Abogado Roberto Garretón quiere cambiar Constitución: : »El futuro del pueblo chileno lo marcó Pinochet en 1980»


Autor: Director

Profesional tiene ilusión de que en Chile ocurra lo mismo que en Colombia, donde un llamado en los votos a una Asamblea Constituyente permitió generar condiciones para cambiar la carta fundamental. »La idea es que se vea que el pueblo chileno no quiere una Constitución impuesta a la fuerza, sin registros electorales, sin ninguna participación democrática», afirma.


El abogado Roberto Garretón está muy ilusionado con la posibilidad de que el movimiento ciudadano, que busca generar conciencia para formar una Asamblea Nacional Constituyente, crezca y así en las elecciones presidenciales del 2009 se consigna un mayor compromiso para cambiar la Constitución de 1980.

Recuerda que si bien dicha Carta Fundamental es la que “ha tenido más modificaciones en toda la historia”, ya que “se tuvo que quitar algunas de los elementos más burdamente fascistas que tenía, pero hay otros que todavía no se han hecho porque la alianza pinochetista se niega a modificar como lo son el sistema electoral y los quórums inaceptables que existen en el Parlamento para cambiar la Constitución”.

Dice que pese a los cambios, “el pueblo no ha recuperado su derechos a su autodeterminación. El futuro del pueblo chileno lo marcó Pinochet en 1980 hasta la perpetuidad y sus seguidores quieren que sea así. El criterio que utilizan los seguidores del dictador es que no pueden los gobernantes de turno modificar la Constitución».

El abogado comenta que le gustaría que en Chile suceda lo que ocurrió en Colombia a fines de la década del ’80, donde se hizo una campaña para terminar con el tripartidismo que había establecido la Constitución de 1886.

«Allá se colocaron los votos en un sobre y junto a esas papeletas se puso una que decía «Asamblea Constituyente» y aparecieron dos millones de papeletas en los primeros comicios. Ello forzó que en la elección siguiente se sumaran las papeletas que llamaban a una Asamblea Constituyente, que fueron más que los votos que obtuvo César Gaviria, que ganó, y los otros dos postulantes que lo siguieron», señala.

Espera llegar a lo mismo que pasó en Colombia y que “con el éxito electoral que queremos tener el 2008 en las municipales, en las parlamentarias del 2009 ir candidato por candidato, preguntarle si usted sale elegido está por una Asamblea Nacional Constituyente”.

Reconoce que «lo más probable es que en la primera vez no nos vaya muy bien, pero esperamos que en el segundo llamado logremos llegar a los lugares más apartados del país y exista conciencia de la presión que existe. La idea es que se vea que el pueblo chileno no quiere una Constitución impuesta en Estado de Sitio, a la fuerza, sin registros electorales, sin ninguna participación democrática. En la comisión que elaboró la Constitución de Pinochet si bien hubo tres demócratas, todos se fueron, en consecuencia no hubo ninguna participación de demócratas”.

Cree que la opción de escribir una frase alusiva a que se realice una Asamblea Constituyente “es fácil de asumir. No es de la Concertación ni contra ella, incluso hay opositores a ese bloque oficialista que respaldan la idea».

Inmediatamente comenta que le ha llamado mucho la atención de personas que no están inscritas en los registros electorales se vean motivadas con el tema, ya que ven con ello una posibilidad de una inserción. “Si no qué sentido tiene no estar inscrito a perpetuidad, sin influir en el curso de la política. El llamado es a quien no está inscrito para que opine y de esa manera que esos dos millones no se sientan marginados y actúen en política, a través del voto. Tenemos esperanzas de convencer a quienes no están inscritos con este llamado”.

No se anula el voto

Garretón aclara que si un voto se marca por un candidato y se escribe una frase -por ejemplo: “Asamblea Constituyente, ahora”- no se está anulando el sufragio, ya que ello se encuentra en el artículo 71 número 5 de la Ley Sobre Votaciones Populares y Escrutinios. Ahí se puntualiza que sólo “serán nulos y no se escrutarán las cédulas en que aparezcan marcadas más de una preferencia”.

Precisa que el “llamado es a que se marque el voto, es decir, las cédulas que la mesa considere marcadas deberán escrutarse para el candidato, pero se dejaran constancia en el acto los accidentes estimados como marca de las preferencias que contengan. Si un voto aparece con la preferencia Pérez y otra marca que es un garabato o un llamado a Asamblea Nacional Constituyente, o lo que sea, se debe contar para el candidato».

Macarena López
El Mostrador


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