De regreso al país tras una gira que los tuvo recorriendo un mes por Francia, Suecia, Alemania, Austria y Holanda., Sol y Lluvia intensifica la preparación del concierto que realizarán este 6 de septiembre en el Estadio Nacional para celebrar sus 35 años existencia. No es la primera vez que realizan un concierto en el coliseo ñuñoino, ya lo llenaron con 50 mil personas en 1999, siendo la primera banda nacional que lo logra, además de tener en su historial de conciertos el emblemático realizado el 10 de marzo de 1990 en el estadio Santa Laura, con 30 mil personas, para festejar el final de la dictadura de Pinochet.
Con precios que varían entre los 5 mil y 10 mil pesos, el concierto es un gran desafío según relatan desde la banda, ya que no se cuentan con espacios de difusión los medios de comunicación tradicionales y deben enfrentar otras complejidades en la producción considerando que el trabajo se sustenta en la suma de voluntades y Labra remarca que “No vamos a rogar a una marca que nos auspicie, podríamos ir a la Teletón, nos podría ayudar en algo quizás, pero no vamos a ir porque no estamos de acuerdo con la Teletón y eso nos deja fuera. El cuento se arma solo finalmente. Sería fácil que una minera o una cerveza nos presentara, pero no podemos hacer porque no somos entretenedores de ese tipo. Somos tan ilegales como antes. Es bien simple”
Y al mismo tiempo, agrega que “No es un problema de cuanto puede pagar la gente por una entrada, sino que son personas. 50 mil personas que paguen entre 5 y 10 lucas son tan personas como las que pagan 200. Luis Jara dijo la otra vez cuando hicimos el Nacional el ’99 “cualquiera lo llena cobrando 2 lucas” y yo le digo que lo haga entonces si es tan fácil, a ver si puede concretarlo con todos los medios en contra”.
¿Que significan estos 35 años, considerando que partieron en plena dictadura y que hoy la guagua de la dictadura ya está caminando?
Llegar a los 35 años es una cuestión súper emotiva considerando que más que un “grupo musical exitoso” somos una herramienta popular de ánimo, de fuerza para gente que quiere seguir construyendo libertades, democracia. Nosotros pensamos que si bien nos liberamos de la dictadura militar pero nos queda por resolver la dictadura económica y política.
Cómo visualizan el lazo entre estos temas y el público que se ha ido renovando en este tiempo
Yo creo que las nuevas generaciones sienten parecido a lo que nosotros sentimos. Creo que son mucho más libres y que por lo tanto quieren participar, se nota que están formados de otra manera, tienen menos miedo que la generación con la que compartimos y que luchamos contra la dictadura. Como cultura hemos superados miedos y barreras que nos hacen ser más exigentes, creemos que hemos ido creciendo como banda con el pueblo y eso buscamos reflejar en la idea fuerza del concierto: “Chile un pueblo que crece”, que es lo que fuimos a contar en la gira que hicimos por Europa.
Cómo es la relación con las nuevas generaciones que siguen a Sol y Lluvia
No sólo vemos a las nuevas generaciones sino tenemos relación directa, ya que están dentro de la banda. Hay una generación de músicos bastante jóvenes dentro de la banda, cabros muy bien preparados. La relación con las nuevas generaciones es emocionante, y una forma de explicar sobre como se va transmitiendo esto a las nuevas generaciones es a través de los discos, la copia, la recopia de los discos y los conciertos en vivo, hay una cultura que se transmite oralmente en niños que estuvieron en concierto o con sus familias a sus hijos o sobrinos.
Tú dices que los jóvenes quieren participar, mientras que desde el establishment quieren imponer la no participación ¿Cómo crees que se rompe con ese escenario que se ha instalado?
