El 7 de noviembre de 2014, en el marco del lanzamiento del libro Memorias de militancia en el MIR, RIL Editores, realizado durante la 34º Feria Internacional del Libro de Santiago, un grupo de ex estudiantes de Periodismo de la Universidad Católica de Chile entregó a la Fundación Miguel Enríquez un CD con media hora de las transmisiones de Radio Liberación, medio de difusión del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), en formato mp3.
El origen de este CD era un viejo casete, uno de los tantos que circuló clandestinamente entre 1983 y 1985, que contenía diversos programas, realizados por periodistas, técnicos y militantes de la Agencia Informativa de la Resistencia (AIR) del MIR y que fueron transmitidos desde diversos puntos de Santiago. Este casete llegó al Centro de Alumnos de Periodismo (Caper) para ser escondido, dado que era un recinto que al ser católico que no sería allanado fácilmente. Otros casetes habrían seguido un destino similar. También se les solicitó a esos futuros periodistas que fuera entregado para su difusión en el futuro a alguna instancia que rescatara la memoria histórica.
El motivo que tuvieron estos ex estudiantes de entregar este CD, a fines del año pasado a la sociedad chilena, obedeció a que se conmemoraban los 40 años de la muerte de Miguel Enríquez. Otra razón fue que aparecía en el libro Memorias de militancia en el MIR, en el Capítulo 3, llamado El MIR y la AGP: militancia revolucionaria y comunicaciones, una historia sobre el comienzo y desarrollo de Radio Liberación y algunas historias de sus miembros, entre ellos Fernando Vergara (Jesús), Patricia Bravo (Olga) y Gregory Randall (el gringo revolucionario).
LA VOZ DE LA RESISTENCIA POPULAR
Luego del golpe militar y la pérdida de radio Nacional, el MIR se aboca a planificar la mejor forma de comunicar sus postulados y la idea sigue siendo que la radio es la mejor opción, por su alcance y masividad.
La Agitación y Propaganda (AGP) debía reforzar en este período no sólo la táctica de la “Violencia en la Cotidianidad de la Práctica Política” (VCPP), que era impulsada germinalmente por el MIR desde los comités de resistencia, sino el paso a una etapa superior de lucha.
A fines de 1977 y comienzos de 1978 se transita hacia un período de propaganda armada, dejando la mera AGP, que se realizaba a través de panfletos, rayados y lienzos a la ejecución de acciones directas, portando en gran parte de ellas armas cortas y en algunas ocasiones de guerra.
El 1° de mayo de 1979 se produjo por primera vez en Santiago la toma de un medio de comunicación por parte de milicianos del MIR: radio Minería. “La proclama que se pretendió leer resultó fallida”[1]. En octubre de 1979, el aparato de AGP del MIR sufre un fuerte golpe cuando es detenido Ulises Gómez, periodista y editor de El Rebelde.
En el marco de los objetivos propuestos para el período, el 29 de abril de 1980[2], el Destacamento Miliciano José Bordas (DMJB) ocupó las instalaciones de radio Portales emitiendo una proclama. Esta acción constituía un fuerte golpe a la imagen de invulnerabilidad de la dictadura militar y mostraba la decisión con que los militantes del MIR enfrentarían esta etapa.
Como recuerda Guillermo Rodríguez: “Nos tomamos Radio Portales, en pleno centro de Santiago, en una compleja acción que diseñó el Simón, a dos cuadras de un cuartel de la CNI y logramos transmitir durante 13 minutos las proclamas de la Resistencia, burlándolos al final porque las bombas que dejamos eran simples tarros de leche, sin un tiro, usando el engaño que dejaba en ridículo a los agentes represivos que se creían Rambos chilenos”[3].
En relación a la ocupación de Radio Portales, la dirección de la Agencia Informativa de la Resistencia (AIR), a nombre de los periodistas que laboran en ese medio, realizó los siguientes planteamientos acerca de la ocupación, ya denominándola una actividad de Radio Liberación:
La acción fue una demostración de habilidad e inteligencia de nuestros colegas. Se logró exitosamente la tarea, sin bajas, sin causar heridos y evadiendo a los elementos de la desprestigiada Dina-CNI que tiene un local a pocas cuadras de la Radio Portales[4].
