, Colombia y Ecuador, entre otros.
FÁCIL Y BARATO
El proceso para instalar una antena celular junto a su casa es de lo más sencillo. Las empresas primero van a la Subsecretaría de Telecomunicaciones (SUBTEL), donde piden un permiso para “modificar una concesión” que poseen, lo que en palabras simples significa que van a instalar una antena. Dicha institución pública publica en un diario local el aviso de dichas concesiones y entran a correr 10 días para oponerse.
Si es que se llega a enterar de que le chantarán una antena cerca, debe acudir en ese plazo a hacer un reclamo en Santiago y presentar “razones técnicas”. Obviamente que no son ese tipo de razones el que use un marcapasos, haya un jardín infantil cerca o le tapen la vista.
O sea, en la práctica es un forro. Pese al trámite, lo han hecho ciudadanos en 15 oportunidades. Ninguno de sus reclamos ha sido aceptado.
Luego del vamos de la SUBTEL, la empresa telefónica va a la dirección de obras del municipio a dejar un ‘aviso’ de instalación. Aviso, no permiso, porque las antenas están eximidas de contar con un permiso de obras municipales.
“Revisando todos estos trámites hechos en Valparaíso, hemos constatado que la mayoría de los informes de instalación de antenas falsean datos como potencia y permisos”- cuenta Isaac Alterman, de la organización porteña Valparaíso en Acción.
Alterman agrega que “debiera considerarse como obras toda la estructura que soporta la antena, los que no tienen permisos de edificación. O sea, en Valparaíso podemos decir que todas las antenas son irregulares”.
COMPLICIDAD MUNICIPAL
No es extraño ver en patios municipales o colegios antenas celulares. Así ocurre en Peñalolén, en donde adorna la ventana del alcalde Claudio Orrego una antena disfrazada de palmera instalada a escasos metros del consultorio municipal. Y es que el pago que hacen las antenas es un buen ingreso para municipios y particulares. Se estima que puede llegar al millón de pesos mensuales dependiendo del barrio y ubicación.
También las organizaciones ciudadanas porteñas denuncian vicios en los municipios a la hora de solicitarles la información sobre las antenas a instalar en carpeta. Alterman cuenta que más de 30 veces pidieron los avisos de obra de las compañías celulares en la Dirección de Obras de la Municipalidad de Valparaíso, sin poder acceder a los documentos.
También envió 4 cartas a las autoridades solicitando dicha información y acusando la actitud de rechazo de los funcionarios, las que aún no tienen respuesta. La recién estrenada Ley de Transparencia pudo por fin abriles las puertas antes cerradas.
Alterman comenta que el año pasado pudieron acceder a un Aviso de Instalación de la empresa Claro S. A. en Av. Santos Ossa, Valparaíso, y al revisar los antecedentes notaron que había documentación falsa dada por la empresa. Así ocurrió también con Movistar, empresa que presentó un decreto supremo de autorización que no correspondía al aparato que se iba a instalar en el Cerro Mariposa.
Esto nos lleva a concluir que es una verdadera practica habitual y delictiva que están realizando las empresas para poder hacer sus negocios a cuesta de nuestra salud y además de nuestra confianza hacia nuestras autoridades.
Pese a la desidia de las autoridades de muchos municipios, en algunos ya han ordenado el tema. Así ocurre en El Quisco, donde a fines del año pasado se aprobó una ordenanza municipal que regula la instalación de torres o soportes para antenas.
ENTEL ESTÁ AQUÍ
Durante la semana pasada los vecinos del Cerro Esperanza tuvieron que hacer guardia para evitar que trabajadores de la empresa Entel instalaran 2 antenas en el antejardín de una casa de la calle Blurton y en el patio de una ferretería en 21 de Mayo.
En la oportunidad los vecinos fotografiaron a los empleados de ENTEL, quienes incluso en la calle Blurthon habrían intentado sobornar a la junta de vecinos. En tanto que los mismos operarios intentaron hacer lo mismo en la calle 21 Mayo, donde amenazaron a los vecinos que se oponían a la instalación.
Daniel López, presidente de la Junta de Vecinos, contó a El Ciudadano que el sábado 25 de abril los vecinos no dejaron pasar a la camioneta con los operarios que iban a instalar la antena. “Lamentablemente es la única respuesta que tenemos como vecinos. Ellos llegan sin permiso de obras, no informan que van a instalar una antena y nosotros hasta para levantar una reja debemos pedirlo”- señaló López.
“Es momento de que los legisladores aprueben una normativa que duerme en el Congreso que regula este tipo de antenas, ya que los vecinos que queremos proteger nuestra salud estamos obligados a salirnos de la ley para poder hacer valer nuestro derecho”- agregó el dirigente.
También los vecinos de Valparaíso acusan que Movistar incluso ha recurrido a delincuentes para poder instalar una antena en el Cerro Mariposa. Así ocurrió en septiembre del 2008, cuando personas mandatadas por la empresa telefónica a instalar una antena en calle Los Hornos de dicho cerro, agredieron a mujeres que no los dejaban realizar la acción. Otro vecino que salió en defensa de ellas también recibió puñetazos de los empleados de Movistar.
En febrero pasado vecinos de la población Santa Inés de Viña del Mar, también protestaron por la instalación de una antena de celulares en el Granadilla Country Club de dicha ciudad distante a metros de sus casas y de un colegio frecuentado por niños autistas. En la oportunidad los vecinos botaron un muro del recinto y fueron dispersados por carabineros.
El Ciudadano
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