Víctor Ancalaf, dirigente mapuche: “El gobierno no quiere dar soluciones políticas al tema indígena”

“Soy dirigente mapuche de Collipulli”, esa es su sencilla presentación


Autor: Mauricio San Cristóbal M.

“Soy dirigente mapuche de Collipulli”, esa es su sencilla presentación. Tras su pelo ondulado y su barba, que él dice le hace parecer como uno de los integrantes de Illapu, y su morral de telar que cierra con un alfiler de gancho, está este hombre mapuche que a pesar de haber sido juzgado, condenado; pasar cuatro años y medio en la cárcel, tiene un espíritu transparente y una alegría de vivir que desborda, que contagia.
Recuerda con tristeza la experiencia del encarcelamiento, que significó un quiebre humano demasiado grande para él. Todavía está ese 31de diciembre donde le comunican su sentencia, era en la tarde, estaba sentado y ve como el sol se esconde en el horizonte. Intuía que la larga noche se le venía encima.
En algún momento de esta entrevista le pregunto si pasó la larga noche del encarcelamiento y si volvió a salir el sol en su vida. Me responde: “Obviamente, después de cada noche sale el sol y salen las gaviotas a volar y es que cuando el sol nace, nace para todos”. Este dirigente mapuche es Víctor Ancalaf Lleupe.
Conversamos de su visión respecto a la coyuntura política actual, del sentido de la lucha del pueblo mapuche y de otros asuntos, eso sí, luego de compartir un churrasco con jugo en un restaurant de Plaza Italia, mientras una mujer rubia fuma. Pasada el hambre uno conversa mucho mejor, a pesar de que a la rubia le moleste que comamos y ahora conversemos mientras ella fuma. Para la otra nos sentaremos en la sección no fumadores.

— ¿Cómo ves la situación actual del país?
—La situación política actual es una situación muy complicada, ya que hay una crisis a nivel de país; porque las políticas de desarrollo, económicas y sociales están colapsadas. Hay un tremendo vacío y existe una gran inconsecuencia, ya que vemos que aquello que se escribe con la mano, se borra con el codo. En ese sentido nuestra situación en el plano político no se ven con alturas de miras y un verdadero desarrollo a nuestro país.
—En este contexto ¿Cómo está el pueblo mapuche?
—En chile no existe una voluntad política de manera global sino que desde un punto de vista asistencial, ni siquiera cumpliendo con las expectativas sociales. Son políticas de parche que no surten efectos a corto ni a mediano plazo. En ese sentido, creo que hay mucho por hacer y por crear, ya que en nuestras comunidades el tema es preocupante. Hoy en día se ocupan muchos recursos en otras áreas como las armas y la seguridad, y no se está invirtiendo en nuestro territorio para realmente generar cambios e impactos concretos y verdaderos para nuestro pueblo. Por ejemplo, en el caso de la CONADI, los presupuestos anuales no cumplen el rol que se espera por parte de las comunidades a sus demandas; ya que 8 mil millones de pesos es una cantidad extremadamente pequeña para cumplir con sus demandas y establecer soluciones concretas a las comunidades que demandan en el caso de las tierras, la educación y el desarrollo. Esa voluntad tiene que ver con que los políticos cumplan su rol para el cual fueron elegidos. Por otro lado pensamos que todas estas políticas y programas insertos en nuestras comunidades no surten el impacto esperado, pues no se esta apuntando al tema central que preocupa a la gran mayoría indígena, es decir dar solución concreta al problema Tierra.
—O sea por un lado van las políticas sociales, el programa Orígenes, Araucanía Viva, la discriminación positiva y por un carril totalmente distinto las demandas de las comunidades. No hay una congruencia entre el discurso y la práctica
—Lo que me acabas de mencionar, los programas Puente, Orígenes y el tema de la cultura es una cuestión muy folklórica y un saludo a la bandera. Donde estos programas tienden a folklorizar y no ha abordarlo en su conjunto y en su integralidad. El gobierno puede decir ‘estamos invirtiendo en el tema de la educación’, porque se están entregando más becas a estos jóvenes, pero resulta que estas becas significan una pequeña cantidad de recursos y con éste a los niños no le alcanza para su estudio. Por ejemplo, un niño de enseñanza básica está recibiendo cerca de 80 mil pesos al año, un estudiante secundario 180 mil pesos y un estudiante universitario recibiendo 400 mil pesos. Estamos hablando de estudiantes indígenas, todos sabemos que es imposible que se solucione el tema de fondo a estos jóvenes. Concretamente el gobierno no está invirtiendo en el tema educación, esto no es inversión sino que una cuestión asistencial y de contención. Quisiéramos que existieran soluciones más concretas, mejorar o cambiar la LOCE. Aquí la única diferencia que debiera existir entre los jóvenes mapuche y no mapuche es la capacidad intelectual de estas personas. Se les debe dar solución a los jóvenes, ya que ellos son el futuro, el mañana. Si en el día de hoy este Estado no se está preocupando de generar buenos profesionales y de mejorar una sociedad en el ámbito social, lamentablemente no es mucho lo que nos espera a nosotros.

