Poco antes de que estallara el caso Caval, que tanto daño hizo a la gestión de la presidenta Bachelet, hubo un mes en el que todo pareció miel sobre hojuelas para la plana mayor del Gobierno. En enero de 2015, bajo la conducción del, entonces, ministro del Interior Rodrigo Peñailillo se aprobó la denominada Ley de Inclusión, la Reforma Laboral y el fin al Sistema Binominal.
Las cosas no terminaron bien para ese ministro. Sin embargo, el fin al binominal tuvo su estreno en las pasadas elecciones y recién hoy podemos observar sus efectos.
La cientista política Javiera Arce de la Fundación Chile 21, uno de los núcleos pensantes del progresismo chileno, realiza junto a El Ciudadano un balance sobre los resultados a nivel parlamentario, tanto en términos de la proporcionalidad, como de la participación femenina. En definitiva, si refleja en mayor medida o no a la sociedad chilena.
¿Cuáles eran las promesas del cambio en la ley electoral que ponía fin al binominal?
La promesa del cambio de sistema electoral binominal a uno de carácter proporcional inclusivo, tenía como objetivo bajar el umbral del sistema anterior para que otros actores nuevos pudieran ingresar. En general, esa era la gran promesa, y se buscaba ordenar la competencia electoral.
Los sistemas proporcionales pueden tener dos efectos: 1) tendencia a generar grandes coaliciones, a modo de maximizar el rendimiento electoral; 2) la fragmentación (lo que nos está pasando ahora).
Asimismo, a diferencia del sistema binominal, los sistemas proporcionales funcionan mejor en la lógica de colaboración al interior de las listas, para maximizar el rendimiento electoral (el caso de Jackson es emblemático, así como también el de Camila Vallejo, Daniela Cicardini, Paulina Núñez, Marcela Sabat, Fidel Espinoza, Karol Cariola, Raúl Leiva, Gastón Saavedra, Felipe Kast, por nombrar algunos), que trabajaron tan bien, que pudieron arrastrar a uno, dos o hasta 3 (en el caso del distrito 11 la gente de RN).
Por otra parte, el ingreso de 20 parlamentarios de una fuerza fuera del duopolio, representa un éxito para la apertura del sistema, así como también el ingreso de Marisela Santibañez, y la mantención de René Saffirio (es una hazaña), en Temuco.
¿Es el cambio de sistema el que cambia la política o son los actores políticos los que fuerzan el cambio del sistema y que, luego, cambia la política?
Por un lado, las reformas electorales teóricamente son las más complejas de aprobar en el mundo. Es súper difícil que los incumbentes quieran cambiarlas y tienes que asegurarles patéticamente que van a salir reelectos, por lo que es súper arriesgado hacerlas. Sin embargo en este caso Bachelet se comprometió con ampliar la democracia y forzó a su coalición a hacerlo, aunque los perjudicó rotundamente. Son ellos los que tienen que dar cuenta de su mal desempeño en esta vuelta. No pueden satanizar el instrumento porque no te gusta el resultado.
Estamos en un contexto transicional, ergo, es evidente que se viene un tiempo de inestabilidad y acalorado debate político. Este sistema lo que hizo fue sincerar cuánto pesaba cada grupo y la escasa capacidad de coalición que existe hasta ahora. En una nueva mayoría que no tiene un proyecto político claro, pero que aún así persiste en sobrevivir, espero que con este resultado puedan cambiar.
¿Se realizan sus objetivos en materia de proporcionalidad y crecimiento en la representación femenina?
Absolutamente. La teoría plantea que los sistemas proporcionales, son por lejos los más amigables a la aplicación de las cuotas. La norma chilena, si bien no asegura la elegibilidad, incrementó de inmediato el número de desafiantes y los resultados están a la vista: la bancada más grande de Chile, la de RN, ostenta la mayor cantidad de mujeres. La UDI presenta 4 mujeres y RD 4 mujeres. Las otras ingresaron por el PH (Pamela Jiles), el PRO (Marisela Santibáñez), Poder (Claudia Mix).
