Navarro habla en tercera persona de sí mismo, pero no comparte la opinión de aquellos que lo acusan de poner los intereses individuales sobre los colectivos. Convencido de que si no se le habla a los chilenos que no votan y si el pacto con la Concertación no incluye al MAS no se termina con la exclusión, el grito del senador por estos días parece ser ¡Lista Propia o Muerte!
Agarramos a Alejandro Navarro pocos minutos antes de que partiera a Cuba junto a la delegación oficial que lidera la Presidenta Bachelet. El senador, durante 26 años militante del Partido Socialista (PS) y hoy precandidato presidencial de la plataforma que inventó para serlo, el Movimiento Amplio Social (MAS), partió a la isla del Caribe para conocer en detalle sus logros en materia de salud y educación, aunque reconoce que “lo primero es la agenda de la Presidenta”.
En la isla también lo espera un mojito en La Bodeguita del Medio, mítico boliche de La Habana en el que se reunirá con Arrate, Hirsch y Teillier –los otros precandidatos de la izquierda- para acercar posiciones en relación a la estrategia electoral para 2009.
Todo indica, sin embargo, que un mojito no será suficiente. Las diferencias que mantiene el senador con los demás camaradas se agudizan con los días, aunque son más de diseño electoral que esencialmente políticas.
Hace un mes usted pedía que el MAS fuese considerado en el pacto entre el PC y la Concertación, hoy sin embargo se tira en picada contra esa política abogando por una lista parlamentaria de la izquierda…
Nosotros firmamos un pacto y vamos a respetarlo. Dijimos candidato único, programa único e instrumento único. Ese fue el pacto que firmamos y Alejandro Navarro lo va a respetar. No estuvo considerado ni ha sido tema de discusión la lista parlamentaria en las bilaterales que hemos tenido con humanistas y comunistas. No hay pacto alguno.
¿Pero no venía junto al acuerdo del 27 de enero el pacto con la Concertación como forma de “romper la exclusión”?, ¿qué otra forma hay de romperla si no es a través de un pacto?
Puede ser un pacto por omisión o puede ser una lista conjunta, pero lo tenemos que conversar. El MAS no ha sido parte de las conversaciones entre el PC y la Concertación, pero tenemos toda la voluntad de hacerlo.
La negativa al pacto entonces es porque no lo invitaron… ¿si lo invitan accedería?
Por cierto, aquí tenemos que combinar principios y pragmatismo. Pero no se puede terminar con la exclusión excluyendo a nuevos actores. El término de la exclusión no puede ser a costa de la exclusión del MAS. Nos interesa un programa de gobierno, un proyecto de reconstrucción de la izquierda y el progresismo, que ponga en el centro al ciudadano y sus derechos. En definitiva terminar con el duopolio del poder de la Alianza y la Concertación.
¡LISTA PROPIA O MUERTE!
Pero usted ha dicho que quiere presentar una lista parlamentaria del MAS…
No queremos presentar una lista. Vamos a presentar una lista. El MAS tiene el derecho y la obligación de presentar una lista parlamentaria nacional de diputados y senadores, porque la ley de Pinochet, que requiere un altísimo quórum para cambiarla, es una ley maldita para los independientes.
¿No le preocupa que producto de eso en muchos distritos gane la derecha gracias a la dispersión de votos en la izquierda?
Lo que hay que hacer es llevar el número de listas necesarias para tener el número de parlamentarios necesarios para poder aprobar las leyes que faltan. Para eso las fórmulas son variadas. Porque de nada sirven tres díscolos más en la Cámara y uno más en el Senado. Eso no varía la necesidad de una reforma constitucional y de cambios revolucionarios en Chile.
¿Y cómo contradecir entonces a quienes lo acusan de poner los intereses individuales por sobre los colectivos? Arrate y Hirsch creen que esto es una estrategia de presión…
¿Sabes qué? Nos fuimos del PS porque nos aburrimos de la mediocridad y la marginalidad. Hay que levantar una alternativa y el MAS está siendo un aporte en la consecución de este objetivo. No estamos para peleas testimoniales. De ningún modo presionamos, sólo somos consecuentes con lo que hemos dicho.
Si la izquierda no define su candidato en primarias o a través de lo que llaman un “mecanismo abierto, participativo y democrático”, ¿el MAS se plegaría a ese candidato?