— ¿Por qué crees que este llamado “Nuevo Trato”, no resultó un “buen trato”?
—Creo que el gobierno no ha querido dar soluciones políticas al tema indígena y creo que estamos chocando con esa piedra. Hay una política dirigida hacia un tema netamente mercantil. Los gobiernos de la Concertación se han dedicado a administrar la continuidad de la dictadura militar heredada de Augusto Pinochet. Es decir, seguir con la política mercantilista neoliberal en donde estos gobiernos han servido de meros administradores de la inversión privada. Aquí el gobierno está sirviendo de administrador con toda la infraestructura represiva policial, pero por otro lado, todo el aparato jurídico al servicio de todas estas empresas transnacionales en la cual el gobierno es parte de este show también.

“ES UN SISTEMA NEFASTO E INHUMANO”

—¿Cuál es tu opinión respecto a este modelo de desarrollo desde el marco de la cosmovisión mapuche?
—Bajo ningún punto de vista hay una política de desarrollo sustentable. Pensamos que es un sistema nefasto e inhumano. Es un sistema impuesto, no es un sistema económico elegido por el pueblo, sino que es un sistema autoritario y dictatorial, que tarde o temprano va a colapsar, ya que se están pasando a llevar los derechos humanos, el derecho a la vida, el medio ambiente, los recursos naturales y el ecosistema. Porque todas esta políticas de desarrollo en nuestro país provocan grandes desastres ambientales, económicos, políticos y sociales. Creemos que es un sistema que no nos favorece a nosotros, la clase pobre que somos cerca del 80 % de la población, donde estamos incorporados nosotros los mapuche, están los campesinos pobres, los mineros, los portuarios, los pesqueros, los empleados públicos y particulares que se ven seriamente afectados con este modelo que para nada a nosotros nos beneficia. Se nos ha quitado la oportunidad de organizarnos a través de los sindicatos y de los derechos que nos conciernen como trabajadores, en los seguros laborales y donde los sueldos son demasiado bajos. Chile esta evaluado dentro de los 10 primeros países con una desigualdad dado el coeficiente de Gini en Latinoamérica. Por otro lado, Chile invierte poco en la protección de los recursos naturales y medio ambiente, puesto que está invirtiendo el 0,1 por ciento del PIB. De ahí que nosotros cuestionamos fuertemente esta situación, ya que están en grave peligro los recursos marinos, naturales, de la flora y fauna nativa de nuestro país. Es deber del gobierno y del Estado protegerlas todas estas especies que son nativas y que por el contrario el interés que tiene el Estado y el gobierno es mercantil que está más interesado en las cifras si suben o bajan en términos económicos y no atiende las demandas de la ciudadanía del pueblo de Chile.

