Desde Buenos Aires, donde se encuentra participando en la XVI Reunión del Foro de Sao Paulo, el senador Alejandro Navarro manifestó su absoluto rechazo a la insistencia del gobierno en tratar de establecer vínculos entre las Farc y el Partido Comunista de Chile porque, según dijo, “sólo se trata de un intento por demonizar a todos aquellos sectores políticos y sociales que buscan alternativas al neoliberalismo en Chile y en América Latina, tal como también lo están haciendo con el pueblo mapuche”.
El parlamentario dijo que “bajo el prisma del actual gobierno chileno hasta los padres de la independencia de América serían terroristas, porque se organizaron para luchar contra los opresores y colonizadores de la época. Está claro que en Chile la única época en que se ha vivido el terrorismo fue durante la dictadura, que muchos de los partidarios del actual gobierno apoyaron activamente: los únicos terroristas chilenos son los que, coludidos con otros terroristas extranjeros, asesinaron a Schneider, a Prats, a Letelier y atentaron contra Bernardo Leighton”.
Navarro dijo que “no parece aceptable que sea el Presidente y el Ministro del Interior quienes aparezcan prejuzgando a un partido casi centenario que ha tenido una actitud democrática siempre. Quizás el retorno del PC al Congreso, pese a la persistencia del sistema binominal les incomoda demasiado. Estas acusaciones que hoy se hacen gratuitamente debieran ser probadas seriamente si quieren insistir en ellas. Además no es bueno para Chile, que el Presidente tome partido en un proceso judicial en curso intentando denostar e involucrar al PC”.
“Por lo demás -agregó- si viajar a Colombia es constitutivo de sospecha en este caso, tanto el actual presidente como los senadores Espina y Allamand debieran decir con quiénes se reunieron en su bullado viaje a esa nación, si se entrevistaron con paramilitares y revelar las fuentes de la información que recibieron. Además, lo curioso es que hasta ahora, los únicos que hablan de las Farc son personeros de Gobierno y de la derecha, interesados en instalar el fantasma del terrorismo en Chile, como parte de la estrategia de replicar a cualquier costo el modelo de Uribe que tanto les gusta”.
El Ciudadano