La abstención se ha convertido en un factor importante en los procesos electorales -desde 2012- tras la instauración de la inscripción automática y el voto voluntario, llegando al 63% en las últimas elecciones municipales. Y para los comicios de noviembre se espera que la cifra no varíe de forma visible.
A días de la elección, se estima que son entre 8 millones 500 mil personas y 7 millones 555 mil personas las que se abstengan de votar.
¿Qué influye?. El nivel socioeconómico aparece como factor en la abstención del voto. Según publica Emol, de acuerdo a la última encuesta CEP, quienes no figuran dentro del grupo de votantes probables son predominantemente integrantes de los segmentos E y D.
El director del Centro de Análisis Político de la U. de Talca, Mauricio Morales, sostiene que “en la abstención hay un marcado sesgo de clase”. Además agrega: “si yo considerara solamente a las personas que tienen total seguridad de votar, en el sector alto existen en un 73%, en el medio en un 42% y en el bajo en un 33%”.
A esto se suma el factor etario, ya que según la misma CEP, el porcentaje de jóvenes entre 18 y 24 años que se abstendrán de votar alcanza un 83%.
En este sentido, el director del Programa Electoral de la U. Central, Kenneth Bunker, aumenta el rango etario a aquellos que cumplieron 18 años a fines de la década de los ’90, pero nunca se inscribieron en el Servel. Esto se traduce en que entre las personas de 25 y 34 años, la cifra desciende hasta 68%.
Bunker explica que en los ’90, el porcentaje de ciudadanos inscritos para votar rondaba el 90%, mientras que en los años 2000, descendió a un 80%, por lo que, explica el académico, “ese 20% de chilenos que no se inscribieron nunca, es muy improbable que voten”, asegura.
“Si ponemos en interacción la edad y el nivel socioeconómico, los jóvenes pobres son los que tienen menos chance de votar en Chile. Un joven de 18 a 15 años que viva en Vitacura, es probable que vote en un 70%. En cambio, el mismo joven en La Pintana o San Ramón reduce su posibilidad de votar a un 15%”, explica Morales.
Una tercera variable para cuantificar la abstención, según Bunker, es el tamaño de la comuna, hecho que lo explica de la siguiente manera: “si vota el 10% del distrito 8, que es el de Maipú, va a seguir siendo significativamente más gente que si vota el 80% del distrito 27, que es de Aysén. La cantidad de gente que arrastran los distritos grandes es mucho mayor”, asegura.
Y remata que un 10% del distrito 8 son 100.488 habitantes. Un 80% del distrito 27 son 77.963 electores. Si bien en las zonas extremas los interesados en votar son mayores, en términos absolutos tienen menor posibilidad de inclinar la balanza.