— ¿Cómo se notan los efectos de este modelo en una comunidad mapuche?
—Se nota con todo el desequilibrio medioambiental, con todo el calor y la sequía de los meses de verano y que se extiende hasta abril. En donde no llueve y cuando llueve, es en épocas que no corresponde: si está lloviendo más en primavera que en invierno, justo cuando los frutos de la naturaleza están germinando y creciendo, desatándose una cantidad de plagas de hongos de pulgones. Se produce un desequilibrio donde las siembras de trigo, avena, cebada, lupino, chícharos y garbanzos que en su debido tiempo no dan los resultados esperados y que son las tradicionales desarrolladas por nuestro pueblo. Vemos que el agua de las napas subterránea se están secando porque no llueve…

— ¿Esto tiene relación con las plantaciones de las forestales?
—También por las plantaciones exóticas de pino y eucaliptos, pero además porque el gobierno no está preocupado respecto a si llueve o no llueve, ya que se está alterando nuestro ecosistema y nuestra calidad de vida. A nosotros los campesinos y la comunidad mapuche nos afecta, ya que cosechábamos una cierta cantidad de granos, hoy no los cosecha, ya que las cosechas son muy malas y el producto es de mala de calidad. Esto afecta nuestra vida y alimentación, vemos cómo año a año desaparecen todas las especies nativas, desde el punto de vista de la medicina y los lawenes. Están desapareciendo callampas, los changles, los gargales, muchos roedores se han ido y se han muerto, producto del excesivo control que han instalado estas empresas forestales; donde se ve muy poco conejo, liebre, chinchilla. Los zorritos, ya no están porque ha sido alterado su hábitat natural y eso es preocupante que este país no tenga la sensibilidad humana de captar estas cosas. No hay que olvidar que Chile es uno de los países más ricos de Latinoamérica en términos de diversidad de climas y microclimas. Lo que es muy favorable para la producción. Aquí lo que ha pasado es que existe una mala administración de nuestro medio ambiente.

—¿Qué visión puede plantear el pueblo mapuche en esa línea?
La visión que nosotros estamos aportando concretamente es que no sólo estamos luchando por la tierra, sino que también por la vida natural y el medioambiente. Si nosotros sólo peleáramos por la tierra y no nos preocupáramos de las especies y animales nativos que viven alrededor, nos iríamos a vivir al desierto de Atacama, porque ahí sólo tendríamos tierra, pero no tendríamos ninguna de estas diversidades que existen dentro de nuestro territorio. Es por eso que nosotros estamos luchando en la Octava Región en la zona del Alto Bío- Bío y del lago Lleu-Lleu; en la Novena Región en la provincia de Cautín y Malleco, para que las empresas forestales se vayan de nuestros territorios; estamos luchando en las zonas de Panguipulli y Coñaripe en la Región de los Ríos, porque se está alterando el hábitat natural. Por ejemplo, la contaminación de los lagos y de los ríos, pero también con la alteración de los bosques nativos con la construcción de las centrales hidroeléctricas. Estamos luchando también por eso y de ahí que pensamos que el tema indígena no es tan sólo un tema puntualmente de los mapuche sino que les incube a todos los chilenos. A todos esos militantes de los partidos de oposición y de la derecha que hablan mucho del patriotismo y de la patria, bueno esto también es patria, es patrimonio nacional de todos nosotros los chilenos y eso estamos defendiendo nosotros. Nosotros estamos luchando por la tierra y por todo lo que nos rodea, eso deben entender la oposición.
— ¿Dentro de este contexto, qué te parece lo que hizo CELCO en Mehuín, de pagar y comprar voluntades para la instalación del ducto de su fábrica de celulosa?
—A mi me parece una situación nefasta. Pienso que todos estos temas relevantes no pasan por el tema de la cuestión plata. Es como mantener limpia nuestra casa, nuestro país. Pasa por cómo preservamos esto tan preciado que otros países no tienen. Esto debiera ser preocupación del gobierno y los que son parte de la oposición, porque este es un tema que tiene que ver con nuestra nación y con aquellos que les gusta hablar tanto de patria, aquellos que critican de antipatriotas aquellos que plantean mar para Bolivia, entonces creo que ellos son los vendedores de patria porque no están protegiendo nuestro patrimonio nacional. Concretamente la derecha y los gobiernos de la Concertación son vende patria colocando todos los intereses políticos para entregar estabilidad económica, social y cultural a nuestro país.