En esta acción participó Arcadia Flores, Victoria, profesora de inglés y ex estudiante de Periodismo de la Universidad de Chile, quien desde 1975 combinaba sus actividades laborales con la pertenencia a la Agrupación de Familiares de Detenidos Políticos Desaparecidos. Posteriormente se incorporó al MIR, en específico al Destacamento Miliciano José Bordas. El 16 de agosto de 1981, en la calle Santa Petronila N° 644, en Quinta Normal, Arcadia Flores se encontraba sola. La policía desaloja a los arrendatarios de las otras piezas vecinas e irrumpe en la habitación disparando a mansalva. Victoria, que dormía, fue abatida en la cama recibiendo entre 8 a 9 disparos, uno de ellos con apoyo en su cabeza.
Posteriormente, la estructura de AGP deja las ocupaciones de radios y agencias de noticias y comienza a emitir sus propios programas. Radio Liberación era un conjunto de pequeños transmisores que salían simultáneamente al aire en diferentes sectores de la ciudad, utilizando la frecuencia de una radioemisora comercial, aunque el jefe de las Brigadas Arcadia Flores, Jesús (Fernando Vergara), prefería interferir el canal de audio de Televisión Nacional (TVN). La modesta potencia de la señal copaba el audio de TVN en un perímetro de pocas cuadras. La emisión se limitaba a tres minutos para eludir la detección por “triangulación goniométrica” que ponían en marcha los equipos rastreadores.
El primero de mayo de 1981, Radio Liberación realizó transmisiones en diversos lugares de Santiago, Valparaíso y Concepción, nuevamente interviniendo la señala de TVN. Entre otras cosas, llamó “a forjar la unidad combativa de todo el pueblo contra la dictadura levantando un pliego nacional que sea definido con múltiples acciones directas y de agitación que, a la vez, permitan ir avanzando hacia un Paro Nacional contra el hambre y la opresión”[5].
Además, el comunicado de la AIR señalaba que la radioemisora clandestina de la resistencia transmitió el discurso del ex miembro de la CUT y de la Comisión Política del MIR, Hernán Aguiló, en Santiago, Valparaíso, Temuco, Valdivia, Antofagasta e Iquique.
En el discurso, Aguiló envió un saludo a los trabajadores y al pueblo chilenos. “Uno de los hombres más buscados por la dictadura dijo en su alocución que ‘el descontento se ha generalizado’ y la mayoría del país repudia al gobierno militar”[6].
Las transmisiones continuaron durante 1981 y comienzos de 1982. Un momento especial lo constituyó el Mundial de Fútbol que se desarrolló en España, pues durante su realización, en 1982, los operadores de Radio Liberación realizaron 24 interferencias.
El 18 de mayo de 1982 el vespertino La Segunda registró esas actividades, en una nota titulada “Gol con relato subversivo”:
‘El único gol marcado por la Selección chilena contra el Barcelona de España, estuvo acompañado de una sorpresa para numerosos vecinos de La Reina. En los momentos en que Caszely marcó el gol -y cuando todos esperaban el estentóreo grito del relator Carcuro– a través del audio surgió una transmisión de Radio Liberación de la resistencia chilena (…) una proclama subversiva de aproximadamente tres minutos (…) mientras Carcuro gesticulaba en la pantalla'[7].
El norteamericano Gregory Randall, que vivía junto a su madre poeta en esos años en Cuba cuenta que había ingresado al MIR en 1977, mientras estudiaba de ingeniería en telecomunicaciones. Unos años después, fue contactado por un compañero del partido revolucionario quien le propuso trabajar en un proyecto especial: Radio Liberación. Agrega que: “la radio tenía la misión de romper el cerco informativo y poder hacer escuchar la voz de la Resistencia. También era una herramienta de propaganda y de combate a la dictadura, pues el solo lograr una trasmisión significaba en sí misma una acción victoriosa: algo que el régimen no controlaba”.
Gregory Randall señaló que sus tareas principales en Radio Liberación fueron de apoyo (diseño y construcción de equipos, formación, transporte). “No viví la clandestinidad en Chile. Solo realicé numerosas visitas de trabajo, por periodos cortos o medianos, en los cuales realicé tareas clandestinas pero sin ser propiamente alguien que vivía en la clandestinidad. Los periodos que me tocó estar en Chile los viví con emoción por participar en esa gesta y mucha calma. Éramos muy serios en lo que hacíamos y ello me daba tranquilidad”[8].
