Horrores Humanos: Alexander Pichushkin, el maníaco del martillo

“Salvaron la vida de muchas personas al atraparme, nunca me hubiera detenido, nunca”, declaró Alexander Pichushkin al ser finalmente detenido por la policía

Horrores Humanos: Alexander Pichushkin, el maníaco del martillo

Autor: Ángela Barraza

Alexander Pichushkin

“Salvaron la vida de muchas personas al atraparme, nunca me hubiera detenido, nunca”, declaró Alexander Pichushkin al ser finalmente detenido por la policía. Más de una década de horribles asesinatos lo convirtieron en uno de los hombres más aterradores de Rusia.

Alexander Pichushkin nació el 9 de abril de 1974 en Mytishchi, cerca de Moscú, en Rusia. Se sabe muy poco de su vida familiar. Su padre abandonó a su familia cuando él todavía era un bebé y fue criado por Natalya su madre. Cuando Pichushkin tenía solo 4 años de edad se cayó de un columpio y sufrió una herida en la cabeza, tras el golpe ingresó a un instituto para niños con discapacidades. Presuntamente es por esto que Alexander no congeniaba con los niños de su barrio, razón por la que pasaba gran parte de tiempo solo y callado.

Durante su niñez Alexander solía pelear con niños mayores que él, sin importar la razón o motivo Pichushkin buscaba la pelea y con frecuencia ganaba.

Alexander tenía una buena relación con su abuelo, cuando el anciano murió el joven entró en una gran depresión. Para intentar compensar su madre le regaló un perro, que Alexander paseaba con frecuencia en el parque Bittsevsky al sur de la ciudad.

En su adolescencia y adultez las personas que conocían a este joven bien vestido y arreglado, lo describen como un vecino amigable y sensible. Una persona que se preocupaba mucho por los animales, pero con pocos amigos.

En 1991, la vida pareció mejorar en la adolescencia de Pichushkin cuando se enamoró de Olga Maksheeva, una adolescente de 17 años que vivía en su vecindario. Al cabo de unas citas ella perdió el interés en Alexander y dejó de verlo. Poco tiempo después ella empezó a salir con otro joven llamado Sergei Kozyrev lo cual molestó a Pichushkin.


Los primeros crímenes

En 1992 Pichushkin cometió su primer homicidio cuando lanzó por una ventana a un compañero de clase, sin embargo, por la atención al juicio de Andrei Chikatilo, “El Carnicero de Rostov” -el asesino serial más famoso de la ex Unión Soviética-, la muerte de joven compañero de Pichushkin pasó desapercibida y fue declarada como un suicidio. Años después en su confesión Alexander dijo:

“Fue como el primer amor, inolvidable”.

En la primavera de ese año el cadáver de Sergei Kozyrev fue encontrado en su departamento y Alexander fue interrogado como sospechoso, pero al no tener evidencias contundentes fue dejado en libertad. Recientemente el caso sobre Kozyrev está siendo investigado de nuevo.

Extrañamente las tendencias homicidas de Alexander se detuvieron hasta el año 2000, periodo en el que comenzó con una serie de asesinatos que aterrorizaron a la población moscovita.

El Parque Bittsevsky, escenario del horror


Es uno de los parques naturales más grandes de Moscú, Rusia. El parque está ubicado en el sur de Moscú y es atravesado por el rio Bittsa, también es el hogar de muchas especies de plantas y animales. Su densa población de árboles lo convirtió en el lugar ideal para cometer crímenes atroces. En los primeros años del siglo XXI empezaron a desaparecer los vagabundos y los ancianos que frecuentaban el parque.

Alexander se acercaba a sus víctimas fingiendo estar de luto por la muerte de su perro, posteriormente los invitaba a beber vodka en la tumba de su mascota. Así Pichushkin engañaba a sus víctimas con promesas de licor gratis si eran hombres y a las mujeres les mentía para salir en una cita. Cuando la persona estaba intoxicada, Pichushkin los atacaba por la espalda golpeándolos repetidamente con un objeto contundente como un martillo, una tubería o la botella de vodka.