Uno de los grandes objetivos del concierto en el Nacional es demostrar eso, que existe un deseo enorme por expresarse y participar. Pues donde no hay comprometidas marcas, una actividad que está siendo construida solo por personas, es ejemplo de un pueblo que ha sido invisibilizado que hay que mostrarlo. Ese es el objetivo del concierto en el Nacional, que es un lugar emblemático, que fue un campo de concertación, un campo de muerte, es septiembre. Somos un grupo que hace canciones políticas y sociales, somos entretenidos, y nos sentimos orgullos de eso. Con nosotros no va eso de que el mercado define que es lo eficiente o no, yo creo que es errada esa lectura de que la gente quiere solo lo que le están vendiendo.
Has dicho que la tarea de Sol y Lluvia es comunicar, como lo hacen en un país donde se aplica lo contrario
Es súper difícil, pero siempre se generan espacios. Por ejemplo ahora nosotros estamos conversando en la Casa del Sol, que es una proyección del Sol y Lluvia que la venimos empujando desde los tiempos de la dictadura en la calle Sierra Bella. Hoy estamos en un centro cultural en el barrio Bellavista demostrando que somos una alternativa cultural y la peleamos combo a combo con el mercado. Nosotros no tendríamos nunca una canción que fuera himno de un supermercado… no nos interesa eso, lo que nos interesa es desarrollar personas. Lo que se vive hoy es el conflicto empresa y personas, donde las empresas tienen una cantidad de crecimiento en desmedro de las voces y el poder de las personas, y lo que tenemos que hacer es unirnos para equilibrar el poder de las empresas.
Y como se avanza para lograr esa transformación que ustedes plantean
Yo creo que con mucha paciencia, jajajaja. Porque se debe producir un cambio cultural muy potente, se debe tomar la decisión de decir “me junto con estos otros en este tema” y es lo que está probado en la historia que resulta. Lo mismo pasa si nos juntamos para formar un ejército y se puede combatir, yo abrazo a todos los que fueron capaces durante nuestra historia de enfrentarse así a la dictadura porque creo que son héroes y mártires, la movilización y la lucha armada son formas que conviven. Durante la dictadura sentíamos que no había avances, a veces me subía a una micro y veías que venía gente con globos de una manifestación a favor de Pinochet y te sentías solo. Pero en la medida que nos fuimos relacionando, nos fuimos juntando, se fue cambiando esa sensación de soledad. No se derrotó a la dictadura solo con una raya y un voto, hubo una movilización detrás que fue fundamental para no hacer el juego al terror y mostrar un camino más masivo y no tan específico que puede presentar la vanguardia política.
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¿Y hoy en que se refleja esa movilización?
Esto queda reflejado en la organización del 2011 que terminó en una tremenda concentración en el Parque O’higgins y todos decían “estos cabros saben hacerla” pero hay muchos ejemplos en la historia donde los jóvenes se han movilizado fuertemente. Entonces es la manera en que va creciendo este asunto donde hay jóvenes y viejos, que abren el camino para que los las nuevas generaciones se manifiesten y pongan temas que antes en la agenda no aparecían. Hoy escuchar a un obrero que le explica a su compañero lo que significa el lucro es un efecto increíble.
Eso considerando que el gran triunfo de los administradores del sistema ha sido despolitizar y desclasar a la sociedad…
Exacto, porque ese es el objetivo de todos estos sistemas. Y la dictadura económica y política es más difícil de enfrentar que la otra dictadura, que físicamente era mucho más brutal, mucho más clara de combatir. A la dictadura económica le estamos recién volteando algunas cosas, y ves que el sistema, tal como fuimos descubriendo las debilidades de Pinochet, muestra algunas fisuras. Esa conciencia va creciendo a través de la defensa del agua y los recursos naturales… Por ejemplo nosotros venimos llegando de Alemania y vimos como a los cabros chicos los llevan a los campos de concertación nazis, como parte del plan de estudio de los colegios, para que vean la realidad de ese asunto; aquí no existe eso ¿cómo entonces pretenden que se forje una cultura en torno a los derechos humanos? Yo creo que se debe avanzar por ese lado, se reconocen algunos avances pero queda mucha pega. Y el concierto está relacionado con eso porque no lo hacemos para decir que somos grandes estrellas de rock sino que queremos sentar precedentes que ahí hay una gran energía popular. Hay una tremenda fuerza que está empujando, que ama la música, la justicia, los derechos humanos.