— ¿Y que te parece que existan amenazas de muerte a dirigentes que se oponen al ducto de CELCO en Mehuín?

—Esas son presiones psicológicas y amenazas para que la gente no luche más y para que nuevamente persevere el interés económico y no la dignidad y las cosas que son valoradles desde el punto de vista humano.


MEDIOS DE COMUNICACIÓN TRADICIONALES

— ¿Qué te parece el movimiento social? ¿Crees que la gente esta tomando conciencia?
—Es hora de que el pueblo de Chile, la sociedad oprimida, reclame sus derechos. Me parecen interesantes todos estos movimientos sociales de los pesqueros, de los mineros, de los profesores. Es importante ver a los jóvenes y los estudiantes como son capaces de crear conciencia y de la gran lección que no están dando también a nosotros la gente más adulta. Los jóvenes están interesados en que todos estos temas sean tomados en cuenta. Es importante escuchar a los jóvenes qué es lo que quieren, cuáles son sus vivencias y cuales son sus sueños y proyecciones.


— ¿Qué te parece la función que cumplen los medios tradicionales en la sustentación de este modelo? ¿Existe respeto a la pluralidad de opiniones?

—A mí me parece que no. Lo he vivido en carne propia. He visto cómo los grandes medios de comunicación son controlados por los poderes fácticos y económicos cuando quieren hacer pebre a una persona, lo criminalizan y le hacen la ficha -como dicen en la cárcel- para que lo ajusticien. Y eso fue lo que paso conmigo, cuando yo aparecía en las grandes portadas del El Mercurio y La Tercera y colocaban epítetos que no corresponden a mi persona. Yo nunca he tenido un a metralleta o una granada en mis manos, nunca he salido al extranjero a prepararme para la cuestión de la guerrilla. Todas estas situaciones me parecen graves, lamentablemente todos estos medios de comunicación de propiedad de estos grandes poderes económicos son utilizados para criminalizar todas estas luchas. Actualmente hay una intención orquestada por todos estos medios y por parte del gobierno de criminalizar todas estas luchas. De hecho todos aquellos que se levantan por sus luchas son reprimidos por la prensa y por parte del Estado, se ajusticia a las personas y se coarta de desarrollar un trabajo político y social que permita denunciar las situaciones injustas. Hoy se habla mucho del tema indígena y aparecemos cuando nos colocan como parte del lado oscuro y como los malos de la película. No aparecen las cosas buenas que nosotros hacemos, creo que estos medios son como armas de doble filo. Dan tribuna, espacios que no tienen nada que ver con lo político y la cultura, como por ejemplo el programa Buenos Días a Todos donde el Sr. Camiroaga habla cada estupidez y cada tontera. Aparecen en la televisión personajes de farándula que no son ningún aporte cultural como el caso de Kenita Larraín o Kike Morandé, de la Cecilia Bolocco o el chino Ríos. Entonces me parece que la cosa no va por ahí. Debieran invitarse a los jóvenes a debates políticos donde ellos tengan voz y participación y con gente que en realidad haga aportes en lo cultural y en lo político. Que se expongan otras perspectivas y visiones desde el país. A nosotros nunca se nos ha invitado a exponer nuestra visión de país de manera seria. Recuerdo en alguna ocasión invitaron a Galvarino Raimán y le dijeron: Sr. Raimán, en un minuto cuál es la situación de su pueblo. En un minuto es muy difícil, a diferencia de que todos estos personajes de farándula tienen todo el tiempo del mundo para hablar leseras.

