Daniel Scioli subió al estrado con la mira puesta en mostrar que Cambiemos, detrás del marketing de la alegría, “es un cambio al pasado”. “Lo que proponen es devaluación y ajuste”, aseguró. Mauricio Macri se paró en su atril con la instrucción de no perder el eje y quitarles peso a las críticas: “Mirá en lo que te transformaste; parecés un panelista de 6, 7, 8”, le replicó ante los cuestionamientos más fuertes. A una semana del ballottage, el debate presidencial tuvo muchos chispazos. Los candidatos se tiraron con munición gruesa. El tema económico, especialmente el de la defensa del trabajo, atravesó los 75 minutos del cara a cara realizado en la Facultad de Derecho.
En las definiciones económicas se jugaba lo central para ganar el voto de los indecisos. Y de hecho, si bien un solo bloque tenía pautado el debate económico, se terminó hablando del tema a lo largo de los cuatro. En el caso de Scioli, para advertir a los electores seducidos por las promesas macristas sobre las contradicciones entre el discurso y los hechos del candidato del PRO, incluida la oposición del macrismo cuando se votó en el Congreso la estatización de las AFJP, Aerolíneas y de YPF.
“El (por Macri) ha manifestado que va a levantar el cepo al dólar y va a dejar librado el tipo de cambio. Esto significa devaluar, y a cada trabajador le representará un recorte. Abrir la economía es un peligro para la industria nacional. Quitar los subsidios al transporte también perjudicará a los que trabajan. Le pregunto quién va a pagar los costos de este ajuste”, fue la primera pregunta del candidato del FPV a su adversario, en los minutos iniciales del debate.
Macri contestó que los argentinos encuentran en Cambiemos “la esperanza de que van a crecer y a tener trabajo”. “Nunca hablamos de ajustar. Ustedes son los que ajustaron, por algo hace cuatro años que no crecemos”, replicó. El candidato de Cambiemos prometió, sin explicar cómo lo haría, crear dos millones de empleos “en la primera década”, otorgar un millón de créditos hipotecarios, extender la asignación por hijo y crear un plan primer trabajo “para que los jóvenes estén en blanco sin que los empleadores paguen impuestos”.
Scioli defendió el rol del Estado como impulsor de la economía, para defender “a la clase media y al pequeño y mediano industrial, que han vivido las consecuencias como yo las viví –comentó–, ya que con mi familia tuvimos que cerrar una pyme, lo que provocó la desgracia de que perdimos a mi padre, que no lo aguantó”. Propuso no devaluar sino bajar los costos financieros, avanzar en una nueva ley de coparticipación y volvió a diferenciarse de su oponente: “No volvamos a ponernos más de rodillas frente al FMI, ni al juez Griesa. Yo represento al Estado que ha impulsado a la educación como inclusión. Trabajamos para crear el mercado interno, para garantizar empleo, para tener paritarias libres y dar la posibilidad de jubilarse y cobrar mejores haberes a los jubilados; si hubiera prevalecido la posición de Macri, que se opuso a recuperar los fondos del Ansés, esto no hubiera sido posible. Acá hay dos caminos, y las propuestas de él, sus ideas, sus iniciativas, son de retroceso”.
En el salón de actos de la facultad, detrás de los dos atriles fueron montadas cinco pantallas gigantes para seguir en primer plano los gestos de los candidatos. En primera fila del público se sentaron los familiares de Scioli y Macri. En una punta, la esposa del jefe de Gobierno porteño, Juliana Awada, acompañada por Gabriela Michetti y María Eugenia Vidal. En la misma fila pero sobre el otro extremo, la mujer de Scioli, Karina Rabolini y Lorena, la hija del candidato.
Los dirigentes macristas y kirchneristas fueron sectorizados. Al FpV le tocó la derecha del salón; allí estuvieron, entre otros, Daniel Filmus, Pepe y Nicolás Scioli, Wado de Pedro, Diego Bossio y Jorge Telerman entre otros. Cambiemos fue ubicado en el lado izquierdo, donde entre los primeros en entrar estuvo Patricia Bullrich y entre los últimos el asesor Jaime Durán Barba. También Horacio Rodríguez Larreta y Guillermo Montenegro (ver aparte).
Todos los detalles de cómo se verían a cámara los candidatos habían sido cuidadosamente previstos por sus equipos de campaña. El manual ordena presentarse descansado y mostrar buen humor, incluso cierta ligereza de ánimo que da una idea confianza. En esto, Macri estuvo más suelto que Scioli, pero también se mostró en varios momentos soberbio y sobrador. El jefe de Gobierno porteño no llevó corbata –todo en él buscó dar una imagen de ganador–, mientras que el bonaerense, de entrada, fue el primero en extender la mano para saludarlo, en un gesto para mostrarse abierto y frontal. Desde el viernes, los dos venían de pasar largas sesiones de entrenamiento sobre cómo recibir con templanza y autocontrol cualquier pregunta. El juego también implicaba hacerlas, y ahí estuvo lo más picante del debate.