La gran derrotada en esta lucha es por lejos la Nueva Mayoría. El PS logró mantener 4 mujeres, pero esta vez, sobre 19, es decir, quedó peor que antes y no hubo ninguna inversión en las candidatas. El PPD, quedó con paridad de género, pero bajó su votación a 8 escaños. La DC por su parte, cayó a 13 escaños y no tiene ninguna diputada. El PC solamente incremento de 2 a 3 mujeres. Este escenario es una vergüenza, porque ni siquiera las mujeres de la Nueva Mayoría, intentaron hacer alianzas para protegerse en las listas. Es más, fue impresionante ver listas parlamentarias conformadas por puras mujeres, como la del PS en el distrito 10, en que Maya Fernández era la única que pesaba lo suficiente para competir, y las otras, iban de acompañantes. Lo mismo en el caso de la candidata al Senado por la V Costa de la DC que tenía algo así como 85 años. ¿Qué es eso? ¿Qué compromiso con la paridad tienen los partidos? ¿Cuánta inconsciencia, además, de parte de estas candidatas? Absolutamente ningún entendimiento del proceso.
El Frente Amplio en cambio, sobre todo Jackson, se comprometió con la paridad y defendió ir con Natalia Castillo de su lista hasta el final. Con su votación Natalia ingresó al Congreso. De eso se trata, de que los hombres sean conscientes y nos ayuden a ingresar al sistema.
Si bien, ya se burlan de la bancada de 1%, yo pediría un poquito más de comprensión, pues la estrategia del FA fue hacer campaña por la lista del FA y no por las personas. OJO, que viendo la franja parlamentaria, además de la de FA, RN se dedicó a explicar el sistema. Ellos decían, vota por los candidatos de RN, el que te guste de la lista, pero vota por RN, todos los votos se suman, para tener una gran bancada para el Presidente Piñera. Y lo lograron. Superaron a la UDI, y pudieron ingresar más mujeres, transformándose en la bancada más numerosa de Chile. Este sistema sin duda les benefició, ya que la UDI siempre se subvencionó en base a ellos.
¿Cómo queda el panorama político expresado en el Parlamento?
Interesante. Altamente fragmentado. Pasamos de tener 9 o 10 partidos políticos con representación parlamentaria a 18 (incluyendo todas las variedades del Frente Amplio).
Hay un evidente desgaste de la centro-izquierda como alternativa política-social. Muy interesante ver las votaciones. Si bien hay aires de triunfalismo, es el último suspiro del PS por ejemplo, pues logró mantener un número adecuado de parlamentarios, los 19 diputados no alcanzan el 14% de 2013 (solo el 12%). La DC se desfondó, con 13 diputados, y el PPD con 8. El PC es el único que saca medianas cuentas alegres, pero perdió Carmona. Algo está diciendo la gente.
En el caso de la derecha, es evidente que fue un triunfo no menor, aunque igual las grandes coaliciones, están sufriendo ciertos desgastes, que resulta bastante curioso que hayan tenido que hacer una alianza tan amplia para poder mantener hegemonía (PRI, Evopoli, RN, UDI + Independientes).
Ahora, sobre el FA, sorpresivo. Una campaña atractiva, llena de épica, que invitaba a salirse un poco de esta política que se encarga de la fácil administración y le quita toda emotividad a los procesos. Esa franja, inspiró un proyecto colectivo (que tiene mucho que pulir todavía para transformarse en alternativa seria), pero que sin duda, va por un excelente camino. Mientras no se peleen por tonteras (como ha sido la tónica en este tiempo), deberán aprender a instalar procedimientos para resolver las diferencias.
¿Dialoga esa correlación con la correlación existente en la sociedad?
Absolutamente. En algún momento, gracias a las famosas encuestas, nos perdimos un poco en el diagnóstico. En el que parece que otros grandes también erraron, anunciando que en realidad una alternativa de cambio, parecía ser lejana y poco coherente con los intereses del resto de la sociedad chilena. Pero nos equivocamos rotundamente. Más del 50% de los chilenos y chilenas, quiere cambios, y exige algo distinto.
Es de esperar que las élites partidarias puedan leer este resultado, particularmente el equipo de Alejandro Guillier, y saque de una vez por todas, a gente como Sergio Bitar de la primera línea, porque es por lejos, la persona que más rechazo genera entre los posibles votantes que adhirieron a la alternativa del FA. Urge un cambio de generación efectiva, pero con un compromiso social y con un gobierno progresista, por un proyecto político y no por la mantención de sus privilegios (Como es la generación entre los 40 y 55 años). Ese ha sido el principal error, desde que se toma la decisión de instalar a Guillier en base a las encuestas. Él mismo, debe ser menos errático también. La ciudadanía quiere cambios, y necesita certezas.
Javier Paredes Godoy/ @jparedesgodoy