Cerca de 8.200 delitos registran las autoridades francesas en lo que va de este 2018, en una nueva modalidad de robo que mantiene en pánico a los conductores: el robo de combustible.
El aumento de los precios ha transformado el diesel, el combustible francés, en un artículo de lujo, hecho que ha aumentado el apetito de los amigos de lo ajeno, desde el individuo simple hasta las pandillas organizadas, señaló un reporte del diario francés Le Parisien.
Durante los primeros ocho meses del año, se registraron 1.916 robos de combustible en áreas urbanas, incluidos 24 en tanques de camiones en la región de París, y 6.268 en los sectores rurales, según el servicio de estadística del Ministerio del Interior, precisó el diario galo.
El fenómeno es obvio en las principales áreas de descanso de autopistas, en horas de la noche, cuando la vía se vuelve más vulnerable. «Cuando los conductores ven rastros de combustible diesel en el suelo y tanques de combustible rotos», ya saben lo que ha pasado, señaló un policía.
El procedimiento es simple y muy rápido. Un camión se estaciona cerca, conecta un sistema de bomba al vehículo de al lado y roba entre 300 a 500 litros de combustible.
«No toma más de 2 a 3 minutos», dijo el capitán Frédéric Lest, comandante del Escuadrón de Seguridad Vial Departamental Côte-d’Or. Por lo tanto, sus gendarmes multiplican patrullas, en vehículos serigrafiados o usando ropa de civil en las áreas más expuestas.
También llevan a cabo un trabajo de sensibilización con el personal de las estaciones de servicio y los agentes de esta red, para evitar que ese tipo de hechos se sigan cometiendo.
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