Macri arrancó recordándole a Scioli que no se había presentado a debatir en la primera vuelta. “Te pregunto”, le planteó después, “cuando la presidenta dice que hay 5 por ciento de pobres, ¿miente o dice la verdad?”
“Con el gobierno de ustedes, el dólar pasó de 3 a 15 pesos, ¿por qué no te ocupaste antes de preocuparte por el tipo de cambio? Tu planteo es autoritario, conservador y cínico. Decís ‘hemos cometido algunos errores, pero ahora los vamos a corregir nosotros mismos’. ¿Vos pensás que la gente es tonta?”
“Vos dijiste que el narcotráfico no había entrado a la provincia de Buenos Aires y por eso se había ido a Rosario, ¿de verdad pensás que el Gran Buenos Aires el narcotráfico no ha avanzado?”, preguntó.
Scioli no se quedó atrás. “¿Por qué votó en contra de la recuperación de los fondos del Anses y de YPF?”, lo confrontó, tratándolo en casi todo el debate de usted. “¿Qué es lo que va a hacer realmente si llega al gobierno? Si habla de agricultura, su candidato (a manejar el área) es un gerente de Monsanto; si de economía, uno del JP Morgan.”
“Macri administra el distrito con mayor ingreso per cápita. ¿Cómo justifica que haya crecido la mortalidad infantil? ¿Cómo se entiende que haya 5 mil niños en la ciudad que no tengan vacantes en las escuelas públicas?”
“Ante la creación de universidades en el conurbano, Macri se preguntó qué sentido tenía ese despilfarro. Le vuelvo a preguntar, ¿quién va a pagar el ajuste que propone?”
“Si todavía no pudiste resolver el problema de los trapitos, ¿en serio creés que podés resolver el problema del narcotráfico?”
La mayoría de las preguntas no fueron respondidas. El aire fresco del salón de actos y la iluminación azulada elegida para el programa de Argentina Debate creaban en el lugar una atmósfera más de evento empresarial que de debate político. El público recibió el pedido de no vivar ni aplaudir a los candidatos, ni hacer comentarios, aunque el comentario sobre los trapitos generó risas de los dos lados.
En el bloque destinado a Educación, fue una sorpresa que Macri prometiera crear tres mil jardines de infantes en todo el país, cuando se trata de un tema pendiente por el que tiene conflictos en cada comienzo de año. “Te queremos cuidar. Siempre nuestra principal preocupación son nuestros niños”, agregó el candidato. Scioli defendió el sostén a las universidades como articuladoras de la entrada al trabajo. En cuanto a la seguridad, los dos candidatos compitieron sobre cuál había creado más policías, con un matiz del gobernador bonaerense que mencionó a la inclusión como principal prevención del delito.
Hubo unos minutos de cierre, libres, para que cada uno se dirigiera a los votantes. “Siento que estamos por comenzar una etapa maravillosa, sé que no va a ser de un día para el otro, pero sí un día tras el otro. Quiero convocarlos a todos porque ya probamos demasiados años separados. Es la hora de hacer juntos. Necesitamos un presidente que hable menos y escuche más que entienda que el valor es el equipo y no el personalismo, el momento es ahora. Hay que decirles a nuestros hijos que no nos resignamos, que nos animamos a ir por el camino que nos merecemos”, dijo Macri.
“Hay que optar por dos caminos, uno que quiere ir hacia la agenda del desarrollo y otro bajo el engaño de la palabra cambiemos, que tiene bajo del brazo un ajuste. Yo te tengo que defender, ustedes saben la situación venimos remontando. No nos pongamos de rodillas como quiere Macri. O nos domina de vuelta el FMI o sostenemos el orgullo y a autoestima argentina Yo estoy acá ara sincerar esta situación que no se ha aclarado a lo largo del debate, por eso los convocamos a votar para que gane el país”, cerró Scioli.
El debate fue televisado por los cinco canales de aire y una red de canales de cable de todo el país. Como en la oportunidad anterior, fue conducido por Rodolfo Barili, Luis Novaresio y Marcelo Bonelli. Se estima que más de cinco millones de personas miraron la transmisión. Más allá de su influencia en la decisión de los votantes, el cruce de los dos candidatos dejó marcado el terreno para el último tramo de la campaña, antes de los comicios del domingo. Son sólo cuatro días, ya que la veda electoral comenzará el viernes, en los que Scioli y Macri se jugarán a todo o nada las últimas cartas de la campaña.
Fuente: Página 12