Hay una evidente contradicción si una opción progresista no conlleva primarias ciudadanas. La Concertación, con su desgaste político irreversible, con su desacreditación ciudadana, está haciendo el esfuerzo igual. La contradicción salta a la vista. Alegar falta de recursos para que los ciudadanos puedan participar, cuando es de eso de lo que nos quejamos, por cierto que es una negación de la democracia y no lo vamos a aceptar.
A LA REBELDÍA… DESDE EL TERCERISMO
Muchos dirigentes de izquierda dicen desconfiar de usted porque militó gran parte de su vida en el “tercerismo”, una de las facciones más liberales del PS, ¿cómo se hace cargo de eso?
¿Sabes lo paradójico? Es que esa misma parte de la izquierda le prende velitas y raya las murallas de la ciudad por Arrate, que ha sido ministro de los últimos tres gobiernos de la Concertación. No es un argumento coherente. Yo entré a militar en 1983 a la Coordinadora Nacional de Regionales (CNR), una de las más de izquierda del PS, entré recién en 1990 el PS como tal. Al tercerismo ingresamos cuando sacaron en carroza de La Moneda a Germán Correa, cuando el tercerismo venía a la baja en las acciones, con Correa en su casa y no en Interior. Yo me agoté haciendo que el PS fuese un partido ligado a los trabajadores, pero en él ya no hay izquierda. Ya me cansé de aquellos que más que socialistas, han devenido socios listos.
¿Desde cuándo y en qué se diferencia con Arrate?
La opción presidencial de Navarro está construyendo un partido, un movimiento de carácter nacional. Navarro y el MAS van a tener una opción en ésta, en la siguiente y en la subsiguiente elección presidencial. Estamos en un proyecto, no en una coyuntura. Esa es la diferencia con Arrate, a quien yo estimo entrañablemente, pero que paradojalmente todos sus adherentes siguen en el PS. El núcleo de sustento de Jorge sigue estando dentro del PS, eso a la hora de la verdad debe ser aclarado.
Usted se impuso como candidato por la VIII Región Costa, sobre Viera-Gallo, en el Comité Central gracias a Nueva Izquierda, la facción de Escalona. ¿Cuándo se rompió esa relación o nunca la hubo y fue un acuerdo coyuntural?
En rigor, el artífice del apoyo de un sector de la NI fue Osvaldo Andrade, quien paradojalmente presentó mi candidatura siendo otro líder de NI. Es por eso que el MAS ha dicho que vamos a apoyar a Osvaldo Andrade en cualquier lugar de Chile y el MAS está a disposición de su candidatura, porque valoramos su transparencia y consecuencia. Era lo único que había de izquierda en el gobierno y lamentamos su salida.
Pero Andrade sigue siendo de la Concertación, principio por el cual dice rechazar la opción de Arrate…
Pero tenemos raíces comunes profundas, él también militó en la CNR y por cierto el aprendizaje político de esos momentos te marca. Aguiló y el lote de Arrate, en cambio, votó por Viera-Gallo. No hay rencor, nosotros apoyaremos a Sergio, pero su grito se desdibujó, se lo llevó el viento. En el eterno retorno de la crítica auto-crítica nada queda. Su rol dentro del PS va a ser improductivo. Nosotros estamos por la acción real, con la gente, con la ciudadanía.
¿Siente haberse equivocado alguna vez militando en el PS?
Nunca levantamos navarrismo. En el PS tu fuerza no radica en la claridad de tus ideas ni en tu adhesión ciudadana, sino en la capacidad interna de mover, en la maquinaria interna. Eso lo soportamos por demasiado tiempo. Tal vez nuestra crisis no fue con el PS, fue con la maquinaria de la Nueva Izquierda, que se transformó en un partido dentro del partido, con un Camilo Escalona que confundió ser partido con ser gobierno.
¿Y haber votado a favor del TLC con EEUU?
Mira, el proceso de crítica tiene grados de madurez. Cuando votamos a favor del TLC lo hicimos por la instalación de industrias como Crossville, en Tomé, ciudad que es hoy la más afectada por la crisis con un 20% de cesantía. Tomé entendió que la instalación de Crossville por el TLC es un aporte fundamental al desempleo. Yo he sacado el 62% de los votos en Tomé y los sigo sacando. Le reconozco la consecuencia al único que votó en contra. Aguiló. Él tenía una visión crítica, como la que tiene de la Concertación. Pero él sigue dentro.
Por Francisco Figueroa Cerda
El Ciudadano