Hasta el Ministerio de Vivienda llegaron hoy los pobladores de la Villa Olímpica afectados por la fuerza del terremoto que dejó más de 20 edificios con daños estructurales y siete inhabitables. Participantes de la “Asamblea de vecinos para la Reconstrucción” del lugar, se reunieron con el objetivo de dejar un petitorio en manos de Magdalena Matte, ministra de Vivienda y Urbanismo.
La solicitud principal que la asamblea exige es un “nuevo subsidio para la clase media vulnerable, que dé cuenta de los problemas de la Villa Olímpica”, explica Jaime Díaz Lavanchy, documentalista y presidente de la agrupación. De esta manera, los pobladores pidieron explícitamente al Servicio del Sector Vivienda (Serviu) ajustar las condiciones para acceder a los subsidios habitacionales, como por ejemplo, que no se considere el puntaje de la Ficha de Protección Social y se privilegien a las personas con necesidades más urgentes.
“No entendemos cómo es posible que, después de 9 meses, el Ministerio de Vivienda continúe con el mismo sistema de postulación a subsidio del año pasado, y que no haya sido capaz de generar un sistema de emergencia para el terremoto, con el fin de atender con agilidad y sentido de urgencia a los damnificados del 27 de febrero”, dijo Díaz.
Actualmente, un importante grupo de personas reside en los llamados “edificios rojos”, viviendas que han sido catalogadas como “inhabitables” por parte de los especialistas. La señora Eliana Torres, de 88 años, no ha querido moverse de su departamento porque teme que sus pertenencias sean saqueadas.
“A estas alturas de mi vida, ¿con qué compro las cosas que tengo?”, dice Eliana, explicando que esa es la razón por la cual “debe” quedarse allí. A su edad, vive sola en una edificación inestable y, aunque asegura que no le teme a los temblores, dice que lo que le “ha hecho un daño enorme, son las lluvias, porque la loza se trizó y con cada lluvia se inunda todo mi departamento”, cuenta.
Por su parte, Tusy Urra (37 años), es dirigente y una habitante más de las 280 viviendas que quedaron damnificadas. A pesar de que vive en los “edificios morados” –los cuales sí pueden ser habitados, pero que poseen daños estructurales y constructivos graves– su hogar se encuentra atravesado por más de diez alzaprimas, fierros de grueso calibre que sostienen la estructura de la edificación para que ésta no se venga abajo.
Así, opina que “todos los edificios deberían ser catalogados como inhabitables”, porque “todos se han llovido y estamos viendo cómo solucionarlo”, cuenta. Las condiciones en las que se encuentran los edificios morados son precarias. No poseen techumbre y, ya sea por calor o lluvia, habitarlos es un peligro.
Con todos estos antecedentes, la Asamblea de Vecinos de la Villa Olímpica ha preparado diversas manifestaciones para que sus demandas sean escuchadas, pero ninguna ha llegado a resultados efectivos. Actualmente, la asamblea no confía en la Municipalidad de Ñuñoa, y no sienten que “el alcalde Pedro Sabat sea parte del proceso de reconstrucción”, dice Jaime Díaz, quien llegó a ser agredido por la autoridad comunal meses atrás. De este modo, hoy entregaron el petitorio en el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, esperando, una vez más, que lleguen prontas soluciones a sus problemas.
Por Mijaíla Brkovic Leighton
El Ciudadano