La OTAN, cuyo objetivo era hacer frente a la URSS, debería haberse quedado en la «papelera de la historia» debido a la ausencia de enemigo cuando este desapareció, sostiene la revista francés ‘Le Point‘.
Sin embargo, los generales y burócratas de la OTAN, que prosperan en razón de sus enemigos, mantuvieron dicha institución, que «se estableció eternamente en el panorama estratégico», para lo que necesita nuevos enemigos. La OTAN sobrevivió gracias a dos métodos: captar a nuevos miembros y expandirse geográficamente para que todo el planeta este potencialmente a su alcance.
Ahora la bandera de la OTAN se ondea no solo en Varsovia, Praga, Sofía y Bucarest, sino también en Tallin, Riga y Vilnius. Pero por lo que ya no pasó Rusia es por la intención de la OTAN de extenderse hacia Ucrania y Georgia. «Fue una línea roja para Moscú», afirma el diario. Sin embargo, los líderes de la OTAN, ansiosos por sobrevivir, «agitan un trapo rojo» y «multiplican las declaraciones incendiarias», reza la publicación. «Le harían un gran servicio a la paz guardando silencio», concluye.