La actividad de Radio Liberación provocó apoyo y solidaridad entusiasta en el exterior. En Suecia y otros países se recolectaron fondos para apoyar el trabajo de Fernando Vergara y su equipo de “radiodifusores” rebeldes de las Brigadas Arcadia Flores. Muchos auditores creyeron que las interferencias respondían a tecnología sofisticada, con empleo de satélites.
Un radiodifusor anónimo de esos años, probablemente el mismo Jesús describió su trabajo en las páginas de El Rebelde: «La labor de un ‘radista’ no es cosa fácil; constantemente está corriendo el riesgo de ser detectado por el enemigo. Ello nos obliga a tomar medidas de seguridad en forma permanente y a cambiar nuestras formas de operar, el lugar y el horario de nuestras transmisiones. Siempre el radio de acción tiene que ser pequeño, pues transmitimos con equipos de escasa potencia. Nuestras emisiones no pueden exceder los tres minutos, ya que en más tiempo corremos el riesgo de que nos detecten”. Constantemente debemos estar atentos, pues en cualquier momento el enemigo nos detecta y nos golpea: “La injusticia nos atraviesa”[9].
Otro momento clave de ese año lo constituyó una nueva conmemoración del golpe militar el 11 de septiembre de 1982. En el comunicado de la AIR, al mes siguiente, octubre, se afirmaba que Radio Liberación realizó 28 transmisiones. “Recordando al presidente Salvador Allende cuyas últimas palabras fueron difundidas por la emisora clandestina, Radio Liberación, llamó a seguir el ejemplo empuñando las armas contra la tiranía”[10].
El director de RL, Jesús, señalaba que “es cierto que este trabajo es tipo comando por lo sorpresivo de su accionar, por su se creatividad; en realidad es una ‘guerrilla radial’ contra los medios de comunicación controlados y domesticados por la dictadura. Tiene además aspectos del trabajo miliciano, por cuanto sus integrantes defienden la zona en la cual se esté transmitiendo apoyándose en las masas y en las armas del pueblo”[11].
Agregaba que la radio era valorada políticamente por su rapidez en responder a cada coyuntura, por su capacidad multiplicadora e inmediatez para orientar y organizar al movimiento de masas. “Es innegable que hoy Radio Liberación resuelve el problema de difusión masiva y que provoca en el auditor reacciones diversas de entusiasmo, alegría, confianza, etc. Pero es más, no sólo se enciende el ánimo, sino que nuestra tarea se traduce en un buen apoyo complementario a la labor de organización que el partido y la Resistencia llevan a cabo”[12]
Para los dirigentes miristas, la existencia de Radio Liberación, 107.5 de la FM, sintetizaba la lucha de los chilenos contra la dictadura militar y “nos enseña que la libertad de expresión del pueblo, el resto de las libertades y derechos conculcadas los conquistaremos luchando, creando en la práctica misma, los instrumentos necesarios para lograr dichos objetivos”[13].
En síntesis, las emisiones clandestinas de Radio Liberación rompieron, con acciones audaces y muy riesgosas, continuamente el cerco informativo de la dictadura militar. Eran los llamados “años de plomo” por algunos autores[14]. El costo era alto para los militantes del MIR y su estructura de AGP, pero la misión era inevitable por la importancia que tenía.
Durante las protestas de los años 84 y 85, “las interferencias a la señal de TVN alcanzaron en Santiago un promedio de 40 emisiones mensuales. Más tarde, las transmisiones se extendieron a Concepción, Temuco y Valdivia. En 1985, Liberación estabilizó tres emisiones semanales por el canal 107.5 de la banda FM”[15].
En una transmisión clandestina de Radio Liberación, que está contenida en el casete guardado en la Escuela de Periodismo de la Universidad Católica, un miembro de la resistencia popular afirmó: “¿Por qué luchamos?, nosotros somos patriotas, somos patriotas revolucionarios. Somos patriotas en la Resistencia Popular. Y estamos en esta posición desde que el 11 de septiembre los antipatriotas y reaccionarios, junto con asesinar al Presidente Allende comenzaron la guerra contra nuestra patria, o sea contra nosotros, contra el pueblo”.
Gregory Randall afirma que la organización de Agitación y Propaganda (AGP) encargada de las transmisiones de RL era muy compartimentada, por lo que nunca supo los recursos logísticos y humanos con que contaba. “Yo participaba de un equipo de apoyo técnico que contaba con talleres para diseñar y construir emisoras. A nivel técnico teníamos un equipo humano muy unido, con buen nivel técnico y gran compromiso”.
