Algunos de los testigos que estarán en el juicio contra el exsecretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, son El Rey Zambada y Sergio Villarreal, cuya participación en los procesos contra Alfredo Beltrán Leyva y de Joaquín «El Chapo» Guzmán intentó ser anulada por Eduardo Balarezo, quien es defensor de ambos.
Balarezo argumentó que en Estados Unidos cualquiera puede delatar a alguien y minimizó la credibilidad en la palabra de los narcotraficantes, según declaraciones que hizo al Grupo Milenio.
“Los estándares en Estados Unidos para acusar a alguien son muy bajos. (. . .) Si un testigo señala a cualquier persona, los fiscales investigarán y si resulta que otros testigos hablan de esa misma persona, pues eso les permitirá iniciar un proceso”, dijo el abogado.
El litigante considera lo anterior como “una zona muy corrupta” del sistema criminal de los Estados Unidos donde “cualquiera se puede sentar a delatar a alguien” cuestionando el valor dado en ocasiones al testimonio, sobre todo el de un criminal que busca beneficios.
Preocupados por esta clase de “declaraciones no juradas” a la causa de Beltrán Leyva se unieron el Instituto Cato, la Asociación Nacional de Abogados Penalistas, el Instituto Rutherford entre otros, que consideraron injusto el proceso en su contra. El 1 en octubre del 2019 ingresaron a la Corte Suprema de los Estados Unidos un “Escrito de Debido proceso”, donde toman como pretexto el caso de este mexicano para quejarse de cierta clase de procedimiento utilizados por fiscales y agencias de seguridad.
¿Debería el Tribunal resolver el conflicto sobre el estándar apropiado para mejorar las sentencias sobre la base de las declaraciones no juradas y extrajudiciales de testigos cooperantes?”, se preguntan miembros de la Asociación Nacional de Abogados de Defensa Criminal (NACDL, por sus siglas en inglés) que manifestaron tener “un interés directo en el resultado de esta apelación porque quieren ver los cambios estructurales y de procedimiento necesarios para compensar y prevenir errores tales como identificación errónea de testigos, confesiones falsas, incentivos a testigos poco fiables, rumores y pruebas forenses no probadas”.
El 15 de octubre del 2019, y a dos semanas de haber sido ingresada, la petición de los abogados también fue rechazada.
Ante la cercanía del juicio de Genaro García Luna, cuyo primer testigo será llamado una vez que finalice los alegatos de apertura programados para este lunes 23 de enero, a través de un documentos ingresado en la corte la noche del jueves 19 donde el juez Brian Cogan delinea algunas reglas que aplicará durante las audiencias, se comprobó que entre los cooperantes del gobierno se hallan El Rey y El Grande, además del exfiscal de Nayarit Edgar Veytia quien, desde que fue sentenciado en septiembre del 2019 en la misma corte de Brooklyn, ha clamado por obtener favores de la justicia norteamericana.
En su aparición como testigo de arranque en el juicio en contra de Joaquín Guzmán Loera, El Rey Zambada se extendió en detallar muchas de las narco-operaciones de El Chapo. Pero fue durante el contra interrogatorio por parte de la defensa cuando aceptó haber dado sobornos a Genaro García Luna y Gabriel Regino, Subsecretario de Seguridad Pública del Distrito Federal (2000-2006).
Dijo además que por encargo del Chapo Guzmán entregó 100 mil dólares de regalo al general Gilberto Toledano Sánchez y también apuntó que el comandante de la SIEDO Roberto Velasco, quien estaba en la nómina de los Zambada, dobleteaba para los Beltrán Leyva.
La acusación de que sobornó a García Luna le fue sacada con mucho trabajo a Zambada por el defensor de El Chapo William Purpura luego de que la fiscalía objetó la pregunta. Como el juez Brian Cogan ordenó al testigo responder, pasaron 20 largos segundos de un silencio que provocó un chascarrillo de la traductora: “quizás le comieron la lengua los ratones”, que motivó a Zambada a declarar que entregó primero 3 y luego 5 millones de dólares al exsecretario de Seguridad Pública.
Cuatro años después de nueva cuenta el hermano de El Mayo Zambada deberá enfrentar la misma pregunta que, irónicamente, ahora le plantearán los que en el 2018 lo quisieron censurar.
Con información de Milenio
Foto: Archivo El Ciudadano
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