El 72 por ciento de los brasileños no confía en el presidente interino de Brasil, Michel Temer, y califica su gestión como mala o muy mala, mientras que otro 69 por ciento considera que las cosas empeorarán en su país.
El estudio, realizado por la encuestadora Ibope, revela que más de la mitad de los brasileños está en contra de las medidas tomadas por el Gobierno interino en relación con la economía y la corrupción durante su corto mandato.
Según los datos, el 64 por ciento de la población desaprueba la forma de gobernar del brasileño que asumió tras el golpe de Estado parlamentario contra la electa presidenta Dilma Rousseff. En octubre pasado el porcentaje fue del 55 por ciento.
Esta es la segunda encuesta de Ibope publicada tras la destitución de la mandataria el pasado 31 de agosto.
AJUSTES REGRESIVOS
Las semanas recientes el Senado brasilero aprobó el polémico PEC 55 propuesto por el presidente Michel Temer, que congela el gasto público por 20 años. Se trata de la mayor reforma fiscal en décadas y define que las partidas destinadas a salud, educación y políticas sociales no pueden tener incrementos.
En aquella oportunidad, el presidente electo norteamericao Donald Trump saludó a Temer por teléfono y aprovechó para “felicitar al presidente por las reformas y las medidas que ha adoptado para promover el crecimiento de Brasil”. Por el contrario, Philip Alston, relator de Derechos Humanos de la ONU, opinó que el plan de gobierno de Temer “viola los derechos humanos y las obligaciones internacionales del país”.
Según una encuesta de Datafolha, el 60 por ciento de los brasileros está en contra del ajuste llamado PEC 55.
TEMER INVOLUCRADO EN CORRUPCIÓN
Michel Temer también debió hacer frente esta semana a las delaciones premiadas de los ejecutivos de la constructora Odebrecht, que lo sindican pidiendoles dinero antes de las elecciones. De hecho, hace pocos días debió dimitir el abogado José Yunes, activo colaborador y amigo del presidente de Brasil, quien fue acusado por los ejecutivos de la constructora de recibir poco más de dos millones de dólares en efectivo en su oficina.
Yunes fue acusado por el delator Claudio Melo Filho, un ex ejecutivo de Odebrecht. La acusación involucra directamente al presidente Temer, a quien los ejecutivos acusan de pedir unos tres millones de dólares (10 millones de reales) al titular del grupo empresarial, Marcelo Odebrecht, para financiar campañas de su fuerza, el Partido del Movimiento de la Democracia Brasileña (PMDB).
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El PMBD, pese a ser el aliado electoral del Partido de los Trabajadores en la última elección, se alió tras el impeachment a la presidenta Dilma Rousseff con el PSDB (socialdemocracia de derecha), para gobernar el país.
Folha de San Pablo indicó que Marcelo Odebrecht, condenado a 21 años de prisión y quien negocia pasar en 2017 al régimen abierto o domiciliario, contó cómo en el Palacio del Jaburú, residencia del vicepresidente, Temer le pidió, junto con el actual jefe de gabinete, Eliseu Padilha, dinero para el PMDB. Según el delator Melo Filho, el 60 por ciento de ese dinero fue entregado en forma ilegal para la campaña a gobernador del estado de San Pablo en 2014 de Paulo Skaf, afiliado al PMDB y titular de la poderosa federación industrial Fiesp.
También resultó implicado en la declaración de Melo Filho el secretario a cargo del plan de privatizaciones del gobierno, Wellington Moreira Franco, quien aún no renuncia del cargo.
Los casos de financiamiento ilegal de la política en Brasil alcanzan también al senador Aécio Neves, presidente del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), ex gobernador de Minas Gerais y ex candidato presidencial.
En lo que va del año, según informa Brasil de Fato, Michel Temer ya cuenta con seis bajas en su equipo ministerial, lo que da un promedio de un ministro apartado por mes, récord en la historia política reciente de Brasil. En orden, ya dejaron el gobierno Romero Jucá (Planeamiento), Fabiano Silveira (Transparencia), Henrique Eduardo Alves (Turismo), Fábio Osório (Defensoría General de la Unión), Marcelo Calero (Cultura) e Geddel Vieira Lima (Secretaria de Gobierno). Lo que esas bajas tienen en común es que devienen de denuncias de desvíos éticos o de corrupción.
El Ciudadano
A FONDO SOBRE EL AÑO QUE PASÓ EN BRASIL: