El abogado Fernando Atria, ex miembro del equipo de constitucionalistas del comando electoral de Michelle Bachelet dijo que el Congreso es una instancia que no tiene legitimidad ante la ciudadanía, por lo cual no podría encabezar un proceso constitucional.
En una entrevista al diario La Tercera, Atria, respecto a los expresado por Bachelet en su discurso del 21 de mayo, en el cual la presidenta habló de “una participación ciudadana realmente incidente y un momento institucional legítimo y confiable”, considera que “que hay una tensión, porque está claro que el procedimiento actualmente vigente de reforma constitucional no permite una participación ciudadana realmente incidente. Eso está tan claro, que en parte de la derecha -como RN- ya han aceptado la idea de que esta nueva Constitución tiene que tener un plebiscito ratificatorio posterior”.
“¿Qué pasa si uno dijera que en vez de haber un plebiscito ratificatorio posterior, hubiera un plebiscito anterior sobre distintos mecanismos? Eso es mucho más incidente. Los procedimientos que hoy existen están pensados para neutralizar, para impedir que a través de las decisiones políticas se ponga en cuestión cualquier cosa importante. Estas trampas están alojadas en los procedimientos de decisión, y el caso más evidente es el proceso de decisión constitucional, que tiene unas exigencias de quórum que cumplen una función de que no se pueda cambiar nada sin el acuerdo de la derecha. Ese es el problema. Lo que RN ha visto es que un acuerdo parlamentario no es suficiente, lo que es verdad. Un acuerdo parlamentario llevaría a una modificación en los términos que la derecha admite”, agrega Atria.
“Es necesario que haya discusión constitucional y que los ciudadanos opinen, partidos políticos opinen, que haya participación y que, en su momento, cuando las condiciones sean oportunas, discutiremos cuáles son los mecanismos”, señaló Atria.
“Un plebiscito ratificatorio, que es lo que ya plantea RN, es como vender humo” y “es evidente que el Parlamento no tiene legitimidad suficiente para el proceso constituyente”.
“No sabemos hasta dónde va a llegar la desacreditación de las instituciones políticas, en particular del Congreso, a propósito de todo lo que salga en las investigaciones. Podría llegar muchísimo más lejos de lo que hay hasta ahora -que ya es gravísimo- y dejar al Congreso completamente por el suelo”, prosigue.
En ese sentido, señala que uno puede pensar en dos maneras en que el acuerdo político se manifiesta: “Una manera es que la nueva Constitución tiene que salir del Congreso y que se someta a las reglas de aprobación del capítulo 15 de la Constitución. Es decir, los 2/3 y 3/5, que es básicamente lo que se hizo en la reforma constitucional del 2005, y no hay ninguna razón para pensar que va a haber un resultado distinto. En ese caso, se van a cambiar muchas cosas, tal como en 2005, pero dos años después va a surgir de nuevo la idea de una nueva Constitución. La otra posibilidad es entender que el proceso constituyente necesita de un momento de validación institucional, pero no en el sentido de que sea un momento en que se decida cuál es el contenido y el texto de la nueva Cons-titución, sino que permita abrir la discusión. El proyecto de plebiscito es un momento institucional”.
“La pregunta es cuán sostenible es una postura del Congreso en un contexto de cómo está hoy día. Sería bien difícil de sostenerla. Si la Presidenta lo que quiere hacer es una discusión constitucional que esté libre de las trampas constitucionales, y el Congreso dice “dejen la cocina a nosotros”, eso sería impresentable. El sistema institucional está demasiado débil y neutralizado como para ser la fuente de la iniciativa que resolverá el problema constitucional”, concluye.