4 de Septiembre, el pasado demanda futuro

Hace 45 años atrás Salvador Allende marcó un hito en la historia chilena al llegar a La Moneda con un programa de transformación de una sociedad dominada por las oligarquías.

4 de Septiembre, el pasado demanda futuro

Autor: paulwalder

Naúl-Ojeda-3-copiaHoy, al cumplirse 45 años del triunfo de la Unidad Popular, encarnado en la elección democrática por sufragio universal y secreto del Presidente Salvador Allende Gossens, celebramos con los ojos del presente el gran triunfo de aquella alianza político-social que encarnó, en su programa y en su gobierno, los anhelos de los más postergados de nuestra patria, de los trabajadores urbanos y rurales, hombres, mujeres, jóvenes y niños por construir una sociedad más humana y justa, en que por medio de un proceso democrático y pluralista finalmente se transformara a Chile en la casa de todos quienes en ella habitamos, proceso señero a nivel mundial donde “…cualquier ciudadano es libre de expresarse como mejor prefiera, de irrestricta tolerancia cultural, religiosa e ideológica, donde la discriminación racial no tiene cabida.”. En esa República democrática, el pueblo entraba a La Moneda con su programa, sus organizaciones, sus sueños y esperanzas.

 

El golpe militar, la dictadura cívico-militar en que devino el golpe faccioso y la revolución neoliberal que impusieron a sangre y fuego, han instalado en nuestra patria un modelo de sociedad individualista, donde el capital secuestra al estado y a la democracia que es la antítesis más absoluta del proyecto socialista y solidario que levantara el movimiento popular triunfante el 4 de septiembre de 1970. Este modelo y este orden social ha sobrevivido al fin de la dictadura gracias al accionar de la derecha que dio soporte político e ideológico a la dictadura y a la aquiescencia cómplice de quienes, serviles al interés del gran capital, la han defendido ignorando el mandato popular y traicionando las convicciones que dicen defender, y se han constituido como miembros de una casta político-empresarial que desvergonzadamente saquea las riquezas de Chile mientras sostienen ideológicamente uno de los países más mercantilizados y desiguales del mundo.

 

Esta realidad vergonzosa nos convoca hoy, al mismo tiempo que celebramos los triunfos del pasado a mirar al futuro, a construir una alternativa que cimiente una nueva mayoría política y social donde se aglutine a todas las fuerzas democráticas que pugnen por superar el orden pinochetista y la noche neoliberal que aún se tiende sobre nuestra patria gracias a aquellos lebreles concertacionistas, que criados en las faldas de la utopía, por no poder seguir su paso, la traicionaron y hoy son partidarios de capar al chancho para que engorde, y con él al pueblo, sus sueños y esperanzas.

 

La tarea de transformar esta sociedad individualista, mercantilizada y profundamente desigual para avanzar en la construcción de una democracia radical donde se desenvuelva una sociedad libre, solidaria, diversa y respetuosa del medio ambiente, nos convoca como izquierda, herederos orgullosos de los miles de hombres y mujeres que dieron a luz al triunfo popular como también de aquellos y aquellas que dieron sus mayores esfuerzos y sacrificios por expulsar a la tiranía y reconquistar la democracia.

 

Pero desde la izquierda también comprendemos que superar el orden neoliberal requerirágrandes esfuerzos que nos permitan incorporar, en un proyecto democratizador común,a todos y todas quienes hoy repudian el estado de cosas que hemos heredado de los cuarteles de la dictadura cívico-militar y de 25 años de espurias transacciones y componendas entre quienes hoy forman parte de la casta político-empresarial. En la celebración del triunfo Popular del 4 de septiembre de 1970, celebramos también el triunfo del espíritu unitario que lo permitió, y lo hacemos nuestro para construir en nuestra patria aquellas grandes alamedas por donde pasé el hombre y la mujer libre para construir una sociedad mejor.

 

 

 

 

 


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