Randall afirma que “en lo que me es personal tengo una gran opinión de los miembros del equipo técnico con quienes compartí varios años. Se trataba de compañeros muy entregados a la causa, a la que destinábamos el 100% de nuestro tiempo prácticamente, de gran valor humano, muy alto compromiso político y con quienes compartíamos no solo la militancia sino también muchas valoraciones sobre el mundo y la vida. Con los años, y viendo la cantidad de compañeros que han cambiado sus ideas luego de la derrota, es un placer saber que todos los que he visto de ese grupo seguimos pensando de manera esencialmente similar”.
Lo vertiginoso de las tareas en RL quedan reflejadas en la siguiente anécdota que cuenta Gregory Randall: “Una vez interferimos la emisión de una radio que transmitía desde arriba del cerro San Cristóbal en Santiago. Alrededor de la enorme antena había familias que hacían picnics con sus niños. Nos acercamos todo lo que pudimos y estuvimos allí unos minutos mientras duró el procedimiento. Luego bajamos lo más rápido que pudimos del cerro en una citroneta esperando que no cerraran la única salida del parque. Alguien deberá escribir la historia de Radio Liberación. El heroísmo de los compañeros que la hicieron realmente posible. Varios de ellos murieron en esa tarea. Nosotros no éramos más que un apoyo”.
En una tesina para optar al grado de Licenciado en Comunicación Social se narra que uno de los transmisores de Radio Liberación fue utilizado unos años después, 1989, en la radio comunitaria Placeres de Valparaíso:
Un radiotransmisor es una caja. Una cajita de metal de 10 cm de altura, 30 cm de largo y 40 cm de ancho. Para la RAE, esa cajita es un ‘aparato empleado en radiotelegrafía y radiotelefonía para producir y enviar las ondas portadoras de señales o de sonidos’. Para un grupo de vecinos del Cerro Los Placeres, en Valparaíso, esa cajita era la mejor forma de mantener el trabajo comunitario que venían haciendo con el MIR durante la dictadura. Una de esas cajitas metálicas llegó a Chile en avión. Viajó desde Europa, escondido en una maleta, a principios de 1985. Aterrizó en Santiago, donde la recibió Hugo González ex mirista, periodista y de ahí llegó con él a Valparaíso. La cajita la trajeron por encargo. El MIR la quería para interferir las ondas de TVN a la hora de las noticias. Paso 1: Se ponía una antena hecha con un alambre entre dos planchas de cartón en el techo de un auto y se conectaba al transmisor, y el transmisor a una grabadora con el mensaje que se quería emitir. Paso 2: el auto se echaba a andar por el sector que se quería intervenir. Eso era todo[16].
En el trabajo universitario se agrega que:
Luis Costa llegó a Chile desde Bolivia en junio de 1989. Venía con la idea de instalar una radio comunitaria en Valparaíso. Había escuchado sobre la puesta en marcha de la radio Villa Francia, y pensaba que podían replicar el modelo: un medio comunitario de contrainformación, con programación creada por y para los pobladores. Había escuchado también que Hugo González, a quien había conocido en el MIR, tenía un radiotransmisor. Tenía la idea, tenía el equipo. Lo que no tenía era gente que quisiera sumarse al proyecto. Eran los tiempos finales de la dictadura. Todos sabíamos que venía la democracia, y yo estaba recién instalándome en Valparaíso. Empiezo a buscar contactos con gente del MIR para proponerles instalar una radio comunitaria, pero todos me miraban raro. Nadie se pronunció[17].
En 1989, en el Cerro Los Placeres, comenzó a funcionar la radio comunitaria, era una forma de hacer algo. Como se afirma en la tesina:
Hacer algún cambio, tomar acción. Mostrar el descontento, poner en evidencia que el modelo no servía. Al menos, no para estos miristas que se estaban quedando sin MIR. Era 1989, era ese periodo tan extraño que hubo, en que como que estaba terminando todo, como que nos habían tirado para abajo todo el movimiento social, había salido toda esta cosa que era la Concertación cuenta Eliana Vidal, que llegó a la radio poco después, y que se fue al menos de los programas de la radio este año[18].
Pero volvamos a Radio Liberación, como sostiene la profesora de la Université de Montréal, Laura Jordán, el material sonoro de los programas de Radio Liberación fue corporizado en las cintas. Según lo publicita el MIR, estas ediciones “constituyen testimonios grabados de la lucha de nuestro pueblo. Los casetes se reproducen por cientos y tienen amplia acogida en las masas”[19].
