“No me arrepiento, bien merecido lo tenía. Desde el 2006 que esta señora está mintiéndole a la gente”, afirmaba en la Primera Comisaría de Arica el estudiante de Antropología Elías Sanhueza Campos, quien incendió las redes sociales tras escupir a la ex Presidenta Michelle Bachelet en la Plaza 1 de Mayo de la ciudad nortina.
La escena, que recuerda el “jarrazo” de María Música a la entonces ministra de Educación, Mónica Jiménez, lanzó a la fama al joven de 23 años que llegó a estudiar Antropología a la Universidad de Tarapacá hace dos años, tras dejar la carrera de Derecho en la Universidad de Chile, a la que entró en 2008. En 2011 decidió rendir la PSU nuevamente, obteniendo 836 puntos en Lenguaje, muy cerca del puntaje nacional de ese año, que llegó a 850 puntos y que solamente fue alcanzado por tres jóvenes.
Hijo de profesores de Quinta Normal, Elías nació en Santiago y estudió en el Colegio Elvira Hurtado de Matte, uno de los 19 establecimientos de la red Sociedad de Instrucción Primaria (SIP), que encabeza Patricia Matte Larraín. El joven, según conocidos de la Universidad de Tarapacá, está muy ligado al movimiento estudiantil y también se identifica con el movimiento mapuche”.
Hoy vive en una de las piezas que tiene el hogar universitario de la Universidad de Tarapacá, ubicado en las calles Diego Portales y José Manuel Balmaceda, y compuesto por tres secciones: un hogar de mujeres y dos de hombres. Quienes lo conocen en la pensión dicen que es “bastante tranquilo, nadie se esperaba que esto sucediera. Fue un acto individual”.
En el 2011, Sanhueza fue detenido cuando participaba de una manifestación en solidaridad con los imputados por el Caso Bombas, tras lo cual el abogado Rubén Jerez realizó una denuncia en el Segundo Juzgado Militar por agresiones, detención ilegal y apremios ilegítimos, además de enviar una carta a la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados, afirmando que las detenciones se realizaron con violencia desmedida por parte de Carabineros. En la misiva, Jerez pedía que se investigaran los hechos.
por Bastián Fernández y Claudia Urquieta
El Mostrador