Las jornadas de protesta de París, registradas en 1968, integraron a fuerzas del movimiento estudiantil, intelectuales y sindicatos obreros, generando una convulsión social que hizo tambalear al estamento de la República y al gobierno del general Charles De Gaulle. El jueves 10 de mayo se cumplió 50 años de la jornada histórica, en la cual la juventud estudiantil enfrentó la represión policial que pretendió reducir la protesta, y se ganó el apoyo de las fuerzas progresistas de la sociedad francesa.
En la revuelta antisistema, estudiantes del grupo “Pintura Joven” tomaron la Escuela de Bellas Artes e imprimieron a mano 600 mil afiches. La protesta del Mayo Francés impulsó el desarrollo de recursos visuales simples y de alta eficiencia comunicativa.
En esos días de agitación y rebeldía, un grupo de estudiantes de la Escuela de Bellas Artes de París, denominado «Pintura Joven”, tomó las instalaciones del taller de litografía de esa escuela para imprimir afiches. El taller, que estaba destinado a la producción artística, constaba de prensas manuales, por lo que se dificultaba la impresión de afiches a gran escala.
El poder que demostraron tener estas piezas comunicativas radica no sólo en su cantidad -se estima que alrededor de 600.000 afiches fueron impresos sólo entre el mes de mayo y junio de 1968- sino, además, en que su diseño era anónimo. Sólo una persona ha reclamado la autoría de algunos de ellos.
El hecho de que estos estudiantes decidieran en forma colectiva el mensaje a transmitir y la forma de representarlo, haciéndose eco de los debates que se realizaban en las puertas de las fábricas, garantizaba que estas producciones reflejaran el pensamiento y el sentir de un vasto sector de la sociedad.