El asesino escondía los cuerpos en las fosas de alcantarillado, muchas de las víctimas que sobrevivían a los golpes morían ahogados. Sus víctimas eran encontradas con una botella de vodka rota incrustada en su cráneo. En la medida que Alexander continuaba asesinando, sus ataques se volvían cada vez más salvajes y no ocultaba bien los cuerpos, los abandonaba en un lugar donde eran fáciles de encontrar.

En el año 2002, el cadáver de Olga Maksheeva -su primer amor- fue hallado en una fuente del parque Bittsevsky.

El patrón de las personas desaparecidas y la brutalidad de sus asesinatos confirmaron para el 2003 que un asesino en serie acechaba el parque Bittsevsky. Pronto la prensa lo llamó como el “Maníaco de Bittsevsky” y “La bestia de Bittsa”.

Alexander continúo sus asesinatos durante cinco años en el mismo parque en el que paseaba a su perro cuando era niño, en febrero de 2007 volvió a matar para demostrarle a la policía que seguía libre.

La captura

Meses después Pichushkin invitó a caminar por el parque Bittsevsky a Marina Moskaleva, una compañera de trabajo en el centro comercial donde Pichushkin trabajaba acomodando productos en las repisas. Antes de salir, Marina dejó una nota a su hijo, diciendo con quien iba a estar. El cadáver de la señorita Moskaleva fue encontrado en las afueras del parque el 14 de junio de 2007.

El 16 de junio la policía con la ayuda de la nota, encontró a Pichushkin en su casa con el martillo en la mano, también un macabro tablero de ajedrez. Alexander se entregó sin ofrecer resistencia, pronto confesó todos sus asesinatos dando un fin al terror en el parque Bittsevsky. Sin embargo el horror apenas empezaba, al confiscar evidencias en la casa de Pichushkin se encontraron con un tablero de ajedrez con 61 monedas pegadas y un número en cada espacio. Durante el interrogatorio Alexander declaró que su misión era llenar los espacios del tablero de ajedrez con sus víctimas.

Pichushkin tuvo que ser protegido en el juicio con un cristal de seguridad debido al riesgo de ser atacado por los familiares de sus víctimas.

Una vez bajo custodia, Alexander se declaró culpable de cometer 61 asesinatos, sin embargo la policía sólo le reconoce 49 muertes confirmadas hasta la fecha. Pichushkin se quejó debido a que considera injusto para el resto de sus víctimas.

Cuando la prensa lo cuestionó con la pregunta: “¿por qué?”, su respuesta fue escalofriante y perturbadora, también aseguró sentir orgasmos mientras veía como su víctima agonizaba. Estas son algunas de sus declaraciones:

“Una vida sin homicidios para mí es como una vida sin alimentos para ustedes.”

“Sólo mataba a personas que se quejaban de su vida, me sentía como un padre de todas estas personas, porque era yo el que les abría la puerta a otro mundo.”

“Me gusta el sonido de un cráneo partiéndose.”

Durante el interrogatorio, Pichushkin dijo haber matado a 11 personas en el 2001, con orgullo de sí mismo dijo que estranguló seis en un solo mes. También reveló que en febrero de 2007 mató a una de sus últimas víctimas para demostrar a la policía que “La bestia de Bittsa” seguía libre.

Finalmente confesó su admiración por Andrei Chikatilo, diciendo a las cámaras que él debía ser nombrado como el asesino Nº1 de Rusia por haber superado el número de víctimas del “Carnicero de Rostov”.

La condena

El miércoles 24 de octubre de 2007 el juicio del “Maníaco del martillo” llegó a su fin tras escuchar los testimonios de las víctimas y las palabrerías de Pichushkin, añadiendo las evidencias policíacas.

El juez Vladimir Usov, leyó el veredicto por una hora antes de sentenciar a Alexander Pichushkin a cadena perpetua por sus crímenes, fue condenado a pasar en confinamiento solitario por los primeros 15 años de prisión.

El final del asesino dejó a muchas personas poco satisfechas, debido a que la pena de muerte se ha suspendido en Rusia desde 1996. Actualmente Pichushkin cumple con la cadena perpetua, mientras el pueblo ruso espera que la ley se modifique para poder solicitar la pena de muerte.

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