— ¿En este contexto que te parece el caso de Elena Varela?
—Creo que es un caso muy emblemático, desde el punto de vista de la mujer y la cultura. Llama mucho la atención como los organismos del Estado se confabulan con la Policía y con los tribunales de Justicia para criminalizar, encarcelar y apagar todos estos procesos que desde un punto de vista cultural ser amplios y dejar libre a todos estos profesionales en términos de su libertad de expresión y de su trabajo. Yo creo que aquí hay una intención por parte del gobierno de continuar con la dictadura militar de los años 70 y 80 para resguardar sus intereses económicos, creo que no existe otra explicación.

—¿Qué opinas que se esté acosando a personas que dieron su testimonio a Elena Varela como el caso del allanamiento por parte de efectivos policiales de la comunidad José Guiñón el pasado 21 de junio y en el cual resultaron baleados y con fracturas dos jóvenes mapuche?
—Es como las mismas prácticas que se desarrollaron en dictadura, son los mismos métodos que existieron y son los mismos organismos que siguen funcionando disfrazados de democracia como la DINA y la CNI, los famosos Plan Cóndor. Se sigue confabulando contra estos movimientos sociales no tan sólo con el tema de los mapuche, sino con los trabajadores, de los jóvenes estudiantes. Cómo se explica en una época en que hay democracia y que exista desarrollo y auge, se reprima con tanta alevosía a los jóvenes estudiantes, porque no se les llama a conversar y se les dan soluciones concretas. Eso es lo que sucede con el caso de Elena, es un caso muy emblemático, porque lamentablemente como ha dicho ella le ha tocado sufrir en carne propia la represión de lo que nosotros como mapuche hemos tenido que estar encarcelado, de estar tras las rejas.

— ¿Cómo te sientes ahora, luego de salir de la cárcel?
—El estar encarcelado me dio un tiempo para pensar, replantearme, para madurar las ideas, decantar ciertas emociones, controlar los impulsos, y darse cuenta que al monstruo que enfrentamos es tremendo y poderoso, con toda una infraestructura policial y judicial. Que posee todos los profesionales a su mano y con todos sus recursos para reprimir a estos movimientos sociales de este país. Yo siento que me encuentro más tranquilo, más maduro y sé cuales son mis prioridades como dirigente mapuche y como jefe de familia. Siento que tengo una gran responsabilidad con mi pueblo apoyando nuestras causas que llevan adelante las comunidades. Pero también en preparar a nuestros hijos para que tengan conciencia y darles preparación política para que los jóvenes tengan instrumentos legales y sepan defenderse de todas las artimañas y patrañas que utilizan estos gobiernos para criminalizar esta lucha.

— ¿Quieres enviar un mensaje para los lectores de El Ciudadano?
—El mensaje que le entregaría a la sociedad y a los chilenos, y en especial al pueblo oprimido es este: tienen que pensar que las cárceles de Chile están llenas de presos y llena de injusticia y maldad. Es una cuestión inhumana que este sistema ha permitido que cada vez más jóvenes estén detenidos, siento que hay muchos presos políticos detenidos en las cárceles de Chile y quiero enviarles un saludo a ellos también, que están encarcelados y oprimidos, pero también un saludo a todos los chilenos y decirle que el tema indígena no es un problema sólo de los mapuche, sino que una problemática de todos los chilenos donde nuestra causa es una causa en común, que el enemigo es uno sólo y que tiene nombre y apellido, que nosotros estamos luchando contra toda esta política mercantilista y neoliberal, inhumana, egoísta que no permite el desarrollo adecuado de nuestro país. En este sentido, todos los chilenos deben esforzarse porque exista un Chile más justo, más digno, con más igualdad de condiciones. Debemos luchar por aquellas cosas que realmente importen, donde los medios de comunicación tienen mucho que aportar dando tribuna abierta a los problemas reales de nuestro país y parar la chacota con la farándula que no aportan nada en términos culturales. Vaya también un saludo a nuestras comunidades y a nuestro pueblo que lucha.

Por Mauricio Durán Espinoza


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