El embajador de Estados Unidos en Corea del Sur, Mark Lippert, fue atacado con un cuchillo por la espalda mientras desayunaba antes de participar en una conferencia en un centro cultural. Su vida no corre peligro, pero tuvo que ser atendido por los servicios médicos a causa de las heridas sufridas en la cara y en la muñeca.
El autor del ataque, Kim-Ki-jong fue detenido inmediatamente y justificó la agresión por estar en contra de las maniobras militares que Seúl y Washington están realizando esta semana en territorio surcoreano. Las maniobras se realizan anualmente y consisten en un simulacro de respuesta a un ataque de Corea del Norte. El atacante, miembro de una organización ultranacionalista llamada Woorimandang, lanzó también proclamas a favor de la reunificación de las dos Coreas.
El asesor de relaciones públicas de la embajada estadounidense, Robert Ogburn, condenó rotundamente este tipo de «violencia sin sentido». Las autoridades surcoreanas también mostraron su rechazo a lo ocurrido: “Queremos expresar nuestro arrepentimiento por lo ocurrido. Estos actos tan dañinos contra una delegación diplomática no deben ser aceptados bajo ninguna circunstancia y nos lo estamos tomando con extremada seriedad, ya que fue contra el embajador de Estados Unidos, nuestro principal aliado”, declaraciones del portavoz del ministerio de Exteriores de Corea del Sur recogidas por Euronews.