La historia de Radio Liberación en mayor profundidad se puede encontrar en el libro Memorias de militancia en el MIR del Doctor en Estudios Latinoamericanos, Sergio Salinas, que fue lanzado en el marco de la 33a Feria Internacional del Libro (FIL) de Viña del Mar, el 14 de enero. En el evento participaron el destacado académico y Doctor en Historia, Igor Goicovic y Ernesto Guajardo, de RIL Editores.
Agencia Informativa de la Resistencia (AIR) – Transmisiones Radio Liberación
Transmisiones de Radio Liberación – Canciones en homenaje al FMLN de El Salvador
Por Aldo Fernández
REFERENCIAS
[1] Robinson Silva, Resistentes y clandestinos: la violencia política del MIR en la dictadura profunda 1978-1982. Concepción: Editorial Escaparate, 2001, p. 134.
[2] En algunos libros se habla del día 28 y no 29, por ejemplo, Robinson Silva, Resistentes y clandestinos, op. cit., p. 136.
[3] Guillermo Rodríguez, El Destacamento Miliciano José Bordaz, Santiago de Chile, Ediciones Caballo de Mar, 2009 p. 58, en: http://es.scribd.com/doc/32946192/Destacamento-Miliciano-Jose-Bordas-rev.
[4] AIR, “Respaldo a Radio Liberación”, Santiago, mayo 1981, Fondo Documental Eugenio Ruiz-Tagle, en: http://cronopio.flacso.cl/fondo/pub/publicos/AIR_012.pdf.
[5] AIR, Boletín informativo mes de mayo 1981, Santiago, Fondo Documental Eugenio Ruiz-Tagle, en: http://cronopio.flacso.cl/fondo/pub/publicos/AIR_027.pdf.
[6] Ibid.
[7] Lucía Sepúlveda Ruiz, Fernando Vergara Vargas: “Aquí… Radio Liberación”, en Ernesto Carmona, Morir es la noticia, en: http://www.derechos.org/nizkor/chile/libros/reporter/capV09.html.
[8] Entrevista a Gregory Randall, op. cit
[9] AIR, Boletín informativo mes de mayo 1981, Santiago, Fondo Documental Eugenio Ruiz-Tagle: http://cronopio.flacso.cl/fondo/pub/publicos/AIR_027.pdf
[10] AIR, Boletín informativo mes de octubre de 1982, Santiago, Fondo Documental Eugenio Ruiz-Tagle, en: http://cronopio.flacso.cl/fondo/pub/publicos/AIR_029.pdf.
[11] MIR, El Rebelde en la clandestinidad N°210, junio 1984, Fondo Documental Eugenio Ruiz-Tagle de Flacso: http://cronopio.flacso.cl/fondo/pub/publicos/EREB_N_210.pdf
[12] Ibid.
[13] Ibid.
[14] Entre ellos Jorge Arrate y Eduardo Rojas, ver Capítulo 7: “La desolación de los años de plomo”, en La memoria de la izquierda chilena Tomo I 1850-2000, Santiago, Ceme, en: http://www.archivochile.com/Ideas_Autores/arratej/1/1arratej0008.pdf.
[15] Lucía Sepúlveda Ruiz, Fernando Vergara, op. cit.
[16] María Abarca Pozo, María Albert Olea, Violeta Castillo Leiva, El ataque aéreo de radio placeres, Bombardeo sonoro desde el abismo del dial, Facultad de Comunicación y Letras Escuela de Periodismo, Universidad Diego Portales, 2013: http://historiasplacerinas.blogspot.com/2014/10/m-soledad-mcatalina-y-violeta-el-ataque.html
[17] Ibid.
[18] Ibid.
[19] Laura Jordán, “Música y clandestinidad en dictadura: la represión, la circulación de músicas de resistencia y el casete clandestino”, artículo basado en su propio texto “Clandestinidades en la música de resistencia. Estudio preliminar sobre la clandestinidad musical en la creación y circulación de músicas de la oposición política durante la dictadura militar (Santiago, 1973-1986)”, Santiago, Revista Musical Chilena N° 212, vol. 63, Universidad de Chile, Santiago, 2009, en: http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0716-27902009000200006&script=sci_arttext. Véase también MIR, El Rebelde en la clandestinidad N° 200, columna del CC “Prensa clandestina”, julio 1983, p. 5.
El Ciudadano