Cómo sienten el trato de los medios a pesar de la convocatoria que tienen
Ojalá tuvieramos una radio potente, je. El espacio es reducido y está copado, en un caso similar por lo que pasa con las farmacias, donde hay compañías disqueras, medios involucrados. Entonces tenemos un tipo de relación donde nosotros hemos permanentemente autogenerado nuestros espacios por lo que no somos confiables para ellos, porque no dependemos de lo que nos diga alguna marca. Nosotros cuando partimos no sabíamos tocar pero teníamos que tocar, con el tiempo hemos ido mejorando y el reconocimiento viene de la gente, del pueblo. Hay gente que no entiende lo que nosotros hacemos, hay personas que se van por el lado del entretenimiento, por el lado del marketing, a lo que nosotros llamamos comunicación, por lo que se hace más difícil. No vamos a rogar a una marca que nos auspicie, podríamos ir a la Teletón, nos podría ayudar en algo quizás, pero no vamos a ir porque no estamos de acuerdo con la Teletón y eso nos deja fuera. El cuento se arma solo finalmente. Sería fácil que una minera o una cerveza nos presentara, pero no podemos hacer porque no somos entretenedores de ese tipo. Somos tan ilegales como antes. Es bien simple.
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Como se proyecta el futuro de Sol y Lluvia
Hay que conectarse más con el mundo, pero sin usar la frase como un cliché. Hay que conocer el barrio involucrarse con las personas. Durante la gira en Europa no nos quedamos en hoteles sino que en las casas de la gente de por allá, lo que permite que se estrechen los lazos, que entendamos que es posible un futuro mejor. Tu ves el cielo de esas ciudades, llegas a Santiago y dices “puta como chucha estamos perdiendo vida” y lo aceptamos como algo normal. Yo creo que es cosas de tiempo para que grandes masas de personas se movilicen y digan ya basta con esto. Allá las pantallas solares y los molinos están al costado de la carretera o las líneas del tren y uno se pregunta por qué no lo podemos hacer nosotros. Esto hay que hacerlo ahora, no en 25 años más, porque al final los que terminan ganado son los poderosos. Nosotros no trabajamos para la gente que nos quiere hacer consumir compulsivamente, yo prefiero una ciudad sin tanto avisaje pero si con paisaje y tengo derecho a pedirlo. Yo nací en Santiago, mirando la cordillera, y quién me paga a mí el espacio que tapa Paulmann con su edificio, porque tengo que comerme eso para que él sea feliz. Nosotros buscamos la simpleza, el respeto, nuestras canciones son simples.
… El modelo de sociedad de Sol y Lluvia
Yo creo que hay que llegar a un momento donde la cuestión social sea la prioridad y esté dirigido a mejorar la vida de las personas. El transporte público debiera ser estatal y no dedicarse a vigilar que se pague el pasaje para asegurar la ganancia de los operadores o la vigilancia que hay en el consumo de las drogas. El problema no es el consumo sino que como te meten la droga, como pasa con el alcohol y el tabaco que a través de la emotividad te dicen que para estar mejor debes consumir cosas que destruyen familias diariamente, miles de obreros que se toman su plata los viernes, entonces el modelo que nosotros sentimos que hay que construir es donde las personas sean prioridad. Y que seamos educados en la autogestión, en la autoproducción. Nosotros entonces a través del sonido, la palabra y la imagen tenemos que hacer que las personas reaccionen desde sus lugares de trabajo, sus lugares de estudios, desde sus poblaciones, eso es lo que queremos.